70
— ¿Salir? — Cuestionó Tzuyu, no esperándolo de ella. —He estado algo cansada con tantos entrenamientos… — Explicó, viéndose así, no siendo alguna mentira. — ¿Puedes solo dormir conmigo? — Pidió. —Siento que es muy poco… — Dije sintiéndome mal. —Entonces que sea por una semana— Me miró algo más alegre aunque aún visiblemente cansada.
—Puede ser un mes entonces— Así había entendido, riendo ella un poco.
Un poco más tarde esa misma noche.
—Eres muy alta… — Susurré una vez supuse que la mayoría ya estarían dormidas, siendome difícil dado a que las camas eran individuales y Tzuyu era la más alta que conocía.
—Solo acuéstate en mi… — Prácticamente me regañó con eso, acatando la orden, ahora si estando cómoda.
—Habría pensado que serías más dura… — Le dije, dado que era lo normal después de tantísimos entrenamientos pesados y comidas balanceadas.
—Tu eres demasiado suave— Sentí como me abrazó, pegándome más a ella, estando mi mejilla en su hombro.
—Y muy agradable… — Añadió al sentir mi temperatura.
Me había enfocado tanto en no pegarme a Tzuyu, para ahora sentir la mayoría de su cuerpo, dado que era mi colchón por ahora.
Sentí como río un poco. — ¿Doy risa? — Pregunté aunque dependiendo para qué, la respuesta podría ser si.
—Lo gracioso es que antes te negaste tanto a dormir juntas… — Me recordó, siendo nuestro tiempo viviendo juntas.
—No quería hacerte ideas o confundirte… — Le dije haciendo alguna figura aleatoria con mi mano en su otro hombro.
—Además de que siempre he pensado que soy muy mal partido, ahora ni siquiera soy humana— Seguí.
—Alguien que es capaz de dar su vida a cambio por otros no es mal partido— Me corrigió. —Solo tienes que no lanzarte al peligro a la primera— Añadió, aunque estaba lidiando con eso ya.
—De todos modos no es lo más inteligente estar conmigo, cuando todo se ponga feo, voy a tener que dar mi vida— Le recordé aún así. — ¿Tú otra opción es morir sola? — Cuestionó.
—No quiero morir… — Le revelé. —Quiero salvarlas si, pero quiero estar ahí después… — Añadí, sintiendo como me abrazó con algo más de fuerza.
—Encontrarás la forma, siempre lo haces— Me tranquilizó. —Aquí estaré cada que vuelvas— Me señaló.
Me concentré un poco, bajando un poco, empezando a escuchar los latidos de su corazón por mi posición, recordándome que aunque ya no lo tenia, todos me consideraban humana aún así.
—Además, aún te falta conocerme más, tienes que vivir mucho, aquí, a mi lado— Añadió. Cosa que me recordaba, no sabía mucho de ella, no por no preguntar, si no porque solía darme respuestas cortas, dando por sentado que no quería abrir ese aspecto.
—No me trates como una niña, yo soy mayor que tú— Le regañé, haciéndola reír. —Supongo que siempre me han gustado mayores… — Después de eso no dijo más, y yo me dormí rápido además.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro