O1
—Hey, hey, señor ¿A dónde crees que vas?— Llamó JiMin a su hijo mirando su reloj de pulsera.
Eran las 8:45p.m.
—A una fiesta. — le contesto Taehyung con una tierna sonrisa cuadrada, pasando una mano por su cabello platinado.
JiMin lo miro con una ceja alzada.
— ¿Ah sí? No me digas ¿Y quién te dio permiso?
—Pa, tengo veinte años, excelentes calificaciones y soy el alfa en esta casa, creo que puedo darme un permiso yo solo. — dijo altanero. JiMin no pudo evitar rodar los ojos.
—Yo soy tu padre y el omega de esta casa, si yo decido que no quiero dejarte ir, no vas a ir y déjame decirte que no me están dando ganas, bebé.
Entonces salió a relucir el niño que JiMin durante tantos años había mimado, porque no podía negarlo, había mimado en exceso a su hijo, pero también le había enseñado a ser respetuoso, educado y muy (no tanto) responsable.
—Pero papá. — Rezongo dejando caer los hombros y sacando el labio inferior en un puchero — Ya dije que iría, prometo no ponerme tan borracho y lavar los trastes durante toda la semana y sacar a pasear al perro todos los días ¿Si? — sí, definitivamente ese era su bebé.
JiMin no pudo evitar reír.
—Número uno. — Dijo mirándolo con una sonrisa—: Sí vas, y es un gran sí, no te vas a emborrachar en absoluto. Número dos: tenemos lavavajillas y tres: no tenemos perro.
Taehyung se encogió de hombros riendo.
—Tenía que intentarlo, pero entonces...— y lo miro con esa sonrisita matadora.
JiMin suspiro y fue por sus llaves, Taehyung siguiéndolo un par de pasos detrás de él.
—Yo te llevo y yo te recojo, no creas que me olvido de tu última fiesta. — dijo mirándolo sobre su hombro, su hijo teniendo la decencia de lucir avergonzado.
Cerraron la casa y se subieron a la camioneta de JiMin, hablaron de la universidad y el trabajo antes de detenerse frente a una casa con música estruendosa y jóvenes entrando y saliendo.
—Vengo por ti a la una y media, ni un minuto después ¿Entiendes?
Taehyung parecía a punto de quejarse, pero finamente había suspirado y había salido de la camioneta, claro que no antes de darle un abrazo y un beso en la mejilla a su padre.
JiMin lo miró hasta que entro y entonces regreso a su casa.
Taehyung sabia la verdad de cómo había sido engendrado.
JiMin se lo había contado dos años antes, después de que insistiera una y otra y otra vez, queriendo saber quién y que era de su otro padre, y cuando finalmente se lo había dicho, Taehyung se había puesto furioso al punto en que había ido a la cárcel en la que aquel hombre que había abusado de su papá estaba y había exigido verlo, quería matarlo, no le importaba que ese hombre fuera su otro padre biológico, ni que gracias a él, él existiera, se le hacía nudo el estómago y se llenaba de bilis cada que se imaginaba a su papá, más pequeño e indefenso siendo abusado, se enfurecía cada que recordaba el relato y a él no le importaría no existir si con eso su papá nunca hubiera sido tocado.
Y aunque su papá le había dicho una y otra vez que estaba bien, que lo había superado, a Taehyung le estaba costando.
JiMin no mentía cuando decía que ya estaba superado, después de todo, gracias (si es que se le podía agradecer a una situación como esa) a eso tenía a su adorado hijo. Y esa violación lo había hecho quien era, había hecho que fuera determinado y nunca se detuviera por nadie, pues todo el amor que le había tenido a su hijo desde que éste era un bebé lo había hecho querer darle la mejor de las vidas.
Cuando finalmente llego a casa, estaciono la camioneta y bajó para después de activar la alarma y entrar a casa, claro que no sin antes saludar a la agradable viejecita de la casa de enfrente.
Dejando las llaves en el tazón junto a la puerta se dirigió a la cocina, donde saco un vaso de la alacena y le puso hielos, para después llenarlo casi hasta la mitad con whisky.
Después se dirigió a su oficina, masajeando su cuello con la mano izquierda y sosteniendo el vaso en la otra.
Doblando su pierna derecha de modo que estaba sobre ella, se sentó frente a su escritorio y finalmente le dio un trago a su bebida, dejando caer la cabeza contra el respaldo de la silla y disfrutando de la quemazón del whisky en su garganta.
Se quedó así durante largos minutos, sólo disfrutando de su bebida cuando el sonido de una notificación lo saco de su ensoñación. Soltó un largo suspiro y sacó su celular del bolsillo de su suéter, desbloqueándolo para abrir WhatsApp, que es de donde provenía la notificación.
No pudo evitar rodar los ojos cuando vio que el mensaje era de Hyun Bin.
Bin era un alfa de casi cuarenta años que no dejaba de invitarlo a salir y al que siempre rechazaba. El hombre no era feo, era inteligente para los negocios y tenía una muy buena posición económica, pero era un jodido imbécil, vamos, que él tipo le decía niño ¡Niño! Apenas había podido aguantar la risa la primera vez que se lo dijo y es que ¿Él? ¿Un niño? Por el amor a todo, él tenía treinta y tres. Y peor aún, ya que aún cuando nunca tuvieron ninguna relación y aún cuando JiMin nunca le dio alas, él hombre había intentado ordenarle, le había dicho que dejara de trabajar, que él le pagaría todo (como si fuera un jodido niño juguete), en varias ocasiones le había dicho que se irían de viaje y lo que definitivamente fue el colmo fue cuando le dijo que ya era tiempo de que él hiciera vida lejos de su hijo.
Taehyung se había indignado cuando le contó, porque él y su hijo se contaban todo, y le había dicho que lo reportara ante el presidente de la empresa donde trabajaba, porque el tal Bin era el jefe de su jefe, pero JiMin no le dio tanta importancia, porque aunque a veces era molestos los mensajes, las visitas a su oficina sin razón alguna y las ridículas palabras que le dirigía, también se divertía, de verdad, JiMin y su secretaria, BoYoung, no paraban de reírse del hombre cada vez que tenían noticias de él.
A veces le ayudaba a desestresarse.
Finalmente soltó otro suspiro y abrió el mensaje.
Hey niño, paso por ti en treinta minutos, vamos a ir a cenar.
No pudo evitar soltar otro suspiro y comenzó a escribir, simplemente diciéndole que esa noche no podía. El alfa le contesto de inmediato, pero JiMin ignoró el mensaje y en su lugar decidió que era momento de comenzar a leer el borrador de un libro que tenía que aprobar, o en todo caso rechazar, para la próxima semana.
Después de leer poco más de doscientas páginas haciendo correcciones cada que lo creía necesario, de ser interrumpido por dos llamadas de parte de Bin y de otro vaso de whisky en las rocas, finalmente fue por Taehyung.
🌼
—Tae ya estoy afuera. — le dijo JiMin al susodicho cuando éste al fin contesto el teléfono casi treinta minutos después de lo acordado.
—Ah, sí papáh, si... — dijo su hijo arrastrando las palabras. — Ya voy, pero estoy bien, eh, estoy bien, casi ni tome, lo prometo, me tome como dos, sólo como dos, lo juro...— Taehyung siguió murmurando y JiMin sólo suspiro, la risa burbujeando en su garganta. Sabía que para la bebida, su hijo tenía aguante y para que estuviera así tendría que haber tomado al menos unos cinco litros de cerveza.
—Sí, hijo, lo que digas, ahora por favor sal, que estoy cansado y sólo quiero llegar a casa a dormir.
Su hijo siguió murmurando, así que JiMin colgó y recargo la cabeza contra el respaldo, pensando en lo que haría más tarde, después de dormir un par de horas y descansar sus ojos después de tanta lectura, claro.
Comenzaba a sentirse adormilado cuando un golpe en su ventana lo tuvo saltando en su asiento.
—Papá...— trato de decir Taehyung con la cara pegada a la ventana. — ya llegue, papá.
JiMin le ordeno que se moviera para poder abrir su puerta y sólo cuando salió fue que se dio cuenta del otro alfa que estaba con su hijo, era un par de pulgadas más alto que Taehyung y realmente no se fijó en nada más allá de eso, puesto que se enfocó en tratar de hacer que su hijo caminara para darle la vuelta a la camioneta y meterlo en el asiento del copiloto, pero éste lo detuvo y fácilmente le paso un brazo por los hombros, haciéndolo dar media vuelta para encarar al otro alfa.
—Papá, él es Jungkook, te acuerdas de él ¿No? Es mi mejor amigo, te he contado mucho de él, lo conocí hace dos meses, creo... — esto último se lo susurro al oído. De nuevo JiMin no pudo evitar reír. Su hijo borracho era adorable, algo tonto, pero adorable. — Y Jungkook, él es mi papá.
JiMin entonces volvió a mirar al chico, encontrándose con que éste lo miraba de arriba a abajo, pero el omega lo dejó pasar y le sonrió.
—Un gusto conocerte, Jungkook. Ahora hijo, es hora de volver a casa, vamos. — Pero entonces Taehyung estaba dejando caer todo su peso sobre él y de no ser por un par de manos que los sostuvieron hubieran ido directo al suelo. — Gracias. — dijo sonriéndole al tal Jungkook una vez más.
—No hay de que, querido. — le contesto guiñándole un ojo para a continuación cargar todo el peso de Taehyung, que parecía volver a reaccionar, mientras JiMin decidía obviar el coqueteo.
—Papá, él es mi amigo Jungkook. — Repitió, esta vez con los ojos cerrados y la apariencia de alguien a punto de dormir. — Papáh, mi amigo Jungkook se va a quedar a dormir, espero que no te importe. — su voz apagándose cada vez más.
—De acuerdo, no importa, pero vamos, mueve esas piernas que estoy cansado. — Le ordeno JiMin dando media vuelta para ir hasta la puerta del conductor. — ¿Puedes traerlo hasta el copiloto, por favor? — dijo mirando al amigo de su hijo por sobre su hombro y decidiendo, una vez más, ignorar el hecho de que había atrapado la mirada de éste sobre su trasero, antes de subirse a la camioneta.
Jungkook vio al precioso papá de Taehyung cerrar su puerta antes de él rodear el vehículo prácticamente arrastrando a su futuro hijastro.
Éste intento ponerse sobre sus propios pies para avanzar los cinco pasos restantes hasta la puerta del copiloto, pero Jungkook lo detuvo y abrió la puerta de los asientos traseros.
—Hijo, hoy tú vas atrás. — dijo empujándolo, cerrando la puerta y sentándose él en el asiento del copiloto. Taehyung sólo se dejó caer en el asiento trasero, quedándose dormido casi al instante.
—Entonces, precioso ¿Cuál decías que era tu nombre? — le dijo con su mejor sonrisa matadora al omega, que no pudo evitar reír.
—Todos me dicen papá de Taehyung, pero tú puedes llamarme papá de mi amigo— JiMin le guiño un ojo e hizo avanzar la camioneta.
—Oh, vamos. — se quejó.
JiMin le dedico una mirada de reojo.
—Ponte el cinturón primero. — y hasta que no lo hizo continuo hablando. — Y mi nombre es Park JiMin, pero de nuevo, tú puedes llamarme señor Park o papá de mi amigo, como más te guste.
—Me gustaría más llamarte señor Jeon. — Vio la confusión en el omega cuando éste frunció el ceño, aunque no le dirigió ninguna mirada— Jeon es mi apellido y tal vez pronto el tuyo. — con eso el omega definitivamente lo miró, las cejas alzadas y la diversión pintada en su mirada y en la curva de sus labios.
—Chico ¿Cuántos años tienes? ¿Veinte, veintiuno? Probablemente te gane por más de diez años y realmente no puedes esperar a que te tome en serio, seguramente también estas borracho.
—Tengo veintitrés. — corrigió Jungkook. — No estoy borracho y hablo en serio.
—Bien, diez años ¿Ves el problema ahí?— Menciono decidiendo obviar lo demás.
—Lo único que veo es lo hermoso que eres.
—Oh joder. — dijo JiMin antes de romper a reír en estruendosas carcajadas que tuvieron a Taehyung levantándose asustado.
— ¿Qué paso? ¿Qué paso?— dijo exaltado mirando hacia todos lados.
—Nada, hijo. — dijo aún entre risas. — Es sólo que tu amigo es muy gracioso, pero bueno, ya no te duermas que no tardaremos mucho más en llegar. — y lo miró a través del retrovisor, aún con una enorme sonrisa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro