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O8

Tres semanas después...

—Cómo puedes observar tiene muy bonitas vistas del río Támesis. — dijo la agente inmobiliaria apuntando hacia el ventanal desde donde se podía observar dicho río, pero en lugar de enfocar la vista en el agua corriendo, observo su reflejo.

Se veía bastante bien.

Sonrió y miro a la agente dándose cuenta de cómo la omega aspiraba.

—Y dime. — Comenzó coqueto. — ¿Qué hay del enganche y los abonos mensuales?

—Eh, sí... — La chica carraspeo, el sonrojo subiendo por su cuello. — El, eh, el enganche es de catorce mil novecientas veintiséis libras y los abonos mensuales serian de ciento cuatro libras, esto pagando durante cuarenta y ocho meses, pero siempre puedes pagar más si quieres liquidar antes.

TaeHyung miro alrededor del amplio departamento antes de asentir.

— ¿Dónde firmo?— dijo sonriendo.

🌼

—Está decidido a irse, entonces. — dijo BoYoung acomodándose mejor en la silla frente al escritorio de JiMin, que asintió con pesadez.

—Así es, se disculpó y arreglamos las cosas y todo, pero aun así siento que se formó una brecha entre nosotros y de pronto me dice que ya firmo los papeles para comprar un departamento, quiero decir, Bo, ni siquiera sabía que le podrían dar un préstamo, pero parece que todo es gracias a su jefe, el hombre parece que lo adora. — Soltó un suspiro cansado. — No es raro, de todos modos Tae siempre se gana a todo el mundo.

—Intenta verle el lado bueno, ahora Jungkook podrá pasar día y noche en tu casa. — BoYoung subió y bajo sus cejas, intentando hacer que JiMin se olvidara un poco de la situación.

JiMin sólo dejo caer los hombros y enterró la cara entre las manos.

— ¡Eso es lo peor! Después de media hora de tristeza ya estaba pensando en Jungkook y en todo el tiempo que podríamos pasar juntos ¡Soy un padre terrible!

—Lo cuidaste muy bien durante casi veintiún años, JiMin, ya era tiempo de que se independizara.

— ¡No! Fueron sólo veinte años, yo- la verdad nunca pensé que se iría. — dijo haciendo un puchero.

Justo fue ese el momento en que Bin decidió entrar, mirando primero su boca y después a BoYoung con desaprobación.

—Secretaría, no te pagamos para que estés sentada sin hacer nada. — le dijo a BoYoung, que se puso de pie de inmediato, dándole una mirada de disculpa a JiMin, y salió de la oficina.

— ¿Qué necesitas, Bin?— dijo JiMin entrelazando sus dedos.

El hombre había dejado de acosarlo gracias a Jungkook, pero aun así JiMin había tenido que ponerse firme cuando intentaba cargarle trabajo de más.

—No has mandado el manuscrito de Suk. — dijo parándose a un lado de su escritorio.

—Por supuesto que lo hice. — Dijo frunciendo el ceño. — Se lo entregue personalmente a Yungjae.

— ¿Yungjae?

Se contuvo por poco de rodar los ojos.

—Por amor a todo, Bin, tu secretario.

—Lo que sea. — Murmuró antes de mirarlo. — ¿Sigues con aquel mocoso?

Esta vez no se contuvo y rodó los ojos.

—Bin, eso no importa, creí que ya había quedado claro. — el alfa lo miro con mala cara y la ceja y barbilla alzadas.

—Desperdicias tu tiempo ¿Qué te puede dar él, eh?

Bueno, realmente no había dejado de acosarlo, no en toda la extensión de la palabra al menos, o sea, si había dejado de invitarlo a salir y había dejado de ir a su casa, pero se había puesto súper pesado con el tema de Jungkook.

JiMin nunca le contestaba de todos modos y siempre lo despedía de su oficina, tal como estaba a punto de hacer.

—De nuevo, Bin, no importa. Ahora ¿Necesitas algo más o me vas a dejar continuar con mi trabajo?

Vio la mandíbula del hombre tensarse antes de que diera media vuelta y saliera.

Respingo cuando Bin azoto la puerta al cerrarla.

Dos minutos después BoYoung entro de nuevo.

—Uff, está insoportable con todo el mundo. — Dijo sentándose una vez más en la silla frente al escritorio de JiMin. — Me entere que ha estado molestando mucho a Shin Hye últimamente, tal como le hacía contigo, ya sabes, invitándola a salir, yendo a su casa. — bufo. — Si sigue así, Shin Hye no se va a tentar el corazón como lo hiciste tú y lo va a reportar y lo van a correr. — su tono lleno de burla y fatalidad mientras tomaba un manuscrito del escritorio y comenzaba a hojearlo.

JiMin se encogió de hombros, acomodando un par de cosas.

—Podrá ser insistente y un poco imbécil. — volvió a encogerse de hombros cuando BoYoung lo miro por sobre las hojas. — pero a pesar de eso no creo que merezca perder un trabajo en el que ha invertido la mayor parte de su vida por una nimiedad, me sentiría demasiado culpable si por mi culpa lo despidieran.

BoYoung rodó los ojos dejando el manuscrito donde había estado.

—Eres un bebé blandengue, JiMin, hay personas con las que no te debes tentar el corazón.

—Pero realmente no hay necesidad, nunca hizo nada malo, bueno golpeo a Jungkook. — arrugó la nariz y frunció el ceño recordando la escena. — Golpeo a Jungkook, tal vez si debería reportarlo.

—Te adoro, JiMin. — dijo BoYoung riendo.

—Es que soy adorable. — dijo batiendo sus pestañas antes de reír también.

Un pitido en el intercomunicador los tuvo mirándolo y a JiMin oprimiendo el botoncito rojo para contestar.

—Señor Park. — se escuchó de inmediato la voz del guardia de la empresa. — le llego un paquete ¿Quiere que se lo mande o prefiere bajar por él?

—Mándamelo, por favor, Hyuk.

—Muy bien, señor Park, ya va en camino.

—Muy bien, gracias. — y con eso corto la comunicación.

— ¿Qué es?— dijo con curiosidad BoYoung.

JiMin se encogió de hombros, pasándose las manos por la cara.

—Espero que sean unos waffles llenos de fruta y crema chantillí, no alcance a desayunar y tengo mucha hambre.

BoYoung lo miro durante unos segundos con la cabeza ladeada.

— ¿Estás embarazado? — JiMin casi se cae de la silla.

— ¡No! — dijo exaltado, la secretaria mirándolo con ojos entrecerrados.

— ¿Seguro? Seguramente TaeHyung se sentiría muy feliz de tener un hermanito. — dijo sonriendo con maldad y haciendo jadear a JiMin.

— ¡No, cállate! Kook y yo ni siquiera hemos tenido sexo.

— ¡¿Qué?! — esta vez fue el turno de BoYoung de mirarlo sorprendida. — Pero si tienen como cinco meses.

—Cuatro y medio. — corrigió JiMin. — y no ha habido necesidad ¿Sabes? Estamos bien así.

— ¿Seguro? — repitió inclinándose hacia adelante. — Porque Jungkook es joven, hay más vitalidad y necesidad.

—Lo sé, si lo he pensado y él siempre me lo insinúa, en broma, pero lo hace, pero yo tampoco quiero que pasamos a ese nivel con la situación actual, tal vez... — dijo titubeante. — Cuando TaeHyung se vaya...— y dejo la frase al aire.

— ¡Por supuesto que quieres que TaeHyung se vaya! — dijo BoYoung riendo. — ¡Haz pensado incluso en eso!

JiMin dejó caer la cabeza contra el escritorio soltando un largo gemido lastimero.

—Ya no te voy a contar nada. — lloriqueo.

Mientras BoYoung reía y JiMin se lamentaba, tocaron la puerta.

—Adelante. — dijo enderezándose.

Un joven alfa con un florero lleno de margaritas entro. Se veía un poco nervioso cuando camino hacia ellos, probablemente era su primer día, porque JiMin no recuerda haberlo visto antes.

—Eh, su paquete, señor Park. — dijo tendiéndole el florero.

JiMin lo tomo entre sus pequeñas manos.

—Muchas gracias, ah...

—Jungwan.

—Muchas gracias, Jungwan. — el chico asintió y prácticamente salió corriendo de ahí.

BoYoung suspiro mirando la puerta cerrada. — Adorable. — después regreso la mirada al florero. — ¿Es de Jungkook?

JiMin asintió sonriendo al leer el te quiero de Jungkook en la tarjetita entre las flores.

— ¿Por qué Hyung Sik no es así de detallista? — dijo BoYoung con pesadez, haciendo que JiMin la mirara con las cejas alzadas.

—Porque no te gustan las flores. — le dijo.

—Tienes razón, yo prefiero llegar a casa y encontrarlo desnudo con un moño amarrado al pene. — Su sonrisa soñadora tuvo a JiMin mirándola escandalizado.

🌼

Cuando JiMin llego a casa, dos semanas después, se encontró con una enorme camioneta pick up de carga y a un par de los amigos de TaeHyung acarreando sus cosas hasta la caja de la camioneta.

Y aunque se le hizo un nudo en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas, estaciono su camioneta y se tragó la tristeza.

¿Vendrás esta noche? le mando a Jungkook antes de bajar del coche.

Saludo a los amigos de TaeHyung y se metió a la casa, encontrándose con su hijo supervisando.

—TaeHyung ¿Por qué no estás ayudando?

Su hijo lo miro escandalizado.

— ¿Quieres que me vaya? — a pesar de todo, JiMin rodó los ojos.

—Sabes que no, pero si te vas a ir, lo mínimo que puedes hacer es acarrear tus propias cosas, no sólo supervisar. — dijo haciendo comillas en el aire.

TaeHyung hizo puchero.

—Tú me odias ¿Verdad? — y se cubrió la cara, fingiendo llorar.

JiMin volvió a rodar los ojos.

—No seas ridículo. Anda, ve a mover tus propias cosas.

Con un puchero TaeHyung hizo lo que se le dijo.

Él entonces fue a dejar el poco trabajo que había tenido que llevarse a casa, a su oficina. Lo puso descuidadamente sobre su escritorio, sacando su teléfono cuando lo sintió vibrar en su bolsillo.

Claro, amor, puedo quedarme a pasar la noche??? ;)

Jungkook tenía la costumbre de hacer esa pregunta desde que había pasado lo de TaeHyung, aunque siempre lo hacía con burla, porque realmente Tae ya no soportaba a Jungkook, o sea, los primeros días definitivamente no lo podía ni ver, aunque gradualmente lo había soportado más, eso sí, lo ignoraba, pero ya no había ningún enfrentamiento.

Y JiMin realmente lo agradece, porque si tuviera que elegir... Siempre seria TaeHyung y eso arruinaría totalmente la relación entre los dos.

De hecho, si respondió TaeHyung se va hoy mando después.

Oh ¿Estás bien?

No lo sé apenas lo mando se guardó el teléfono en el bolsillo y soltó un suspiro, yendo hasta la puerta.

Tomando el pomo con su mano puso su mejor sonrisa y salió.

— ¡Oh! — exclamo sorprendido cuando chocó contra uno de los amigos de TaeHyung cuando justamente iba pasando por ahí. — Hyunjin, lo lamento, no te vi.

El chico le sonrió. — No se preocupe, señor Park, yo tampoco iba prestando atención. — agrando su sonrisa y se fue, mirándolo un par de veces sobre el hombro. JiMin le sonrió antes de buscar a su hijo.

Lo encontró en su casi vacía habitación, acostado sobre el desnudo colchón.

Al mirar alrededor y ver que ya quedaban realmente muy pocas cosas personales y que las demás ya estaban empaquetadas o de plano no estaban, JiMin sintió su estómago cerrarse.

Se paró junto a la cama y atrapo el tobillo de su hijo con su mano, aun mirando alrededor.

— ¿No deberías de estar ayudando? — dijo ausentemente.

TaeHyung levanto la mirada de su teléfono, atrapando a su papá observando la vacía habitación, él también miro alrededor y cuando regreso la mirada a la cara de su papá, éste lo estaba mirando y a él se le encogió el corazón al ver la tristeza en sus ojos, a pesar de que trataba de encubrirla con una sonrisa, vamos que su papá incluso estaba ocultando el olor de tristeza.

Pero tienes que vivir tu vida, papá, y conmigo aquí nunca lo harás. Así que en su lugar sonrío.

—Tengo a mis sirvientes para que acarreen todo, pa.

Justo en ese momento entraron un par de los chicos, deteniéndose un par de segundos cuando lo vieron y después movilizándose para sacar más cajas.

JiMin sólo los miro extrañado, pero finalmente los ignoro, mirando a su hijo con las manos en las caderas.

Park TaeHyung, te crie mejor que esto, así que levanta ese trasero y mueve tus propias cosas.

TaeHyung lo miro con esa característica mueca que siempre había hecho cuando estaba a punto de hacer berrinche y que desde varios años atrás no hacía, JiMin sintió un espasmo de frialdad en todo el cuerpo.

Su bebé se iba a ir.

Después de varios segundos en los que se vieron fijamente, TaeHyung se levantó con un suspiro y comenzó también a acarrear sus cosas.

JiMin sólo se sentó en la cama cuando su hijo salió de la habitación, recordando y cayendo en la cuenta de que era la primera vez que iba a vivir solo, porque antes habían estado sus padres y después TaeHyung, pero ahora él iba a estar solo.

La angustia comenzó a trepar por sus entrañas y cuando menos lo esperaba uno de los amigos de su hijo estaba sacando la última caja y ya no había ropa tirada, ni zapatos, ni el escritorio estaba lleno de hojas y plumas, ya ni siquiera estaba el escritorio.

Soltaba un tembloroso suspiro cuando TaeHyung entro de nuevo a la habitación.

—Creo que ya sacamos todo. — dijo rascándose nerviosamente la nuca. — De todos modos si me falta algo vengo después.

JiMin se puso de pie y avanzo los pocos pasos hasta abrazar a su hijo.

Fue teniéndolo en sus brazos cuando no pudo evitar echarse a llorar, el olor de la tristeza finalmente envolviéndolos.

TaeHyung le regreso firmemente el abrazo, suspirando.

—Tienes que venir todos los días, a-al menos en la mañana, para que desayunes antes de la universidad o en la noche o... — JiMin se detuvo, su voz tan rota que tuvo que tomar un respiro. — o mejor no te vayas, podemos arreglarlo.

TaeHyung soltó el inicio de una risa suspirada.

—Papá, ambos sabemos que esto es lo mejor, me va a tomar tiempo aceptar que estás con alguien, lo sabes, pero sólo es cuestión de tiempo. Y por supuesto que voy a venir todos los días, no podría sobrevivir sin tu comida. — lo separo de él, dejando un beso en su mejilla. — Me voy a cuidar mucho, pa, te lo prometo y si pasa cualquier cosa te lo voy a contar y esto va de ambos lados, eh, si algo pasa me hablas, no importa la hora.

JiMin se limpió las lágrimas, asintiendo.

—Te amo, mi bebé. — murmuro acariciando su mejilla.

—Y yo a ti, papá. — le dio una rápido abrazo y otro beso en la mejilla antes de finalmente separarse con una enorme sonrisa. — Nos vemos, te quiero. — y con eso dio media vuelta y salió de la habitación.

Ambos sabían que lo hacía para no echarse a llorar también.

TaeHyung bajo los escalones prácticamente corriendo, no queriendo pensar demasiado en que se estaba yendo permanentemente, bueno, iba a volver, pero sólo serían visitas, esa ya no sería más su casa, sin embargo siempre seria su hogar y sabía que siempre seria bien recibido de regreso.

A punto estaba de salir cuando se chocó con Jungkook, que iba a entrar.

Se quedaron mirándose durante unos segundos, TaeHyung con la mandíbula ligeramente tensa, mientras que Jungkook tenía la expresión en blanco.

TaeHyung culpaba a Jungkook por todo lo que había pasado, pero a pesar de eso sabía que Jungkook había tenido razón en todo lo que había dicho.

Él había sido muy egoísta con sus papá, pero realmente él nunca lo había sentido de esa manera hasta que Jungkook lo dijo, él todo lo que había querido hacer era proteger a su papá, si de TaeHyung hubiera dependido, él lo habría guardado en una caja de cristal blindado para que nadie lo volviera a lastimar.

Lo jodido es que él también lo había lastimado y se había sentido asqueado consigo mismo al caer en la cuenta de eso.

—Cuídalo con tu vida, porque si sale herido no me voy a tentar el corazón, Jungkook, soy capaz de matarte.

Jungkook sonrío. — ¿Esta es tu bendición?

—Vete a la mierda. — dijo TaeHyung pasando a su lado y empujando su hombro. — Estás advertido.

Jungkook solamente miro al chico subirse a su coche e irse, la pick up siguiéndolo de cerca.

Él lo tomaría como una bendición, entonces.

Se metió a la casa, cerrando la puerta detrás de él y concentrándose en el precioso olor de JiMin.

Dicho olor lo guio hasta la habitación del omega, donde lo encontró acurrucado entre las cobijas, el ojito que no tenía enterrado en la almohada lloroso e hinchado.

—Hey, amor... — dijo tirándose en la cama junto a él, sacándose los tenis de una patada y atrayendo al omega con un abrazo. — Todo estará bien, no hay porque llorar, él vendrá todos los días, te lo aseguró, te quiere demasiado para no hacerlo, de hecho te quiere tanto que nos dio su bendición.

JiMin levanto la cabeza de donde la tenía escondida en su pecho, mirándolo incrédulo.

— ¿Qué te dijo?

—Realmente no importa, lo importante es que se puede interpretar como su bendición, incluso cuando se lo pregunte no lo negó.

JiMin suspiro negando.

—Lo voy a extrañar muchísimo.

—Lo sé, amor, pero vele el lado bueno, podremos pasar más tiempo juntos. — y estaba levantando la cara del omega para besarlo.

Éste se dejó hacer sumisamente, regresando el beso y las palabras de BoYoung medio mes atrás rondando por su cabeza.

Jungkook era más joven, tenía más vitalidad y necesidad y mañana vamos a hacer el amor pensó decidido.

Su ánimo se levantó enormemente después de pensar en eso.

🌼

La noche siguiente Jungkook se quedó gratamente sorprendió cuando un JiMin bastante decidido lo desnudo y se le monto a horcajadas.

🌼

Admiremos por un momento lo hermosos que son BoYoung y Hyung sik

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