4
Antes de poderle decir algo, sentí como me atrapó, empezando a correr en dirección opuesta.
— ¡¿Por qué regresaste?! — Le grité mientras sentía sus manos y movimiento al correr. — ¡No puedo unirme al cuerpo sabiendo que te dejé morir! — Me gritó, viendo el Kaijuu empezaba a quitarse aquello y volver a perseguirnos.
Después de un momento ya casi estaba a nuestro lado, soltandome de Tzuyu, haciéndola caer pero por su carrera haciéndolo unos cuantos metros por delante de mi.
Me levanté, queriendo esquivarlo como había hecho antes, dándole algo de tiempo a Tzuyu, pero iba a ser inútil, se me había roto una pierna, dejándome vendida, no había logrado moverme a la velocidad necesaria.
Nuevamente cerré los ojos, aunque esta vez escuché directamente una explosión, luego un líquido bañarme entera.
—Lo siento por llegar tarde— Escuché de una voz algo conocida, a la vez, una gran fuerza moviéndome, pero tal cual había hecho Tzuyu, en forma de un abrazo.
Cuando volví a abrir los ojos la vi, era Mina, la mismísima. Me dejó caer suavemente al lado de Tzuyu. —Llamen a emergencias, tengo que comprobar que no hayan más residuales— Nos indicó, yéndose tan pronto como vino.
Pasé a ver a Tzuyu, estando igual de impresionada que yo.
Cuando la adrenalina empezó a irse, empecé a notar los dolores, doliendome hasta el alma.
Pese a que Tzuyu casi no se expuso al combate, parecía que tenia unas buenas contusiones, quedando hospitalizada conmigo.
—Pensaba que me ibas a dejar, era lo más lógico— Dije después de un rato de silencio, tapandonos la cortina, tal parecía que el plan de cenar juntas se había cancelado, podía ver la noche desde la ventana.
—Es de una heroina querer salvar a alguien más así sea dando la vida— Me respondió.
—Tú vas a salvar a más personas después… — Miré su silueta por la cortina, aunque empezaba a escuchar algo delante de mi.
—Aquí estas— Un pequeño Kaijuu volador estaba delante de mi ahora. —Un Ka— Recién abrí la boca, aquello aprovecho para entrar, empezando a sentir como no tenía aire.
Aunque también estaba sintiendo dolor, mucho, uno que no tenía sentido por solo no tener aire.
Empecé a sentir frías mis extremidades, aunque después de esa ola de frío, empezó a sentirse todo muy caliente.
— ¿TN? — Escuché de Tzuyu. Yo solo podía escucharme ahogandome con aquello.
— ¡¿TN?! — Finalmente se había dado cuenta, levantándose y abriendo la cortina.
Aunque ya me sentía bien, quizá un poco más caliente de lo normal.
— ¿TN…? — Me miró raro, haciendo que me viera yo también, notando como ahora mi torso tenía escamas rojas y purpuras.
Miré mis manos, siendo ahora garras con las mismas escamas. — ¿Uh? — Solo pude decir al verme así.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro