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Capitulo VI


Jane


La escuela estaba decorada con banderines y carteles animando al equipo deportivo, pues pronto los jugadores de basquet se enfrentarían a un partido con una escuela rival. Por lo que ellos entrenaban mas y se preparaban para aquello como si la vida se les fuera dejada en el deporte.

Estaba junto a sus dos amigas, las tres sentadas en el patio de la escuela debajo de la sombra de un árbol, aunque el clima en Londres generalmente no era soleado, debía admitir que el punto de encuentro era un lugar cómodo para sentarse. Lana era la que hablaba llenando el silencio, ella hablaba y habla de todo lo que había hecho el fin de semana, de las fiestas a las que quería ir con sus amigas, hasta del nuevo celular último modelo que se compro.

Jane pensaba que si le aparecía una nota misteriosa preguntando como consiguió el Iphone, estaría loca, desde que recibió las fotos siente que algo esta en su espalda observándola. Estaba perdiendo la cabeza y la cordura.

—Hola, linda.—escucho una voz detrás de ella, por la cara de disgusto de Hope, supo que se trataba de Jackson.

—Vamos, Hope, dejemos a los tortolitos solos.—dice Lana levantándose, le da un guiño a su amiga y las dos chicas disponen a irse, Jackson toma el lugar que Lana dejo vació. Deja la mochila frente a ellos y de su interior saca dos chocolatinas extendiéndoselas a la rubia y pone ojitos grandes como un cachorrito perdido.

—¿Crees que mi amor por el chocolate me hará ceder?

—¿Quizás?—dice algo dubitativo.

—Cómelas tu.

—No me gusta el chocolate—dice Jackson.—Y lo sabes, y esta es mi forma de pedirte perdón, por ser un terrible novio y haberte gritado. Tienes razón, no tuve que tratarte de esa forma.

Jane mira a su novio, este hace un ligero puchero y parpadea varias veces, la rubia vuelca sus ojos pero agarra las dos chocolatinas. Le saca el papel a una y se dispone a comerla bajo la atenta mirada de Jackson quien parecía esperar una respuesta.

—Tal vez tienes razón en algo, si no estoy lista en un año de relación...es difícil saberlo.

Jackson suspira pasándose una mano por su cabello oscuro viéndola.

—No tuve que presionarte, soy paciente, enserio.—dice tomando la mano de la chica y besa el dorso de esta.—Perdón, mil perdones.

La rubia suspira y vuelve a morder la barra de chocolate pensando, su novio espera de nuevo su respuesta, aunque ahora estaba con cierta impaciencia, pues movía su pie de manera nerviosa esperando la respuesta de ella.

-Si hay próxima en la que me contestas de esa forma, no habrá chocolate en el mundo que me haga perdonarte.

Jackson suspira y besa sus labios de manera rápida antes de sonreir.

—Bien, lo anoto.—dice levantándose y la ayuda a levantarse cuando el timbre suena para ingresar a la clase. Los dos caminan con sus dedos entrelazados, la presencia molesta de ser observada vuelve a situarse en su nuca, los vellos de su cuello se erizan, la rubia se acerca mas al brazo de su novio y lo abraza ocultando su rostro ahí deteniendo la charla del chico sobre que debía ir a practica luego de la escuela.

—¿Estas bien?—pregunta él viéndola, el pasillo estaba quedando vacío, varios de los estudiantes habían entrado a sus aulas.

—¿A veces no tienes esa sensación de que te están observando?—murmura echando una sigilosa mirada hacía atrás. 

—Te estas volviendo paranoica—contesta su novio poniendo los ojos en blanco.

—Hablo enserio, es una rara sensación de que alguien me observa.

Jackson frunce ligeramente sus cejas provocando que tenga un rostro serio y algo intimidante, con las cejas hundidas en su entrecejo. El chico mira a ambos lados del pasillo.

—Bueno, estamos solos...me estoy preocupando, ¿quieres que vayamos a ver a tu padre?

—No, descuida—suspira—Quizás tienes razón, deben ser cosas mías, hace poco vi una película de terror debe ser eso.

—Cualquier cosa, estoy aquí para protegerte—dice abrazándola por los hombros y apoya sus labios en su frente mientras la guiaba al aula correspondiente para tener la primera clase del día. 

Las clases pasaron con normalidad, escuchando a los profesores, y haciendo las actividades. Las fotografías que mandaron con imágenes de sus amigos y familiares se les hicieron presentes, mira a Lana quien jugaba con su cabello aburrida en la clase de matemáticas, la chica se voltea a ver a su amiga, le regala una sonrisa y le ofrece un chicle.

—Estas clases son aburridas.—susurra Lana cuando Jane acepta el chicle y se lo coloca en la boca sintiendo el sabor a frutas.

—Lana—habla la rubia nuevamente.—¿Cómo conseguiste el Iphone?

—¿De nuevo con tus estúpidas preguntas, Jane?—reprende su amiga en un susurro molesto.—Ya te dije, fue un regalo, también el auto, ¿Por qué eres tan insistente? ¿estas celosa de mi o algo asi?

—Perdona—murmura la chica viendo al frente.—Solo me sorprendí los cambios que hubo en un verano que me fui.

Los padres de Lana no eran muy receptivos con ella o su hermana mayor, eran estrictos y difícil que sus hijas manejaran cierta cantidad de dinero. Por ello la sorpresa de Jane al ver el auto y un celular que seguramente costaba mas que su pequeña colección de zapatos fueran regalos de sus padres, sin contar que las notas la volvían demasiado paranoica.

Lana suspira de manera disimulada, saca su celular y teclea algo rápidamente antes de guardarlo en el bolsillos. Se voltea a su amiga y le ofrece el tipo de sonrisas que dicen "esta bien, no pasa nada". El profesor no le estaba dando la atención a nadie, estaba mas concentrado haciendo un crucigrama que fijarse que sus estudiantes hicieran las actividades que dejo en el pizarrón.

—¿Cómo están Jackson y tu?—pregunta Lana guardando su celular, agarra el cuaderno de Jane y se dispone a dibujar flores al costado de la hoja sin arruinar el contenido.

—Solucionamos el problema...creo.

—¿Entonces van a acostarse?—pregunta Lana—Linda, tal vez Jackson diga de ser paciente, pero primero que nada, es un chico, y ambas sabemos muy bien lo que los chicos desean. A demás no entiendo que tanto debes pensar, eres linda, tienes bonito cuerpo, Jackson te adora, piensas demasiado las cosas en mi opinión.

Jane suspira apoyando su mejilla en su puño.

—Al no ser—habla su amiga alzando la mirada y asoma una sonrisa picante en sus labios.—Que tengas deseos con hacerlo con tu vecino, será loquito y todo, pero el lindo físico no se lo quita nadie.

—Si tanto te interesa Aspen, ve por él.

—No, me gustan mas grandes que Aspen, y aparte mi reputación se daña si saben que salgo con él.—dice la chica terminando de dibujar las flores y devolviéndole el cuaderno.


Los flashes de las cámaras molestaban a los ojos de Jane quien hacia un gran esfuerzo para no parpadear, al volver de la escuela, su madre le había ordenado que se pusiera un vestido y se peinara mejor. Y ahora, Cameron, su madre, su padre y ella estaban frente a las cámaras, posando en el jardín de la casa junto a las flores mas bonitas para la campaña de su mamá.

No es como si la gente estuviera muy interesada en la vida de los aspirantes a primer ministro, pero Edith Tatcher era insistente al decir que todo sumaba a ser elegida, y que si ella debía posar a las cámaras junto a su familia, dar entrevista y demás para ser elegida, lo haría.

Sonreían frente a las cámaras, sentía la mano de su mamá en su espalda, y juraba escuchar su voz mentalmente decir "ponte mas derecha, hombros atrás, mentón levantado". La mano de su mamá la empuja ligeramente para acercarse mas a Cameron.

Un Flashback apareció en su cabeza, cuando en navidad, Jane se negaba a sentarse al lado de Alex para la foto familiar que querían enviarles a sus abuelos que vivían en Holanda, la niña pataleo y grito que se negaba a posar junto a su hermano, y Alex estaba sentado, la única expresión en su rostro, era una sonrisa de travesura. Su madre la había obligado a tomar asiento, y Jane debió sonreír forzada, porque su hermano estaba jalando con demasiada fuerza su cabello detrás de la espalda de la chica.

Luego de tantas fotografías en familia, siguió Edith Tathcer sola y pronto debería ser entrevistada para el periódico.

—Iré adentro.—dice Adam a sus dos hijos antes de voltearse e ingresar a la casa, Cameron se rasca el chaleco.

—Esto pica.—dice y mira a su hermana.—¿Crees que es necesario seguir vestidos asi?, me pica demasiado.

—No, creo que ya terminamos por hoy. Ve a cambiarte, te cubro cualquier cosa. 

Cameron asiente dándose la vuelta e ingresa a la casa, Jane baja su mirada a su vestido de manga largas color celeste que llegaba hasta la rodilla. Su madre, en cambio, tenia un vestido negro, y largo, que ajustaba a la perfección su figura, el cabello rubio de su madre tenia demasiado volumen y estaba decorado con perlas.

La chica levanta la mirada hacia la casa de su vecino y atrapa a Aspen observándola, ella lo saluda, el chico le devuelve el saludo antes de cerrar las cortinas.

Cuando se hizo más tarde, Jane estaba sentada en la mesa de la cocina con una taza de té verde mientras veía álbumes familiares. Ella tenía siete años cuando su hermano mayor falleció, Alex tenia once en ese momento. Escucha el suspiro de su madre y sus zapatillas moverse por la casa, el ruido de las tazas y de la pava eléctrica haciendo ruido para calentar el agua.

—¿Qué haces?—pregunta su madre apoyando las manos en los hombros de su hija, la chica toma de su té.

—Solo veo fotos...me olvidaba un poco de Alex.

Su madre aplica algo de presión en los hombros de su hija, Jane no sabia a que se debía eso, si el recuerdo la lastimaba o que no quería recordar a su primer hijo. Alex era una mezcla de su padre, con las características de su abuelo de Holanda, cabello negro azabache, ojos azules como el océano y un rostro fino y dulce. Muchas personas decían lo atractivo que seria al crecer.

—Eras pequeña cuando murió, es normal—dice su madre yendo a servirse el té.

—¿Normal no seria que me acuerde de juegos o algo asi con él?

—No eran muy unidos, Jane. Les gustaba jugar cada uno por su lado, en las vacaciones a veces la pasaban juntos, pero muy pocas, a ti te gustaba jugar mas con Cameron. Creo que era el echo de que fuera menor y lo podías manipular como un muñeco, Cameron te hacia caso, pero tu no hacías caso los juegos de Alex.

—¿Por qué?—pregunta demasiado curiosa. Su madre suspira como si la pequeña conversación la estuviera agotando.

—No se, Jane, cosas de niños.—dice su madre de manera brusca yendo a servirse el té.

—¿Cómo murió?—pregunta ella.—Se que fue un accidente pero...

—Jane, no quiero hablar mas de Alex, ¿bien?—dice en un tono cortante clavando sus fríos  ojos azules en ella—Ordena esas fotografías y guárdalas por favor—dice retirándose con su taza de té. 

La chica suspira llevándose la taza de té y el álbum de fotografías al patio, donde vuelve a sentarse en la hamaca de goma mirando las fotos, fotos de vacaciones con sus abuelos, en cumpleaños, en cenas, muchas fotos y fotos, en algunas Jane sonreía, en otra se veía tristeza en sus ojos, pero en todas Alex tenia una sonrisa de travesura.

Escucha la puerta de la cerca abrirse, Jane estira el cuello para observar a Aspen ingresar con la mochila colgada en su hombro y llevando una bicicleta. Se detiene al ver a Jane, el chico se acerca al portón y lo cruza como viene haciendo.

—¿Qué tal las clases?—pregunta ella.

—Normales, ¿Qué tal las fotos?

—Me duelen los ojos, pero estaré bien.—dice ella y Aspen asiente—Aspen...

—Jane.

—¿Tu piensas que a veces las personas te guardan secretos?—pregunta. El chico no la mira directamente a los ojos, juega con la correa de su mochila antes de contestarle.

—Lo creo todo el tiempo, pero vamos, vivimos y morimos por secretos, ¿no crees?—pregunta Aspen y se inclina viendo la fotografía.—Que linda eras.

—¿Era?

—¿Qué puedo decirte? La pubertad no ayuda a todos.

Jane abre la boca indignada, y Aspen se ríe.

—Estoy jugando, sigues linda.—dice dándose la vuelta.—Tengo trabajos que hacer, te veo luego Jane.

—Adios—dice ella en un susurro viéndolo irse antes de volver su vista a la fotografía, la misma foto del flashaback estaba ahí, Jane con una sonrisa forzada, Cameron siendo un pequeño niño abrazando un oso de peluche, y Alex, con la sonrisa, en su traje de navidad, y su otra mano oculta en la espalda de Jane donde le tiraba del cabello.

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