Diet of sex (26)
Jeongyeon apartó su mano mientras veía a la menor y comenzaba a retroceder, tragando saliva nerviosa.
—No hay que ponernos violentas.
—De repente siento ganas de ejercer violencia contra Yoo Jeongyeon. — Sana sólo comienza a tronar sus dedos de forma agresiva, pero Nayeon se interpone entre ellas tres.
—No empiecen a pelear, Tzu-
—¿Vas a dejar que te vuelva a humillar? ¿Cuántas veces vas a dejarte, Nayeon? —y la mencionada sólo frunció el ceño, pero dejó de fruncirlo al ver su muñeca rojiza que había comenzado a hacerse levemente morado. La miró— Si tú no estás harta, yo sí lo estoy.
—¿Pero por qué vas a golpearme contra el suelo sólo por eso?
—¿Sólo por eso? ¡Literalmente le hiciste un moretón a Nayeonie jalándola! —Tzuyu volvió a empujarla mientras se acercaba a sostener su camisa, acercándola a ella— Llevo meses queriéndote golpear…
—¡Hazlo!
—¡Sana! —la extranjera quiso hacer que Nayeon fuera a su lado, pero un leve empuje de las que estaban peleando hizo que fuera con ellas— Dejen de pelear, por favor, sólo podemos ir a discutir eso con algún directo-
—Pégame, ¿No que no muy valiente? —la castaña negó mientras volvía a empujarla. No escuchó los gritos de fondo por la furia, no escuchó ni la queja de Sana porque quiso golpearle con el puño cerrado pero en cuanto se dieron cuenta, un golpe seco sonó.
Una llanta derrapar, un portón y cuando vió, su mejor amiga estaba en el suelo, y sangre había comenzado a brotar de algún lado de su cuerpo.
—Nada de esto hubiera pasado si tú hubieras aceptado que Nayeon hubiera terminado la relación.
—¡Nada de esto hubiera pasado si tú no hubieras sido una salvaje que me hubiera empujado! —Sana sólo juntó sus manos y las posó en su cara, pensando.
Las tres estaban sentadas fuera la dirección mientras sentía que dos personas a su lado iban a golpearse de nuevo, pero estaba a segundos de lanzarse a ellas y golpearlas ella misma. Volteó a verlas.
—Las dos tienen la culpa y Nayeon por enamorarse de ustedes.
—¿Ya de ti? Vaya, hasta que lo lograste. —dijo Jeongyeon. Tzuyu frunció su ceño mientras la veía y se paraba frente a ella.
—¿Sabías? ¿Sabías que me gustaba Nayeon y tú sólo lo hiciste para humillarnos? —la rubia sólo rió mientras quitaba la mano de la menor de un manotazo. Sana las miró fijamente.
—Sí, pero, no las humillé.
—Hiciste que Nayeon se volviera insegura de su cuerpo, te aseguraste de besarle frente a mí sabiendo que me gustaba…
—Ella fue la que se me acercó a mí y hacía esas cosas, Tzuyu, ella me buscó en todas las ocasiones, yo sólo le hice caso. —un golpe y en cuanto la rubia sintió el ardor en su mejilla ella misma se levantó y la golpeó, la empujó.
Tzuyu devolvió el golpe pero volvió a sentir otro y cuando se dio cuenta, Sana también golpeó a la rubia más alta.
—Son unas idiotas, están furiosas y nerviosas por lo que acaba de pasar, pero necesito que ahora que vamos a dar la declaración de lo qué pasó no quiero que digan “pasó esto por Jeongyeon, pasó esto por Tzuyu” porque lo único que harán es que una vaya detenida por intento de homicidio en tercer grado…
—Ojalá pudiera culpar a esta idiota.
—Ambas son las culpables. —ambas volvieron a sentarse y Tzuyu sólo llevó sus manos a su rostro, y suspiró.
—Cierto… —y Sana sólo abrazó a Tzuyu.
—Si vamos a culpar a alguien será al conductor. —ambas la voltearon a ver, y la rubia habló.
—Es otro delito… ¿Mentir? Sana, linda, nos vamos a joder, admitamos la culpa…
—Vamos a decir que fue el conductor, Jeongyeon, linda, tenemos que decir que fue el conductor para no salir ninguna de nosotras dañada, ¿Tú quieres que algunas de las 3 esté en una correccional? Yo no, yo quiero salvar mi propio pellejo, vamos a decir que fue el conductor, Nayeon cruzó la calle normal, pero que el conductor venía acelerando, ninguna pudo detenerla, eso es lo que vamos a decir, ¿Está claro?
—Nayeon estaba caminando, nosotras en la entrada y Tzuyu y yo discutiendo como siempre, tú estabas llegando y ninguna pudo detener a Nayeon, ¿Decimos eso las tres?
—Dije algo, ¿Está claro? —y Tzuyu asintió, realmente no poniendo atención.
—Y el director sólo necesita tu confesión para determinar si culpar al conductor. —Nayeon intentó asentir pero el collarín se lo impidió, y se quejó, haciendo que la menor se parara de su asiento a su lado y se acercara para pedir que no se moviera de forma atenta.
La mayor hizo un piquito con sus labios, y Tzuyu se le acercó, dejando un corto beso. Ambas rieron.
—¿En realidad hicieron eso?
—No fue lo moralmente bueno, pero, hicimos lo que hicimos.
—Será el nuevo ejemplo de los libros de ética, tus supuestos amigos te empujan a un coche, ¿Mientes con ellos para salvarte el pellejo o que los metan a la cárcel? Elijo mentir, gracias. —ríen, y entrelazaron sus manos, viéndose.
—Lamento haberme puesto de esa forma, fui yo la culpable de eso. —volteó a verla y Nayeon con su voz ronca habló.
—Gracias por aceptarlo. —la castaña entrelazó sus manos con más fuerza— Pero ya pediste disculpas, y no fue nada grave, amor.
—Yeon, dos costillas, brazo roto, tu cuello. —la azabache sólo hizo una mueca, y suspiró.
—¿Sabes? Siempre quise que un carro me atropellara, ya sé lo que se siente. —bromeó, pero Tzuyu sólo la vio con dureza, haciéndole saber que su broma no había sido la correcta.
Así que Nayeon sólo volvió a hacer un piquito, siendo besada al instante por la menor que sólo rió sonora para levantarse y depositar un beso en ellos. Suspiró.
—Entonces, ¿Qué tenía que decir?
—Que estabas caminando y de la nada el carro te golpeó, sólo eso. —y asintió.
—¿Y Sana?
—Oh, no vino, sería lo mejor… ella, ella dijo que quería sedar al director y al profesor de orientación para cambiar las declaraciones… Ya tenía una jeringa lista y me pidió el sedante, me asusté, y, no quiero que entre al hospital y a la enfermería.
—Realmente quiere sedar a alguien…
Y Tzuyu rió, negando, pero dejó de carcajear al momento de recordar que realmente lo había dicho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro