Jane.

El fin de semana, se la paso encerrada en su habitación, diciendo que se sentía mal. Pero la verdad, es que no podía ver la cara de su padre en aquellos momentos. Se producía un vuelco en su estómago cuando recordaba aquello, cuando recordaba a su padre y a Lana juntos, recordar cómo se estaban besando y acercando sus cuerpos de manera desesperada.

Eso la hacía realmente vomitar.

Pero aun así, no se salvó de ir a clases el lunes. Se levantó temprano aquel día, se dio una ducha de agua caliente, dejando que el agua le golpeara el cuerpo mientras se quedaba parada, ojala el agua pudiera borrar los recuerdos de los últimos días, o de los últimos meses. Ojala el agua hiciera desaparecer todo para jamás acordarse de ello.

Se colocó el uniforme, y se pasó una gran cantidad de rímel negro en sus ojos. Despeino un poco su cabello y bajo las escaleras. En todo el fin de semana, estuvo con dolores de cabeza bastante sufribles, y el lunes no era la excepción. Sentía que tenía una grieta que amenazaba con romperse en miles de pedazos.

Su madre estaba abajo, juntando afiches de campaña, su hermano comía cereal. Jane agarra una manzana roja y la da vueltas en su mano antes de darle una mordida.

-No ira maquillada así a la escuela.-dice su madre viéndola.-Y Jane, atarse el cabello o peinarse no es un crimen.

La rubia no contesta mientras muerde otra vez la manzana. Su madre la mira poniéndose una mano en su cintura.

-Te deje comportarte como una niña malcriada todo el fin de semana sabiendo que no tenias ni un gramo de fiebre, ¿pero esto?, Jane sube arriba no me hagas enojar.

-¿Qué sucede?.-pregunta su padre bajando las escaleras, y su estómago hizo un ruido extraño, sintió la bilis subir por su garganta y deja la manzana a medio comer en la mesa.

Su celular vibra, mira que es un mensaje de Lana y lo lee. "Paso a buscarte primera asi podemos hablar!! Me ignoraste todo el fin de semana, por favor, hablemos".

-Llego tarde.-dice Jane guardándose su teléfono en la mochila mientras se la cuelga.

-Oh no señorita, ninguna hija mia ira desarreglada, Adam, dile algo a tu hija.

-Jane Envangeline, vuelve ahora mismo a la casa.

La rubia no quería oírlos, y no quería que Lana llegara. Por impulso, agarra las llaves del auto y se dirije al garaje mientras que sus padres la llamaban a gritos. Habia desaprobado la parte practica de su examen de conducir, pero intentarlo de vuelta no le haría mal.

Coloca la llave en contacto, y abre el portón automático.

-¡Jane!, si te vas ahora, quedaras castigada hasta que tengas cuarenta años-dice la voz de su madre. La chica rueda los ojos mientras gira las llaves, provocando el ruido del motor, y pisando el acelerador se apresura para irse.

Las ruedas chillan en el suelo levemente congelado, la chica acelera mas alejándose de su hogar. Sus manos temblaban por la ligera adrenalina que estaba sintiendo en ese momento, y la grieta en su cabeza no hacía mas que doler en aquel momento. Casi tiene un accidente en una esquina, y se llevo varios bocinazos.

Cuando llega a la escuela, estaciona el auto de manera imperfecta mientras sale, agarra su mochila ingresando al edificio.

-Jane-dice una voz conocida, cuando la rubia se da vuelta, alcanza a ver a Jackson junto con Ashton juntos.-Tu madre no nos deja de enviar mensajes, ¿está todo bien?.

-Si Jackson, perfecto.-comenta ella mientras camina por los pasillos.

-¿Enserio estas bien?-pregunta Ashton.-Pareces echar fuego, puedes decirnos que te pasa.

-Oh si, lo dice el amigo que me traiciono acostándose con mi novio.

Un tirón hace que la chica se detenga, Jackson la sostenía del brazo, y la miraba con el ceño fruncido. Ashton solamente lucia culpable.

-¿Qué dijimos de eso en voz alta?.-pregunta el chico.

-Al diablo, Jackson, al diablo tu, al diablo Ashton. Al diablo todos porque estoy jodidamente agotada. Y no vuelvas a tocarme.

Separa la mano del chico de su brazo mientras sigue caminando. Una vez en su casillero, apoya la cabeza en el mismo intentando respirar, intentando contar hasta diez, mientras que una canción imaginaria se reproducía en su mente. Su tranquilidad no dura mucho tiempo como ella quisiera.

-¡Jane!. Tus padres están preocupados, ¿te robaste el auto?.-pregunta la chica morena, seguida de la castaña atrás suyo. Hope parecía preocupada por la seguridad de Jane, aunque la rubia estaba bastante autodestructiva por si sola.

Hope tenia sus rizos oscuros acomodados en un moño, mientras que Lana llevaba media coleta recogida y el resto de su cabello suelto. Ambas chicas se miraron en silencio.

-Hope, tengo que hablar con Jane a solas-dice Lana.-¿Nos dejas?.

-Prefiero que no.-contesta Jane agarrando el brazo de Hope para acercarla.

-¿Paso algo entre ustedes?.-pregunta Hope señalándolas. Lana mira a Jane.

-No-dice al mismo tiempo que Jane dice.

-¿Qué no paso?.-la rubia suelta a Hope.-Lo de siempre, Lana fingiendo ser una perfecta amiga, con su perfecta vida, cuando es toda una hipócrita.

-Jane por favor-susurra Lana.

-Por favor nada, solo admite que estas feliz con lo que hiciste.

Hope miraba a las dos chicas sin entender nada de lo que estaba sucediendo.

-Jane, te juro que no pensaba demasiado, solo...yo...

-¿Qué acaso fue forzado?.

-No, de hecho...

-Entonces no te importo sacarte tu cara de falsedad y demostrar lo perra que eres...

Una cachetada resonó en la mejilla de Jane girando su cabeza de un lado. Un silencio se hace entre las tres, Hope abrió grande sus ojos, y muchas personas empezaron a juntarse a su alrededor para ver lo que estaba sucediendo con el drama de las dos amigas.

La mano de Lana estaba temblando, aun cuando estaba levantada, y sus ojos verdes observándola.

-Mierda Jane...disculpa yo...

Jane le devuelve el golpe de la cachetada. Y así comenzaron a pelearse, entre rasguños y tirones de pelo, ambas comenzaron a pelear. Los demás alumnos animaban a las chicas y las grababan con su celulares, Hope intentaba separarlas, pero sus agarres eran fuertes.

Unos brazos rodean a Jane para separarla de Lana. Hope se ocupa de la castaña, mientras que Jackson sostiene a la rubia.

-¡Jane, para!-dice el chico.

-¿¡Que esta sucediendo!?.-pregunta Adam Tatcher ingresando a la escuela, automáticamente, todos dejan de grabar. Todos se quedan en silencio, Hope seguía confundida, Lana acomodaba su cabello, y Jackson aflojo un poco el agarre de Jane.

Nadie hablo.

-Todos ustedes, vayan a clases. Tatcher, Heart, a mi oficina.

-Oh, que divertido sera eso-dijo Jane. Su padre aprieta sus labios, de sus ojos cafés parecían salir chispas.

-Cuidado con lo que dice, señorita Tatcher.

-¿Oh que?.-pregunta Jane cruzada de brazos antes de reír de manera exagerada.-¿Qué hará señor director?, vamos, ¡hablemos!, tengo muchas cosas para decir.

-Cuidado esa boca, estamos en una institución.

-Me lleva el diablo, ¡Uy!, insulte.

Padre e hija se miran con enojo, la vena del cuello de su padre amenazaba con explotar, y Jane estaba temblando ligeramente a pesar de su enojo.

-¿Quiere ganarse de una expulsión señorita?.

-Bien, al diablos, todos.-dice ella caminando por los pasillos directo a la puerta de salida.

-¡Jane!.-Escucha la voz de su padre llamarla, ella se da vuelta y con ambas manos muestra su dedo medio hacia todos que la veían antes de salir del edificio. Tira las llaves del auto para que al menos su padre tarde en encontrarlas y se va caminando con la nieve intentando calmar su ira interna.

Deambula por la ciudad de Londres un buen rato, hasta que sus pies se cansan, hasta que siente su cara helada y la nariz congelada.

Al llegar a la casa de Aspen, toca el timbre, el chico tarda unos minutos en abrir la puerta. Tenía unos pantalones grises, y un sweter negro. La rubia lo mira, antes de comenzar a llorar, Aspen la acerca abrazándola y besa su frente mientras acariciaba su espalda.

El cuarto de Aspen tenía unas paredes grises algo sucias. Dos poster de música, uno de The Beatles, otro de My Chemical romance, libros de psicología perfectamente acomodados, su computadora y un telescopio que juntaba polvo, una clara muestra que no lo usaba. Pero lo que le gustaba a Jane, eran las figuras de acción en un mueble en un rincón que también estaban juntando polvo.

La chica se había cambiado la ropa escolar por algo que Aspen le dio, pantalones de gimnasia negros y un buzo verde. Ella se levanta mientras camina por la habitación, mirando las figuras de acción bien apiladas, sus libros de psicología con demasiadas anotaciones. Se acerca a la ventana, con cortinas blancas y las corre un poco, había una perfecta vista del jardín de su casa, podía verse la casa del árbol cubierta por la nieve, y la ventana que daba a su habitación.

La puerta hace un ruido al ser abierta, donde Aspen ingresa sosteniendo dos tazas con té. Las deja en el escritorio y se acerca a la rubia, sostiene su rostro en sus manos y deja un pequeño besos en sus labios. Luego de todo su llanto, Jane le había contado todo, o bueno, casi todo. No le revelo que supo las cosas por el mensaje de un desconocido, no le conto el secreto de Hope, no le conto como se estaba ahogando en un vaso de agua y nadie le tiraba un salvavidas. Y que las notas la atormentaban, todo el tiempo.

-¿Te sientes mejor?.-pregunta Aspen y Jane asiente.

-Supongo-dice suspirando, Aspen le da su taza con el té humeante. Lo sopla antes de darle un pequeño trago.-Mi padre me saco de la escuela.

-Oh...

-Si, las ventajas que tu padre sea director es que te pueden admitir en poco tiempo. Pero honestamente, no tengo ganas de volver a la escuela por un par de días.

Aspen da vuelta a la chica y corre el cabello apoyándolo en su hombro. Le deja un beso en su cuello antes de llevar sus manos a los hombros de ella comenzando a hacerle masajes. Jane cierra los ojos, mientras sentía el calor el té en sus manos.

-Creo que todo llegara a solucionarse pronto.

-Estoy cansada, Aspen. De mis padres, de...esto.-las manos de Aspen se detiene.-No me refiero a esto de nosotros, me refiero a esto en general. Los secretos que vengo descubriendo.

-¿Y crees que todo finalice?-pregunta el chico sentándose en la cama. Jane se da vuelta para verlo, le da un sorbo a su te, antes de dejarlo en el escritorio. Se acerca al castaño sentándose en sus piernas, el chico rodea su cuerpo con sus brazos, Jane deja un beso en sus labios.

-Solo quiero olvidarme de todo esto, cuando vuelva a casa será un caos.-dice apoyándose en el hombro de Aspen. Siente un escalofrío cuando las manos del chico se colocan bajo el buzo acariciando su espalda, eran unas caricias tranquilizadoras, las manos de Aspen estaban frias, pero no tardan en tomar temperatura mientras acaricia a la chica. Jane se acurruca en su cuello apoyando su mano en los brazos de él.

-Puedes quedarte-dice Aspen susurrando en su oído. La chica sonríe levantando la mirada, Aspen se inclina dejándole un beso en sus labios.

-Me gustaría, pero no puedo escaparme por siempre.

-¿Y por qué no?.

Ella sonríe mientras suspira.

-Porque, mamá vendrá a buscarme y te tirara la puerta abajo, y ambos no querremos eso.

El chico chasquea su lengua.

-Nos escapemos, escuche que Francia es lindo.

Jane rie y Aspen sonríe.

-Claro, me gusta esa idea de escaparnos.-dice llevando las manos de él a su cuello y se besan mientras sus cuerpos se acomodan.-Ahora, ¿podemos hablar de esa escapada?.

Aspen asiente mientras vuelven a besarse y ambos cuerpos caen a la cama con pequeñas caricias de ambas partes acercándose más.

*

Mirándose en el espejo, se limpiaba la cara para sacarse los restos del maquillaje. Ya había oscurecido, y Jane aun seguía con la ropa de su novio, habia ingresado por el patio sin ser vista, pero aun así, escucho a sus padres discutir en el living. Su hermano no se encontraba en casa tras ver su cuarto vacío.

Mientras la chica se sacaba el maquillaje, su madre ingresa, tenía una falda tubo color azul oscuro y una camisa blanca. En sus manos sostenía una rosa blanca.

-Te dejaron esto para ti-comenta dejando la rosa frente a ella-No te oímos llegar.-dice Edith acomodándose su cabello rubio.

-Era más o menos la idea-replica ella.

-¿Dónde sacaste esa ropa?.

-Estuve en lo de Aspen.

Edith agarra el rostro de su hija para que la mire.

-¿Y que estuvieron haciendo?.

-Escapándome-dice ella levantándose.

-Tu comportamiento del día de hoy, no estuvo nada bien Jane.-dice su madre observándola.-¿Y aquel numerito que hiciste en la escuela? ¡Nos dejaste en ridículo con todos!.

-Oh madre, lamento manchar tu perfección.-comenta la rubia.

-Tu sabes siempre lo que digo, Jane, la perfección es la clave del éxito-dice agarrando a su hija del mentón.-¿Acaso crees que no sabía que tu padre me engañaba?.

-¿Qué?...

-Vamos Jane, no soy estúpida como crees, claro que no me esperaba que fuera con esa amiguita tuya pero....-dice su madre.-¿Pero ganaría una elección con un divorcio? Lo mas probable que no, a veces es mejor fingir sonrisas y bienestar, solo por tu propio bien para triunfar.

Edith acomoda el cabello rubio de su hija con sus dedos, peinando los cabellos despeinados.

-Ahora, lávate la cara, cámbiate de ropa, baja a comer. Y entre los tres hablaremos sobre tu vuelta a la escuela, y sin escándalos.

-¿Y Cam?.

-Fue a la casa de Eddie-dice su madre.-Ahora, haz lo que te dije, yo fingiré no saber nada de tu padre, y tu fingirás arrepentirte. ¿Bien?.

Su madre la observa de manera seria para dejar en claro su decisión, para que supiera que hablaba enserio. Edith se retira del cuarto dejando a Jane sola con el corazón latiendo en sus orejas, y con fuerza en su pecho.

Agarra un peluche en su cama tirándolo con fuerza contra la puerta ahora cerrada. Su cabeza volvía a doler en aquel momento. Su mirada se concentra en la rosa frente a su espejo y la agarra, tenía un hilo en el tallo donde salía una pequeña etiqueta con su nombre, donde podía leerse "La mas pura siempre se ensucia, tick tack". Frunciendo el ceño, camina hacia su ventana y tira la rosa por la misma, mira como la misma aterriza en la nieve, mezclando el blanco de sus pétalos con ella.

Mira hacia la casa de Aspen, todas sus luces estaban apagadas. La noche se hallaba silenciosa, pero siempre había alguien.

Cerrando su ventana y las cortinas. Camina escaleras abajo. 

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Ig: Julxs99