Me tapé un poco, viéndome más las otras dos. — ¿Para qué te tapas tanto? — Cuestionó Nayeon. —Te hemos visto desnuda docenas de veces— Me señaló con un gesto. —Me estoy cansando incluso de solo verte… — Se le escapó eso último.

— ¿Solo? — Cuestioné. — ¿Solo? — Le cuestionó ahora Jihyo. — ¿Solo? — Ahora la juzgó Mina. —Creo que puedes tomar unas vacaciones lejos de TN por un tiempo— La siguió mirando mal, dándose la vuelta Nayeon.

— ¿Estás de acuerdo con que hagamos pruebas más invasivas? — Preguntó Jihyo, más o menos entendiendo.

Asentí, quería saber qué me estaba pasando.

—Quiero comprobar cómo te curas ahora pasando entre formas— Me dijo aquello, poniéndome una de las batas qué solíamos tener, no las de paciente, si no de investigadora, abrochandome solo un botón.

—Te queda bien así… — Dijo Mina, aunque por su expresión, se le escapó igual que a mi en la ceremonia de ingreso, decidí ignorarla, haciendo lo mismo las otras.

Una vez tomé un bisturí, empecé a pasarlo un poco por mi mano con delicadeza, aunque quizá demasiada, no cortando nada.

Probé una vez más, simplemente deslizandose pero no cortando, pasé a ver a Jihyo, viéndome igual.

—Eso no es humano… — Aquello no hizo ver a la que lo dijo, Nayeon. — ¿No es muy obvio? — Pregunté con sarcasmo.

—No tenemos la más mínima idea de qué le vaya a pasar a tu cuerpo ahora, pero parece que estás adquiriendo cosas de Kaijuu hasta en tu forma humana— Pensó Jihyo. —Iba a preguntarte si estabas dispuesta a que un equipo te abriera como en una operación para ver mejor por dentro, pero creo que es demasiado y tampoco se podría, ese era un bisturí de diamante, no hay mucho más que corte mejor— Empezó a pensar.

Si bien, el hecho de tener una piel humana pero blindada como la de un Kaijuu sonaba interesante, aquello solo era empezar algo que no sabia ni cómo ni cuan rápido iba a ir, quizá había abusado de la transformación.

—No quiero ser un Kaijuu… — Dije desanimada. —Soy una humana, quiero extinguirlos a como de lugar, pero quiero ser humana… — Añadí, empezando a temblar.

Tampoco servía de nada llorar, llegados a ese punto, además de no saber si era imposible volver a la normalidad, cosa que probablemente no por tener un núcleo en vez de corazón, quizá no iba a sobrevivir a quitármelo.

Mina me abrazó en medio de mi crisis. —Nunca vas a ser un monstruo— Me susurró. Pasando a verme frente a frente y empezar a limpiarme las lágrimas.

—Aunque tu cuerpo cambie más, seguirás siendo TN, nuestra TN— Me indicó, dándome un poco más de seguridad, tragando saliva y dejando de llorar.