Capitulo XXXI
So much on my brain, don't know if you can take it
Your heart is fragile, baby, I don't wanna break it
If you know my sins, will you still trust me?
If I let you in, will you still love me?
Can you keep a secret?-Can You Keep a Secret (Ellise)
Aspen.
No solo era un niño que le gustaba desarmar relojes y juguetes de cuerda para luego volverlo a armar, era un niño demasiado peculiar. Aspen tenía un amigo imaginario, el cual solamente él veía, por lo general dicen que es normal que los niños pequeños tengan amigos imaginarios. Pero su madre no lo creía así, tampoco su padre.
Fue un experimento psiquiátrico para su madre quien escribía su siguiente libro, seguramente pensando que pronto sería famosa. Desde entonces, Aspen fue criado en largas citas mientras era grabado con una cámara, y solo era enviado a jugar cuando su padre volvia del trabajo.
Fuera de la casa, Thimoty Johansson sonaba como el esposo y padre ejemplar, un gran trabajador de empleado de comercio de exteriores, honorable y buena persona. Esas son las cosas que se contaban de él. Pero Aspen sabía que no era del todo cierto, cuando su padre llegaba del trabajo, las tardes automáticamente se ponían grises, daba un golpe fuerte en la mesa cuando la cena no estaba lista a tiempo, y más de una vez, el niño ha visto como le golpeaba a su madre. Thimoty era un gran experto de doble cara, sabia sonreír en público, como poner su cara de monstruo en la casa, era un mentiroso demasiado bueno y creíble como para ser atrapado por algo que haya hecho, y sobre todas las cosas. Era un manipulador experto.
El amigo imaginario de Aspen le susurraba en el oído el mal tipo que era su padre, ¿pero que podía hacer un niño contra ello?. Solo había una cosa que Aspen podía hacer, vivir todos los días como si fueran buenos, y hacer caso a las reglas que se les eran dadas cuando era pequeño.
Los años pasaban, y los recuerdos de la infancia quedaban suspendidos, pero ahí estaba el amigo imaginario de Aspen. Nunca se había ido, decía que no era tiempo de dejarlo, que estar juntos les haría bien. El castaño no socializaba demasiado con otros niños de su edad, lo llamaban raro, y tal vez tenían razón, después de todo, Aspen se sentía conforme con aquella definición.
Su pesadilla ocurrió tiempo después de la muerte de Alex Tatcher. Aspen había visto algo ese día, y cuando le dijo a su padre, recibió una bofetada que amenazaba con bajarle todos los dientes si no tenía cuidado. Ambos niños, no eran exactamente amigos, eran los días de verano cuando mas se veían, cuando los calores eran insoportable y Alex lo invitaba a estar ellos dos en la pileta, o en las noches, Alex se pasaba al jardín de Aspen y dedicaban todas sus noches a cazar ranas. Los ojos de Aspen vieron tantas cosas, que amenazaban con salir de su boca, pero no podía hacerlo.
Y solo día después de su muerte, su amigo imaginario tomo la forma de Alex Tatcher, con su cabello oscuro y revoltoso como el carbón. Ojos grandes y azules como los zafiros, y la sonrisa, la sonrisa traviesa que Alex tenía puesta la mayor parte del tiempo.
Para un chico llegando a la adolescencia, Aspen no sabía distinguir que era su realidad y que era mentira, su mente era manipulada todo el tiempo. Por lo que vio, por su padre, por su madre, su cabeza no hacía mas que pensar y pensar todo el tiempo.
Como se fue dicho, las cosas cambiaron luego de la muerte del hijo de los vecinos Tatcher, aunque Aspen siempre estaba ahí, ellos no lo veían. Observaba a los dos niños rubios, a los adultos, y observaba la espesa nube negra que volaba en sus cabezas, ocultando sus verdades. Ocultando lo que no querían decirse.
La noche que Aspen vio como la niña rubia de los Tatcher estaba siendo llevada por sus padres mientras lloraba y pataleaba al auto, fue la misma noche que a Aspen lo internaron.
-¿Vas a hacerlo?.-pregunto Alex, o no era Alex, tenía la misma postura física que el niño, salvo por una inquietante sonrisa malévola en su rostro.
-¿Por qué debo hacerlo?.
-Para salvarte de tu padre, Aspen-dice Alex acercándose a él.-¿No ves lo que te hace? ¿o a tu madre?, hoy le viste aquel ojo morado y no dijo nada.
Aspen aprieta sus labios, pero asiente, abre su cajón del escritorio mientras agarraba unas tijeras.
-Estaré a tu lado.-dice Alex, Aspen asiente mientras se oculta mejor la tijera. El chico camina por la casa, sintiendo el piso de madera crujir bajo sus pisadas, la respiración era agitada, y su corazón amenazaba con salirse del pecho.
El chico entra al cuarto de sus padres, donde la mujer dormía, con una mueca de tristeza en su rostro, y un camisón blanco. Y donde el hombre estaba en calzoncillos sin remera. El chico mira los ojos azules de Alex.
-Hazlo, Aspen, puedes liberarte.
Aspen alza sus dos manos y con fuerza dirige la punta filosa de la tijera al corazón de su padre. Pero no pudo hacerlo. Thimoty agarro la muñeca de su hijo justo a tiempo, y la torcio tirándolo al piso provocando un grito brutal de la garganta del niño.
-¿¡Que estabas por hacer pequeño maldito!? ¡Le dije a tu madre que serias un estorbo!, siempre lo supe.
-¡Dejame!-grito el chico pataleando, ayuda.
-Tim, suéltalo, le haces daño, seguramente no quería hacerlo...
-¡Es peligroso Nuria!, si lo dejamos suelto, quien sabe que mas puede hacer.
-No...mi niño no...
-No es tu hijo Nuria, es un monstruo, es un maldito monstruo, tu hijo fue asesinado por este monstruo.
Aspen fue testigo de cómo el rostro preocupado de su madre cambiaba por uno de terror, su madre había sido maltratada por su esposo tanto psicológicamente como físicamente, por lo que no era una sorpresa que la mujer le creyera. Con movimientos torpes, Nuria llama al hospital psiquiátrico, donde Aspen fue llevado.
No importa cuántas veces el niño grito y pataleo, gritando por ayuda, pidiéndola. Nadie lo escuchaba, sus gritos eran sordos, mientras había una sombra observándolo. En su cabeza creía que se trataba de Alex, después de todo, dejo de verlo cuando su padre despertó.
El niño fue sometido a tratos psiquiátricos en aquel hospital, sus secretos fueron revelados, secretos que no le creían para nada; le fueron recetados medicamentos, y lloraba en un rincón de su blanca habitación mientras se abrazaba las piernas. A veces escuchaba voces, y a veces no, otras veces veía cosas, y luego le decían que eran fantasías. El joven castaño estaba cada vez mas confundido.
Fue visitado por su madre, una sola vez, la última vez que la vio realmente cuerda. Tiempo después se descubrió que por una fuerte discusión que tuvo con Thimoty, ella cayó por las escaleras, golpeándose la cabeza generando una lesión. La lesión la hacía mas vulnerable, y ahora veía a su propio hijo como una amenaza. En otras palabras, Aspen estaba realmente solo.
Cuando salió del hospital psiquiátrico, su padre lo envió a un internado en escocia, donde tampoco se dirigió palabras con los alumnos de ahí, recibió maltratos de sus compañeros. Hasta que una noche, cansado de que le robaran sus cosas o se burlaran de él, hizo una escena que los asusto a todos comentando como los mataría por las noches si dejaban la puerta abierta. Porque Aspen era creyente de que si no te tenían miedo, era difícil que te respetaran.
Los años pasaron, y también llego su cumpleaños dieciocho, consiguió trabajo por si solo en un olvidado bar. Gracias a sus excelentes notas en el internado, fue admitido a la universidad de Londres para estudiar psicología, pero aun así, en las calles se murmuraban sobre él. "El niño que fue al hospital psiquiátrico". Había alquilado un barato departamento, donde dormía encima de un gastado sillón.
Cerca de sus veinte, ya en verano, el chico sudaba demasiado mientras reparaba un auto en un viejo taller donde consiguió trabajo de medio tiempo. Cuando lo vío. No había visto a su padre en años, no hablaba con él ni con su madre desde su salida del internado, pero ahí estaba. Con la sonrisa mas asquerosa del mundo creyéndose el dueño de todo, y es cuando le dio una noticia que ni Aspen tuvo tiempo de asimilar.
-Me voy, cuida a tu madre.-dice el hombre dándose vuelta. ¿Se iba?, ¿Dónde se iba?. El castaño vio como su padre subia al auto y se largaba.
El chico volvió a su antiguo hogar, la fachada no había cambiado en nada, todo seguía tal cual lo recordaba. Su mirada cayo en la casa de al lado, la casa Tatcher, donde una vieja casa del árbol estaba abandonada en lo alto, y donde pudo ver a una chica rubia leyendo "Alicia en el país de la maravillas" sentada en una goma como hamaca.
Era Jane.
Se habían visto de pequeños, y alguna que otra vez dialogaron, pero sus conversaciones no eran demasiados largas. Al menos antes de que se fueran.
La mirada de Jane se encontró con Aspen, ambos se observaron unos segundos, antes que el castaño fuera adentro de la casa.
Apenas ingreso, fue agredido por su madre quien no dejaba de preguntar quién era y que hacía ahí, Aspen intentaba calmarla diciendo que era su hijo, no funciono, las palabras de Nuria retumbaron en su cabeza.
"Mi hijo está muerto".
No importaba que el chico gritara que era su hijo, Nuria no lo oía, estaba perdida, desolada, y Thimoty la había dejado con él. Al chico no le quedó otra que ponerla en la habitación de puerta azul, que era un cuarto especial para visitas. Peinándose hacia atrás, cerrando los ojos, suelta aire de sus pulmones.
-Mierda-susurra.
En una nota, descubrió a donde se fue su padre, al parecer, ya no podía cuidar a su madre. Así lo dijo, cuidar, como si Nuria fuera una cosa.
-Al parecer te cansaste de estropear su mente porque ya no hay mas nada que estropear-dice el chico haciendo una bola de papel y la tira.
Por lo que, Aspen se mudó a su antiguo hogar, y tuvo que hacerse cargo de su madre evitando sus ataques. Trabajar, agradeciendo que fueran vacaciones para poder organizarse mejor, e intentar conseguir medicamentos.
El chico castaño seguía siendo solitario, no hablaba con demasiadas personas, salvo con el único amigo que se hizo en la universidad.
Con el tiempo, con los meses, un resentimiento comía la cabeza del castaño. Mientras se miraba al espejo, podía escuchar aquella voz molesta en su cabeza, Alex se coloca a su lado. No, no era Alex. Alex estaba muerto y se lo dejaron en claro en el hospital psiquiátrico.
-Mirate, ¿no te das pena?.
-Callate.
-Enserio, estas aquí, cuidando de tu madre quien no esta en sus cables, mientras tu padre se fue a hacer que sabe que, y no olvidemos lo que te hizo. ¿Encerrarte en el hospital?¿mandarte a un internado? ¿dejar que te las arregles por tu cuenta cuando saliste?.
-No eres real, estas muerto, estas muerto.-susurra Aspen para si mismo mientras intentaba calmar su respiración.
-¿Lo estoy? Ni siquiera puedes saberlo, no sabes ni lo que ves.
-Basta.
-Pobre niño, sigues tan roto por dentro, siendo un experimento psiquiátrico para tu madre, golpeado por tu padre, olvidado y abandonado.
Aspen dio un golpe al espejo, el mismo vibra ante su golpe, pero no hace nada. Alex sonríe.
-Nunca vivirás en paz y lo sabes, no contigo, ni con tu madre, o con tu padre acechándote, hay una forma de liberarte Aspen y lo sabes.
El chico se movía de atrás a adelante abrazando sus piernas, con sus manos llenas de sangre y su rostro salpicado. Mientras que el cuerpo de su padre estaba inmóvil. Encontrarlo no fue difícil, buscando información en su trabajo dio con su nuevo hogar, Aspen no quería matarlo, pero ahí estaba.
Escucha pasos acercándose.
-¡Oh mierda!-dice Archie.-Mierda, mierda Aspen.
-¿Se ve muy mal?.
-¿¡Muy mal!?. Se ve terrible, se ve....muerto.
-No quería matarlo Archie-dice viéndolo, la voz de Alex resuena en algun lugar "Si querías". Aspen ignora esas palabras.-Él me ataco, me empezó a manipular con sus palabras, a atacarme...solo, solo me defendí.
Archie sabía el problema que Aspen tenía, el chico de ojos verdes se masajea el cuello.
-Mierda-repite Archie.-¿Seguro que...no tuviste un problema de asociar la realidad?.
-Se, lo que paso-dice y suspira.-Mierda ire encerrado de nuevo por esto.
Aspen se agarra su rostro con sus manos, sintiendo su cuerpo entero temblar, Archie murmura algo por lo bajo. Algo como "mierda" repetidas veces mientras caminaba.
-Mira, yo me encargo de esto-dice Archie levantándolo.-Tu debes volver a tu casa, y lavarte, toma tu medicina y vuelve a la cama.
-'¿Cómo te harás cargo tu solo?.
-Conozco alguien, conozco gente turbia por ahí.-dice negando-Aspen, eres mi amigo, y voy a salvarte el culo, ahora haz lo que te dije, vete y te mandare un mensaje cuando todo se resuelve.
Aspen hizo lo que su amigo le indico, irse. Se fue apresurado a su casa, sin ser visto. Mientras los recuerdos y sus manos le pesaban. No tenía demasiada memoria, pero ahí estaba la evidencia, la sangre de su padre salpicada, con la voz de Alex susurrando que le gusto hacerlo.
Al llegar a su casa, en el patio trasero observa sus manos, sintiendo como estas temblaban y llevan la mirada al cielo. Como si esta tuviera respuestas, siente una fuerte presencia de que alguien lo observaba y gira el rostro a la ventana de la habitación de Jane. Alcanzo a ver la sombra moviéndose detrás de las cortinas. Y sin decir mucho, fue al interior de su hogar.
*
En la actualidad, Aspen veía el rostro de Jane cuando le termino de contar todo, de su niñez, de su vida en general. La rubia no bajaba la guardia, y eso le hacía un hueco en su corazón. Porque había sucedido.
Jane siempre fue la niña rubia al lado de su casa, que Aspen creía que era bonita, pero no se hablaban demasiado. Y con el pasar de los años, cuando volvió, vio a una chica grande, hermosa. Y cuando se conocieron, sucedió. Aspen se había enamorado de Jane Tatcher.
El chico camina a la cocina, mientras sentía la mirada de Jane con ella.
-¿Y que hizo Archie?, con el cuerpo de tu padre.
-Dice que llamo a alguien que no hace preguntas, lo quemaron a las afueras de la ciudad y escondieron sus huesos en otra parte, limpiaron el departamento...y yo tuve que mentirles a todos en su trabajo diciendo que se fue con una amante estadounidense.
-¿Y te creyeron?.
-De no haberme creído, estaría en las noticias y lo mas probable, que yo en cárcel.-dice él viéndola.-Y tu me tienes miedo.
La rubia lo mira, sin expresiones en su rostro.
-Está bien que me temas, yo también me tengo miedo-dice el chico bebiendo su vaso de agua.
-No te temo.
-Eres buena mentirosa para algunas cosas, pero para otras eres terrible.
-No miento-dice la rubia frunciendo el ceño, Aspen la mira volviendo a beber en su vaso de agua.
-¿Por qué no cuentas lo que paso con Alex?.
-Otra vez-susurra-Porque no se, Aspen.
El chico asiente.
La rubia juntaba sus cosas, Aspen se coloca frente a ella evitándole la salida, donde ambos se miran.
-Nunca te haría daño, Jane.
-Lo se-susurra ella, pero no, no lo sabía, Jane lo miraba con desconfianza. Aspen lleva su mano al picaporte abriéndole la puerta.
-Creo que mejor no ire a la fiesta de campaña.-dice Aspen viéndola.-Suerte en ella.
-¿Por qué no?.
-Los monstruos salen de noche.
*****************
Tic, tac, tic, tac
Todo esta por saberse, ¿que pasará?
Nos vemos el miércoles 💕
Pasen una linda semana! Ig: Julxswatt99
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