—Dado que Tzuyu llegó al porcentaje óptimo para pedir una arma personalizada, resultó que pidió esto… — Se acercó Jihyo, dándome una espada de sin exagerar, dos metros como mínimo. —No me va a servir si aparecen humanoides u otro Kaijuu nos inhabilita los trajes— Explicó, sosteniendo, viendo como no llegaba a siquiera la empuñadura.

—Es una Odachi— Señaló Tzuyu, sabiendo más que yo por lo visto. — ¿Y yo cómo voy a usar esto? — Cuestioné, no viendo la posibilidad de que siquiera la pudiera desenvainar.

—Es para tu forma de Kaijuu, eres más grande y te fué bien con una espada antes— Explicó teniendo todo el sentido.

—Y siempre podemos hacerlo pasar como que Tzuyu la dejó caer y tú la tomaste justamente— Hizo énfasis en eso último.

— ¿Quieren casarse conmigo? — Les pregunté, siendo en un claro tono de broma, empezando a abrir la Odachi, obviamente de una forma rudimentaria y algo torpe incluso, apreciando su color morado oscuro.

—Tuvimos que usar partes de los Kaijuu que atacaron hace poco, aunque ese metal es un tanto radioactivo mientras esté envainada no hay problema, menos para ti— Explicó Jihyo.

— ¿Qué recompensa quieren? — Las miré a ambas después. —Yo quiero que salgamos— Rápidamente dijo Tzuyu. —Tenemos tiempo sin estar a solas— Asentí. —Quiero que me muestres como saldrías con una mujer que te guste— Negó, aclarando lo que quería, poniéndome nerviosa.

—Quiero lo mismo— La miró Jihyo. —No sabia que te gustaban las mujeres— Me miró después, al menos dando gracias a que los Kaijuu no estaban atacando en general.

Aunque el programa de los titanes del pacífico estaba en mantenimiento, muchos Jaeggers cayeron en el último ataque, los de antigua producción nuclear los estaban reemplazando dado el problema de lo digital.

—Supongo que puedo empezar con Tzuyu y después contigo— Me dirigí a Jihyo. Asintiendo. —Últimamente no tengo tanto por hacer, solo esperar por los otros departamentos— Le quitó importancia.

— ¿Dónde vamos a ir? — Preguntó Tzuyu mientras yo intentaba ponerme la espada en la espalda, siendo casi una quinta parte de mi estatura, tomándola Tzuyu y llevándola ella, despidiéndome de Jihyo después de eso.

—Podemos ir a patinar sobre hielo, de todos modos va a empezar el invierno dentro de poco— Propuse, asintiendo ella. —Es mejor así, no se patinar en lo absoluto— Indicó, por lo visto queriendo el paquete completo.

—Aprendes rápido, quizá en una hora ya me igualarás— Pensé.

Ya adentrada la noche, habían dos temas que no me dejaban dormir del todo, el cómo usaría la espada y cómo se suponía que tenia que actuar en una cita con Tzuyu.