— ¡¿Ah?! — Paró de correr Chaeyoung. — ¡¿Por qué no me invitaron?! — Me gritó, llamando la atención de muchos. La tomé del brazo, queriendo ponerla a trotar otra vez, pero la diferencia de fuerzas hizo que más bien me jalara ella.

—Vamos a ponernos con los demás— Le dije mientras me resentía el brazo. —Estabas entrenando ayer— Le dije, sabiendo eso de primera mano. —Podría haber descansado para cuando saliéramos— Me respondió aún molesta.

—Deberías recompensarme de alguna manera— Le escuché decir. —Te guardo el secreto y aún así no me invitas a salir con ustedes— Añadió, teniendo razón en ello.

— ¿Qué quieres? — Le pregunté. —Salgamos, pero solas tu y yo— Explicó, asintiendo yo. —También tengo que comprobar que seas buena persona— Añadió.

Parecía ser que mi naturaleza de ser introvertida no cuadraba del todo para este trabajo.

Una vez terminadas las vueltas normales, me tiré al piso, intentando descansar un poco hasta que la inevitable presencia de Nayeon apareciera.

—No se si pueda, pero cuando salgamos quiero mostrarte algo— Me tapó el sol Chaeyoung. — ¿Qué es? — Le pregunté. —Es secreto, aunque no se si mostrártelo también lo pueda ser— Explicó.

— ¿Dónde quieres ir? — Pregunté después. — ¿Hay algún sitio que te guste o en el que pasabas mucho tiempo? — Cuestionó.

—Del trabajo a mi departamento, repetía eso todo los días menos el domingo, allí solo me quedaba en casa— Expliqué, sonando muy triste mi vida de adulta.

—Entonces vayamos a tu departamento— Se quitó del sol, empezando a pensar, entendiendo que no lo quiso decir con el doble significado.

— ¿Qué quieres hacer en mi casa conmigo? — Cuestioné. —Ver como vivías antes, ¿Qué otra cosa si no? — Me preguntó, al parecer sin aún pensar en el otro sentido.

Pero tal parecía que solo tardó unos cincuenta segundos en entenderlo. — ¡No me vas a hacer nada! — Se tapó el pecho, aunque daba un tanto igual, ya lo había visto, igual que ella el mio.

—Tu lo propusiste— Le di poca importancia ahora que sabía que no quería nada más. — ¡Tú no me gustas ni nada parecido! — Señaló después. —Antes me dijiste que tengo un cuerpo lindo, aunque fuera inútil para lo físico— Le recordé.

—Me retracto— Volteó la cabeza. —Me veo mejor con maquillaje y un buen vestido, aunque me da algo de pereza arreglarme tanto— Empecé a estirarme un poco.

—Entonces ya tenemos algo por hacer en tu departamento— Respondió a aquello, pensando que se había cancelado.

Se acostó en el suelo también. —Quiero descansar un poco también, llevo desde los doce entrenando sin parar, algún día tengo que descansar— Finalmente dijo lo que quería, y justo la idea que me di ayudaba a no hacer mucho.

—Espero que puedas con las veinticinco vueltas hoy— Escuché, teniéndome lo peor.

— ¿Veinticinco? — Preguntó Chaeyoung. —No es nada del otro mundo— Dijo para levantarse. —No era para ti, es para TN— Le indicó.

Se agachó Chaeyoung, poniéndose a mi lado. —Espero que puedas— Dijo lentamente, para luego irse.

¿Por qué no podía ninguna demostrar afecto sin quererme ver sufrir?

Tenía habilidades sociales equivalentes a una papa, pero creo que tampoco me merezco tanto castigo.