chapther zero: changes
«┃𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐄𝐑𝐎
;; Cambios »
Camelot a mitades del fin del siglo XII; . En el Reino de Arthuro Pendragon, la paz reinaba en cada esquina del pueblo y del castillo.
Las celebraciones eran vivas imágenes de un pueblo feliz por su monarquía justa y elegante. No había un día en la cual la gente se viera feliz
La Reyna Genevine era la mejor monarca en todo el mundo -según el pueblo- por ser tan considerada y atenta a las peticiones de su gente. Aveces algunos se preocupaban por su débil corazón ante las cosas más mínimas
El caso de Morgana no fue la excepción. Su cuñada había demostrado indicios de rebeldía más allá de no aceptar la actitud de su hermano ante la magia. Las cosas que el no entiende
Hace unos meses atrás la única hija de la hermana del Rey comentó a su tío que su madre comenzó a distanciarse de ella ─eso era el punto de vista de una niña de 5 años─. De otra forma su madre le brindaba la atención suficiente para una niña de su edad, pero ella era la sucesora al trono de Camelot.
Para ella nada era suficiente.
Genevine tuvo que meterse en el asunto antes de que su esposo colapse, ella sabía que en los temas que encuentre el nombre Morgana. Habría grandes problemas.
Grave error el que cometió. Se había enterado que a escondidas de todo el Reino, Morgana se veía con el caballero personal del Rey. Grandes se hicieron sus miedos al verlos reencontrarse en los establos del Palacio
¿Como reaccionaria su esposo ante esta insolencia?. Ella era una mujer viuda, su hermano se había encargado de buscar al mejor hombre por Castillo tras Castillo hasta encontrar al indicado
« ¿Acaso nunca lograste amar a tu difunto esposo, Morgana? ». Con tal pensamiento Gwen tuvo que comerse la lengua y no decir nada
Tuvo que mentirle a su esposo. Morgana no pudo estar más que agradecida, si esto salía a la luz le iban a cortar la cabeza a si amado.
Pero el secreto tarde o temprano saldría a la luz y nadie se lo diría al Rey.
Si no que el lo vería con sus propios ojos..
──¡DE TODAS LAS COSAS QUE PUDISTE HACER! ¡ELIGES HACER ESTA DESHONRA!.
Los gritos de Arthuro se escuchaban por cada corredor del Palacio
El había descubierto a su hermana junto a él caballero que ama. El rey había mandado a guardias para que lo encerrarán en el calabozo para pensar que castigo darle.
Morgana histérica grito a su hermano por piedad hasta que el se cansó de escucharla. Estaba enojado con todos, Gwen le había ocultado tal infame. Tal locura
──¡Hermano te lo pido! ¡Perdonale la vida y juró por todos los cielos que nunca lo volveré a ver!.
Morgana sentía como su garganta picaba por los gritos que no paró ni por un segundo
──Y no lo harás. Te mandaré al viejo Palacio por todo un año y espero que en ese lugar pienses en que le haz hecho a esta familia.
──¡QUE!.── exclamó la de cabello escarlata deteniendo su pasó. ──¡No puedes hacer esto!.
──¡PUES YA LO HIZE! ¡EN TRES DÍAS TE IRAS DE ESTE CASTILLO!.── el Rey estaba harto de el atrevimiento de su hermana, tal vez puedan compartir la misma sangre pero ella no tenía que olvidar con quien estaba hablando.
──¡No dejaré que mates al hombre que amó!.
──¿Que amas?.── preguntó incrédulo el rubio. ──Morgana, eres una mujer viuda, tienes una hija de 5 años. Ya viviste lo que debías vivir, tu no tienes el derecho de volver a amar. Debes despertar de ese estúpido sueño y concentrarte en lo único que te debe importar, tu hija...
Con esas palabras el Rey se encamino a su sala del trono dejando a una Morgana rota y desesperada por salvar a su hombre.
No podía dejarlo, no ahora que pueden ser feliz junto a su deseo
Su hijo...
Su carruaje estaba listo, su equipaje se encontraba adentro de este. Solo faltaba la persona que se iba a ir por un buen tiempo del Reino de Camelot
Morgana parecía una muerta viviente, sus ojos se encontraban notoriamente rojos por tanto llorar, se veía débil y estaba más delgada de lo habitual.
Hace unos días atrás mataron a la única persona que amo en su vida frente a ella. Aun podía recordar los gritos de agonía en su cabeza y la imagen que copió en su mente cada vez que cerraba sus ojos
La cabeza de su amado rodando por las escaleras de la guillotina.
──¿Mamá?...── una aguda voz la llamó interrumpiendo la pesadilla que vivió en persona. Miro hacia abajo y solo pudo sentir más culpa
Su hija no sabía nada de lo que pasaba, alejada de los malos ojos que lanzaban a su madre ella solo quería saber el porque se iba sin ella
──Corderita, la tía Genevine cuidara de ti por un tiempo. Mamá tiene que...salir a resolver unas cosas.── dijo aguantando las ganas de romperse a llorar
──¿Puedo ir contigo?.
──No Magdalena, tienes que quedarte aquí...donde estas a salvó
──¿Por que...?
« Porque eres propiedad del Reino... ».
──Porque el viaje que hago no es para niñas de tu edad...
Magdalena solo pudo soltar sollozos. No quería soltar a su madre, era la única que la abrazaba por las noches después de tener pesadillas.
La tía Gwen jamás podrá remplazar esos cálidoa abrazos de su madre
──Como futura Reina de Camelot te ordenó que te quedes conmigo...── demandó la niña abrazando fuertemente a su progenitora
Morgana solo sonrió con tristeza ──No puedes hacer eso aún Maggie...
Lentamente se separó de su hija y se agachó a la altura de la pequeña para decirle algo importante.
──Escuchame hija, pase lo que pasé no importa que...jamás olvides de quien eres hija. Ahora dime ¿cual es tu nombre?
──Magdalena, Magdalena Bridget Le Fay...
──Esa es mi corderita...
Después de la charla de Madre a hija, ambas se despidieron dándose su última abrazó. Morgana se separó y fue al carruaje adentrándose a este. Tal vez pudo ser una locura estar con alguien que no era de una familia de sangre real. Pero no se arrepiente de nada
Suavemente puso su mano acariciando su vientre.
──Señora, ¿esta segura de esto?.
Su dama de compañía era la única amiga que tuvo, tendrá y tiene del Palacio. Ella se preocupa de la vida de su señora
Lo esta arriesgando todo por un feto que ni siquiera se formó bien.
─Más que segura Camille...
Una bebé recién nacida era colocada suavemente en césped cerca de un árbol. La mujer que la acompañaba trataba de tranquilizarla ya que la pequeña se encontraba llorando
Otra vez...
──Vamos Merliah. Te acabo de dar de comer hace menos de 15 minutos.── murmuro con irritación Camille
Estaban pisando territorio Arthuro, estaban arriesgándose ro y solo faltaba unos 4 horas de camino hacia su destino
El hogar del difunto amor de Morgana.
Ella estaría más segura en ese lugar y no le faltará amor porque sabe que la amaran tanto como Morgana la ama
──¡Por aquí mi señor! ¡Escuche algo!.
El cuerpo de la mayor se tensó rápidamente al reconocer la voz del hombre
──Lancelot...── musito sin creerlo
« ¿Que hace el aquí? »
──¡Ey! ¡Usted, que es lo que hace por aquí!
La mujer sin pensar se en capuchón con la capa que traía y comenzó a correr para salvar su vida.
Olvidándose de otra
──Santos bebés...
Lancelot bajo de su caballo con cautela para no asustar más a la bebé. Esta aun seguía llorando buscando consuelo de su madre la cual estaba muy lejos de su alcance
──¡Sir Lancelot!.── el Rey había llegado donde su caballero asombrandose de la misma manera
¿Por que dejarían a una bebé sola a su suerte?
──Mi señor, apenas es una recién nacida.── murmuro cargando con delicadeza a la niña que ya se había calmado un poco. ──¿Que haremos Rey Arthuro?
Espera... ¿Que?
──¿No planea dejarla aquí? ¿Verdad Majestad?.── preguntó con un poco de miedo
──¡Patrañas! Claro que no Lancelot. Prepárese, iremos de vuelta al castillo.── el Rey volvió a subirse en un caballo encaminandose hasta sus soldados. ──¡La búsqueda término! ¡Nos vamos a Camelot!
El gritó del Rey fue un alivió para todos los hombres de armadura. Estaban pisando territorio de las bestias que vivían ahí, así que mejor terminar con la búsqueda que a terminar con sus vidas.
Lancelot con cuidado, subió a su yegua y siguió al equipo a paso lento para no asustar a la niña.
Tal vez sea un caballero, pero amaba a los niños. Renunció a la oportunidad de ser padre al entrar a las tropas del Reinó, pero nunca pudieron cambiar ese sentimiento y deseó de tener a un pequeño tú diciéndote lo inimaginable
Papá...
──En el jardín Dilly, Dilly. Lavanda azul. Te amo a ti Dilly Dilly, me amas tú...
Hace una hora los guardias junto al Rey habían llegado al Reino de nuevo sorprendiendo a Gwen. Su esposo había traído una criatura de cabello carmesí que no pudo pasar desapercibido por la Reina que al darse cuenta de su pequeña presencia.
La arrebató de los brazos de Sir Lancelot y comenzó a jugar con ella. Todo ese tiempo ninguna de ambas se habían separado, la bebé se sentía como en los brazos de Gwen y Gwen se sentía cómodo teniendo a la niñita en sus brazos
Ni Arthuro pudo negársele. Se veían como madre e hija, ahora Genevine cantaba una canción de cuna a la bebé para que durmiera plácidamente.
──Gwen...
Ante el llamado de su esposo la nombrada despertó de la burbuja que había formado junto con la bebé que se había dormido
──Cariño, dime que podemos quedarnosla.── murmuro dulcemente para que el Rey aceptará
──Gwen, debemos buscar a la madre de esa bebé.── dictó Arthuro mostrando en su mano un lindo collar con una nota envuelta. ──Su nombre es Merliah y necesita a su verdadera familia
Gwen solo pudo dar una mirada de tristeza ante la respuesta, vió el collar y lo tomó lentamente dándose cuenta del papelito
Merliah...
¿Como pudieron dejar a una bebé tan bonita?.
Con esa cabellera roja como la sangre, sus ojos llenos de vida brillantes como zafiro y su piel blanca y suave que era inevitable no abrazarla.
──Pero Lancelot me dijo que la mujer que estaba con ella la dejo a su suerte. Arthuro...── el nombrado alzó su mirada hacía su mujer. ──Incluso dejó una nota con su nombre...ella planeaba abandonarla.
Ante sus palabras, Pendragon suspiro con pesar. No podía criar a un niño cuando estaba en duelo con esas bestias que amenazaban con atacar en cualquiera de estos días.
Pero a la vez quería formar una familia con la mujer que ama.
──Sabes que no puedes tener hijos.── suspiro Gwen recordando las palabras que dijo Arthuro el día que pidió su mano
[ ──Si te casas conmigo, te juró que no te faltará nada, pero...debes saber que yo no puedo darte lo que más deseas.── Arthuro se puso de pie tomando la mano de su futura esposa con delicadeza. ──una verdadera familia... ].
──Tal vez este sea el regaló que siempre imploramos Arthuro.── Gwen tomó la mano de su amor mirando como este intentaba aguantar las lágrimas que amenazaban en salir. ──Dios nos envió este regaló... no lo dejemos ir
El Rey dio un gran suspiro para después abrazar fuertemente a su esposa y a su ahora hija.
Al diablo con darle una explicación al pueblo. Al diablo las reglas de los bastardos. Ella será Merliah Pendragon, hasta su muerte
Mientras ambos amantes tenían su propia felicidad.
Una madre en ansiedad intentaba pensar que su hija se encontraba viva y a salvó en el Reino
Quería pensar que su hermano no sería capaz de matar a una niña. Su niña.
;; Vive la vida no dejes que la vida te viva. La vida es una sola y tienes que disfrutaelaaaa
;; Bueno Homo sapiens, aquí nomás les dejo este mini spoiler para el futuro futuro. Ya saben. Bye bye
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