— ¿Chaebol? — Pregunté al escuchar el término de Dahyun, apoyándo una mano en el pasto. —Son conglomerados enormes de empresas, los dirigen familias o un grupo pequeño de accionistas— Me explicó. — ¿Y eso que tiene que ver? — Cuestioné, ya que estábamos hablando de porqué estaba aquí ella.

—Mi familia tiene un porcentaje en un Chaebol, específicamente uno militar anti Kaijuu, la mayoría de los Jaegger que viste en el gran ataque los hacen nuestras empresas— Finalmente entendí el porqué ella estaba ahí, y sobretodo, lo rica que era.

— ¿Por qué estás aquí y no en Corea? — Cuestioné, ya que perfectamente podría trabajar detrás de un escritorio.

—Mi familia empezó con los temas de fabricación de armas en la guerra de Corea, pero cuando el número dos arrasó parte de Japón y llegó a la península, destruyó ambos bandos, todos se unieron para hacerle frente, en un viaje de negocios en Taiwán mi padre murió por el ataque del número siete— Explicó.

—Mi sueño era poder matar yo sola un enumerado, pero uno de ellos ya me salvó un par de veces— Me dió un pequeño empujón sonriendo. —Me dijeron que podía estar en el escuadrón siempre y cuando mi vida no corriera peligro, ahora que estás aquí, puedo estar todo el tiempo que quiera— Se dejó caer en el pasto, viendo el cielo azul.

Quería decirle que bajo esa lógica, debería de renunciar a nuestro escuadrón y pedir un cambio, ya que todos los próximos ataques iban a ser enfocados en mi, pero se veía tan feliz y alegre por tenerme que preferí ignorarlo, mi decisión era protegerla para no lamentarme después.

—Pensaba que iba a ser la que tuviera menos porcentaje con el traje, en Corea me probé uno y solo llegué al siete por ciento, pero al verte a ti esforzarte tanto, además de reírme un poco, me dió esperanzas— Añadió.

—Si me preguntas porqué hay tantos coreanos peleando contra los Kaijuu, supongo que es por querer evitar otra catástrofe, ni siquiera la segunda guerra mundial siguió después de los primeros Kaijuu— Me recordó.

Al principio las primeras bombas nucleares iban a ser usadas en contra de Japón dada su resistencia y terreno, pero al final fueron usadas para el primero de los enumerados.

—Si estoy yo aquí del otro lado del mundo, supongo que no es raro eso— Pensé en voz alta.

— ¿Quieres escuchar mi sueño? — Le pregunté, pasando a verme expectante. —A mi me salvó un Jaegger, el único que desobedeció órdenes y siguió al que se desvío en el pacífico, nuestro país nunca fué el más desarrollado, no tenemos armas nucleares, si no hubiera llegado, habría arrasado ciudades enteras— Pensé.

—Quería entrar a la fuerza para luego entrar en el programa de Titanes Del Pacífico, pero con ese requisito no se si llegue algún día, aunque hago más en mi otra forma que en un Jaegger— Suspiré. —Tú ya eres un Kaijuu en parte, ¿No puedes solo crecer como uno? — Preguntó, negando yo. —Según ustedes, crecí en tamaño cuando perdí el control, pero cuando estoy consciente, mi cuerpo no crece, solo puedo regenerar y cambiar algunas formas— Le aclaré.