47
—Aunque estás actuando con raciocinio y no vas de Kamikaze, te estás exponiendo demasiado— Se sentó a mi lado Jihyo. — ¿Cuál era la otra opción? — Cuestioné. — ¿Quedarme sentada y ver morir a todos y morir como humana? — Le pregunté, sabiendo las tres que era la única opción.
—Estamos en un problema más grande— Suspiré. —El número once sabe quien soy, incluso en mi forma humana— Todas quedaron estupefactas. —Quizá el siguiente ataque sea directo a nuestra base, nos quería sacar a todas las unidades para confirmar de qué escuadrón era del todo— Teoricé.
—TN… — Se acercó Jihyo, poniéndome una mano en mi espalda, echando mi cabeza hacia atrás viéndola de cerca.
—Tu traje no está activado— Indicó, haciendo que me levantara. — ¿Desde hace cuánto no lo está? — Pregunté viendo que efectivamente, incluso no encendía aunque lo intentara. Jihyo fué a ver los datos de toda la pelea.
—Aquí se inhabilitó todo lo electrónico— Señaló, estando las tres detrás de ella. —Aquí se recuperaron, tú señal si está activa, pero no tiene mediciones… — Todas pasaron a verme.
—A decir verdad, cuando el Kaijuu inhabilitó los sistemas, yo también caí por el peso del traje, pero un segundo después era como si estuviera como antes… — Empecé a verlo.
— ¿Pueden traer un medidor de fuerza pequeño? — Pidió Jihyo, yendo Nayeon, después de un rato regresando y dandomelo.
—Se supone que la fuerza promedio de una mujer varía entre veinte y treinta kilos— Indicó, tomándolo ella y probandolo, dándole veinti dos kilos, luego dandomelo.
Al intentarlo, lo rompí, quebrandose, viéndome nuevamente todas las presentes.
—Esto no es normal— Opinó como si nada Mina. Negué también.
—Hay que traer otro traje— Pensó Nayeon, yendo ella misma, tardando menos incluso ahora.
Aunque me di cuenta que tenia que desnudarme delante de ellas. — ¿Pueden no verme tan fijamente? — Les cuestioné. —Volteate Nayeon— Le indicó Mina, alzando una ceja. — ¿Por qué solo yo? — Negó. —Yo tengo que comprobar que no haga nada raro, Jihyo tiene que comprobar si su cuerpo no ha cambiado, tú te la pasas insinuandote a ella— Explicó, teniendo razón en la mayoría, excepto en lo que tenia que verme ella.
—Me voy a dar la espalda yo, Jihyo puede ser la única que me vea de frente— Propuse, siendo cincuenta cincuenta, aceptando todas.
Y dicho eso, empecé a quitarme el traje, viéndome a mi misma, sin ver cambio aparente alguno. —No veo cambios— Indicó Jihyo. —Yo si, ya no tienes la cicatriz en tu espalda— Dijo Mina, viéndola extrañada, ni yo misma recordaba aquella pequeña cicatriz.
—Es la que te hiciste cuando querías entrar en la reserva el segundo año, la recuerdo bien, mi madre la curó y cicatrizó— Se acercó, empezando a pasar su mano por el área donde estaba, dándome un escalofrío.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro