Asentí. —Si parece trampa en ese caso— No pareció darle tanta importancia, solo se sorprendió. —También parece trampa lo lindo que tienes el cabello— Escuché desde detrás, ahora teniendo a Miyeon delante de mi acercándose mucho a mi rostro, haciendo que me echara un poco para atrás incluso.

—Y también tu piel… — Pasó a ver mis ojos, acercándose tanto que sentí su nariz chocar con la mía.

— ¡¿Son naturales?! — Preguntó, dándome más espacio por suerte, asintiendo. —Hace poco empecé a tener una enfermedad que ataca a la melanina de mi cabello y ojos— Seguí al pie de la letra las instrucciones de Jihyo sobre mi apariencia.

—Me encantaría maquillarte y pintarte el cabello, eres perfecta para probar nuevos estilos— Me señaló.

—Potencial del traje actual, noventa y ocho por ciento— Escuchamos todos, volteando a ver, siendo la medición de Nayeon, quien mientras todos estaban ocupados viendo a las capitanas, se había conectado. —Cada vez falta menos para poder pedir una arma de numeración— Dijo orgullosa.

—Potencial del traje actual, noventa y  nueve por ciento— Y aquella fué la de Mina. —Debería ir pensando cómo quisiera mi enumerada… — Dijo en voz media.

—Van muy rápido, a nosotras nos tomó años llegar al cien por ciento— Dijo Rosé mirando hacia la capitana y sub capitana.

—Si sigues al ritmo al que vas, tú vas a llegar al cien por ciento junto con Chaeyoung— Pasó a verme ahora a mi.

—Nayeon me había dicho que eras muy graciosa, pero pareces más un talento— Me clasificó.

— ¡Espera a verla en las pruebas! — Gritó Nayeon. —Soy pésima con las armas de fuego… — Dije apenada, en eso era casi igual a Nayeon.

—Puedo intentar enseñarte— No parecía importarle. —No puedes ser peor que Nayeon— Alzó sus hombros, burlándose de su propia al parecer amiga.

—Yo también te ayudaré— Se puso a su lado Miyeon.

Un rato después.

— ¿Cómo eres capaz de darle a todos los blancos aliados? — Cuestionó Rosé, siendo mi peor momento en general. —Es que no me he acostumbrado… — Me encogí un poco. —No pasa nada, solo tienes que mejorar la fuerza de tus brazos— Intentó bajarle al asunto Miyeon.

—El primer día tuvo que usar el rifle de asalto como francotirador, tardó varias veces más que los demás— Indicó Nayeon.

—Me habría gustado tener una ayudante y atacante a la vez— Se acercó Mina, siendo la epitome de la humillación.

Era anti natural lo mala que podía ser, y cómo en mi peor apartado todas las personas con más habilidad estaban tan pendientes de mi.

— ¡Dada la reciente actividad de enumerados humanoides, vamos a empezar entrenamientos cuerpo a cuerpo! — Indicó Jeongyeon, haciendo que la miraramos.

Y el hecho de que Miyeon casi se pelea con Nayeon por un enfrentamiento de práctica conmigo tampoco tenía tanto sentido.

—Prometo ir suave, tampoco soy la mejor en cuerpo a cuerpo— Sonrió sin malicia, alegrandome un poco.

De todos modos tenía la piel casi blindada, una espada de madera no me iba a atravesar nunca, además de mi ventaja por llevar un palo tipo lanza.

Dicho aquello, Miyeon apuntó a mi cabeza, sumándole la velocidad de su potencial, casi me decapita, de no ser por las reacciones de mi cuerpo.

— ¡Lo siento! — Soltó la espada, acercándose a mi y dándome un abrazo. —Soy tan mala que no puedo apuntar bien— Dijo, teniendo más sentido.

—Supongo que lo harás conmigo— Escuché de Rosé, tragando saliva. —Tengo buen equilibrio, no creo que te rompa alguna costilla— Vi como tomaba lo mismo que llevaba yo mientras aún Miyeon seguía dándome un abrazo mientras Tzuyu intentaba quitarla.