— ¡Lanzen granadas explosivas a las patas! — Les indiqué a otro grupo mientras Tzuyu iba corriendo y parando para ayudarles.

—Tzuyu, estos son residuales— Le indiqué. —Necesito que me lleves al grande— Le pedí. —Hasta donde se estos suelen concentrarse en triángulos con el centro siendo el líder— Añadí, montándome en su espalda y dándole indicaciones según los últimos dos grupos que habíamos visto.

En plena carrera escuchamos un estruendo gigantesco.

—Todos los Kaijuu han sido eliminados— Escuchamos desde nuestros comunicadores.

—Quizá fué Chaeyoung— Le dije, dejándome en el suelo, descansando Tzuyu.

Vi como los drones empezaban a replegarse. —Creo que lo hicimos bien— Bajé mi vista a una cansada Tzuyu. —Querían evaluarnos por separado a todos, querían evaluar el conocimiento en Kaijuu— Sonreí, acostándome en el suelo, sintiendo menos dolor así.

—Sabía que íbamos a pasar ambas— Escuché de ella, dejándose caer en el piso enteramente.

—Tzuyu, siento algo— Le indiqué. —Es felicidad— Bromeó. —No, es un Kaijuu, y es uno muy fuerte— Seguí, empezando a sentirlo en el suelo.

—Ya todos están eliminados… —Se sentó, pero yo podía sentirlo más y más, iba escalando, además de haber otro.

Y otro, más pequeños, pero más, muchos más.

—Tzuyu esto no está bien— Intenté levantarme, corriendo a ayudarme ella, pero antes de poder pasar mi brazo por su cuello, sentimos una explosión muy fuerte.

—Eso no fué Chaeyoung… — La miré. —No hagas una locura, no ahora— Me pidió. —Estoy sintiendo muchas cosas— Me levanté, empezando a transformar mi cuerpo entero.

— ¡No lo hagas! — Sabia a lo que me iba a enfrentar, pero no podía dejar morir a nadie si tenia ese poder.

Y por sobre todo, aquel instinto y sentido de medir las vibraciones me estaban diciendo que era algo que Chaeyoung no iba a poder igualar aún.

—Emergencia, resonancia Kaijuu de nueve punto cuatro detectada— Se escucharon en los megafonos, quizá siendo yo o lo que estaba allí.

No sabía quien de los dos lo era, pero aquel bicho no era normal, podía verlo y parecía uno de los que conocía, pero sus colores y venas no eran los correspondientes.

Tampoco el que pudiera cargar energía desde su boca, pero lo estaba haciendo, y estaba apuntandole a ella, si ni siquiera ella pudo con ello, de no haberme transformado iba a morir.

Algo en mi sabía qué hacer, poniendo las manos cerca de mi boca, empezando a formar algo con mi aliento, siendo una bola, disparandola y haciendo que ese Kaijuu perdiera su puntería y lo que estaba cargando saliera hacia arriba.

Mientras aún se estaba recuperando corrí como lo que más podía para ponerme delante de Chaeyoung.

— ¿Estás bien niña? — Le pregunté una vez estaba delante. — ¿Ah? — Escuché de ella. —Nadie va a morir mientras esté aquí— Le indiqué levantando un pulgar mientras seguía analizando al Kaijuu.

No lo conocía de esa forma, pero si conocía mi fuerza, preparándome para golpearlo con todo lo que podía, ayudándome mi nuevo cuerpo.

Y el Kaijuu parecía querer responder con lo mismo, chocando ambos golpes, pero después de aquello, solo yo estaba allí.

—Lo hiciste bien— Me di la vuelta, viendo que estaba muy herida, incluso más que yo antes.

Empecé a volver a mi forma humana. —Muy bien para una niña— Empecé quitarle un poco de la suciedad y sangre del rostro.

Tal parecía que yo me había recuperado parcialmente, cuando terminé de ser humana, me dolía hasta el alma aún, pero al menos podía caminar, el problema es que no podía cargarla, y se había desmayado.

Tzuyu iba a tener que cargarla.