13
JiMin gimoteo, alzando las caderas y lanzando la cabeza hacia atrás cuando Jungkook apretó su pene.
—Alguien nos va a ver. — se quejó cuando entre abrió los ojos y vio a un par de personas pasar a unos cuantos metros de ellos. — Alguien nos va a ver.
Pero en lugar de detenerse, Jungkook se inclinó y comenzó a mordisquear su cuello, como única respuesta JiMin enterró los dedos en los costados del asiento.
—Kook... — gimoteo, el chico bajando y subiendo rápidamente el puño sobre su pene. — Jungkook, por favor, por favor. Por favor.
— ¿Por favor qué, amor? — dijo Jungkook sonriendo con lascivia. JiMin sólo soltó un largo gemido como respuesta, finalmente corriéndose en el puño del alfa. Éste dejo un besito sobre las marcas de las mordidas que le había hecho, mientras se limpiaba la mano con un trapo.
—Eres tan precioso. — murmuro en su oído.
JiMin, que sólo trataba de recuperar la respiración, lo miro con los ojos entrecerrados.
— ¿Qué me has hecho? — murmuró. — Ya no soy un adolescente hormonal como para estar dándome un faje en el coche en medio de un estacionamiento con mi novio. — Se quejó, dejando caer la cabeza en el hombro de Jungkook.
—Definitivamente no eres un adolescente hormonal, pero seguro que eres un hombre embarazado bastante hormonal que quiere tener sexo en los lugares más inadecuados.
JiMin entonces levanto la cabeza, mirándolo con un puchero.
— ¿Realmente me estás culpando por esto? — lloriqueo. — Tú fuiste el que comenzó a meterme mano en un estacionamiento, quiero decir, tú te aprovechas de mi estado y después quieres culparme a mí. — Y tal vez no estaba derramando lágrimas, pero él realmente estaba, de alguna manera, llorando. — No puedo creer que seas así. Yo sólo quería hacer las compras.
Jungkook apenas y pudo evitar rodar los ojos.
A JiMin le faltaba una semana para cumplir los nueve meses y desde que finalizaba el séptimo había estado insop- sensible, muy jodidamente sensible y tanto a él como a TaeHyung les había parecido adorable en un inicio, pero pronto se había vuelto cansado a tal punto que ahora TaeHyung sólo los visitaba cada tantos días (sólo en lo que sus cambios de humor pasan le había dicho), pero entonces JiMin había jodidamente llorado durante todo un día cuando su hijo se había ausentado por tres días.
Jungkook no había podido calmarlo hasta que TaeHyung se había presentado, a la una y media de la madrugada, y le había inventado que simplemente tenía muchísimo que hacer, tanto de la universidad como del trabajo (gran mentira, porque le habían dado un par de días en el trabajo y siempre iba al corriente en la universidad, así que sus días eran Netflix & Chill).
JiMin igual había llorado en los brazos de su hijo y después le había dicho que ya era muy tarde y que lo mejor era que se quedara a dormir. Al siguiente día los había despertado con un amplio menú como desayuno y después se había quejado de los cambios de humor durante media hora.
El asunto es que aguantar todos esos cambios de humor durante un mes era cansado (por más que uno esté enamorado se defendería Jungkook después).
El alfa miro a JiMin unos segundos más antes de acomodarle los pantalones y acariciar su prominente vientre.
—Entonces querías crema chantillí con un poco de waffle, o algo así ¿no? — dijo poniéndose en marcha.
JiMin lo miro con una cara triste, pero asintió.
—Y un par de fresas. — murmuro.
Jungkook lo miro de reojo.
—Eres un jodido manipulador. — y no lo decía con maldad, él sólo quería mencionar dicho hecho.
— ¿Me dijiste jodido?— dijo JiMin adelgazando la voz.
Jungkook maldijo en su cabeza.
—Amor, sólo era una manera de exagerar un poco, no eres jodido ni lo serás, eres eh mucho, magnifico, eh, más que nadie.
—Sólo bromeaba, pero te doy puntos extras por creatividad. — dijo riéndose y ocasionando que Jungkook soltara un lastimoso suspiro que sólo tuvo a JiMin riéndose más.
🌼
Cuando llegaron a casa se encontraron con el coche de TaeHyung en la entrada, así que Jungkook se estacionó a su lado y, después de ayudar a JiMin a bajar de la camioneta, comenzó a acarrear las bolsas con las compras.
—...s pies de la mesa, TaeHyung. — Escucho cuando entro, encontrándose con que su hijastro tenia los pies sobre la mesita cafetera y JiMin estaba a su lado llamándole la atención, una mano bajo su vientre, sosteniendo su enorme (ni se les ocurra decirle eso al omega) barriga, y la otra mano en su cadera.
Jungkook sonrió ante la escena y fue a dejar las bolsas en la cocina.
Cuando regreso a la sala se encontró a JiMin desparramado sobre el sillón con los pies sobre los muslos de TaeHyung.
—Ven. — Le dijo JiMin palmeando el cojín bajo su cabeza. — Y hazme un masaje en la cabeza. — Y Jungkook, como el alfa macho y dominante que era, fue, se sentó y comenzó a masajear su cuero cabelludo.
JiMin tarareó satisfecho, acomodándose mejor y prestando atención en la película, a la vez que su hijo comenzaba a masajearle los pies.
—Tae ¿no se te antoja algo dulce? — dijo JiMin un rato después, con la clara intención de mandarlo para que le trajera algo a él.
—Pues no, pa, pero si tú quieres algo puedo ir. — ofreció.
—Qué bueno que lo dices, porque se me antojan unas galletas o algo dulce, lo que sea. — le dijo sonriendo brillantemente y sin ninguna vergüenza.
TaeHyung sólo negó con una sonrisa, poniéndose de pie y dejando caer descuidadamente los pies del omega sobre el sillón, supone que fue por eso que se asustó tanto cuando su papá dejo salir una exhalación mientras se llevaba una mano al vientre.
Y tan pronto como soltó dicha exhalación Jungkook y TaeHyung ya estaban sobre él, preguntándole si le dolía algo y su necesitaban llevarlo al hospital.
—Estoy bien, sólo pateó. — dijo divertido ante la excesiva preocupación de los alfas, sobándose el vientre.
— ¿Lo juras? — Dijo Jungkook haciendo que se sentara.
JiMin asintió rodando los ojos.
—Son unos exagerados, estoy bien, sólo pateó.
—Antes ha pateado y tú no te quejabas. — acuso TaeHyung con los ojos entrecerrados.
— ¿Quién es el que está esperando un bebé? Así es, yo, y sé que estoy bien, simplemente me tomo desprevenido, ahora tú. — dijo a TaeHyung. — Ve por mis galletas, y tú. — le dijo a Jungkook mientras volvía a recostarse. — continua masajeando mi cabeza.
Ambos pusieron manos a la obra, aunque no sin antes compartir una mirada ansiosa.
La tarde continuo de esa manera, con JiMin continuamente mandándolos por comida y si, uno que otro berrinche que había puesto a los alfas al límite de sus paciencias, pero ¡hey! era JiMin y ellos jamás podrían hacer algo en contra del omega, así que lo dejaron estar.
Eran casi las doce cuando a JiMin le pareció una buena idea hacerlos creer que ya era la hora.
Soltó el jadeo más convincente que se le pudo ocurrir y se sentó, con una mano sobre su vientre.
—Cre- creo que... — Murmuro entrecortado, sin prestar realmente atención a como los alfas palidecían y se ponían de pie, listos para salir corriendo al hospital, pero entonces JiMin se dejó caer contra el respaldo. — Creo que necesito un pastel de chocolate o algo así, o sea, sé que ya estoy obeso y que voy a tener que matarme en el gimnasio para poder bajar todos éstos kilos, pero necesito, realmente necesito, un pastel de chocolate. — Los miro con un puchero, de nuevo ignorando las reacciones de los alfas, que ahora si estaban fuera de sus límites, pero seguía siendo JiMin, no había nada que pudieran hacer al respecto.
—Paso de esto, buenas noches, yo ya estoy cansado y voy a dormir. — dijo TaeHyung haciendo un ademán con la mano y negando con la cabeza mientras se dirigía a las escaleras.
JiMin lo miro irse con el ceño fruncido antes de mirar a Jungkook, que lo miraba con los brazos cruzados.
—Creo que es hora de que tú también te vayas a dormir. — Dijo el alfa con una seriedad nada característica de él.
—Sólo estaba jugando. — Refunfuño JiMin poniéndose de pie, pero haciendo caso.
No lo podían culpar, él estaba tan jodidamente aburrido.
Tenía poco más de un mes sin trabajar, pues le habían dado incapacidad por su embarazo, o sea, JiMin se había opuesto, pero el CEO de la editorial donde trabaja prácticamente lo había obligado a que aceptara y es que parecía que desde que había pasado lo de Bin, todos en el trabajo lo trataban con más delicadeza y consideración (a JiMin le parecía ridículo, él estaba bien, por el amor a todo), lo habían tratado como si fuera una jodida flor y aunque se había cansado de que lo trataran así, estar en casa sin hacer nada era todavía peor.
Era por eso que exagerar de vez en cuando los cambios de humor para molestar a Jungkook y a TaeHyung se había convertido en una de sus pasatiempos favoritos, aunque si era sincero había veces en que sus cambios de humor eran tan horribles que incluso él se terminaba odiando.
Antes de entrar a su habitación se detuvo ante la puerta de la habitación de al lado, una pequeña sonrisa pintándose en su boca cuando abrió dicha puerta.
Era la habitación de su nuevo bebé, estaba ya completamente amueblada y lista para recibir a su hijo, o hija, no habían querido saber el sexo sino hasta que naciera, bueno, Jungkook si había querido, pero JiMin había dicho un rotundo no, que al final se había cumplido.
Entonces la habitación era de color beige con detalles en rosa y azul, había peluches y juguetes por todos lados, así como un cuna al fondo y su cajonera a un lado.
JiMin se quedó admirando todo desde la puerta, escalofríos recorriéndolo y deseando tener ya a su bebé entre sus brazos.
—Sé que te falta todavía una semana. — le habló a su vientre. — Pero ¿no quieres adelantarte un par de días? — Dijo dándole un par de palmaditas y recibiendo como respuesta una patadita. — Mhm, no sé cómo tomar eso, pero gracias por contestar, bebé. — Le dio otro par de palmaditas, recibiendo otra patadita.
Miro una vez más alrededor de la habitación antes de cerrar la puerta y caminar hasta su habitación.
Después de hacer su ritual de aseo nocturno, se recostó en la cama, paralizándose un segundo cuando su bebé pateó con más fuerza de la normal.
—Uff, tranquilizante un poco y deja que papi duerma bien ¿de acuerdo?
— ¿Está de revoltoso?— dijo Jungkook entrando a la habitación.
JiMin asintió, viendo con bastante interés como el alfa se sacaba la ropa.
—Siempre me dices lo precioso que te parezco. — Comenzó mirándolo de arriba a abajo cuando sólo estaba en boxers. — Pero yo nunca te he dicho lo hermoso y guapo que tú me pareces, pero, Jungkook, tú eres realmente hermoso, yo también tengo mucha suerte de tenerte, cariño.
Jungkook lo miro sorprendido unos segundos antes de darle la espalda, claro que no antes de que JiMin viera el sonrojo apareciendo en su rostro.
—No digas tonterías. — Desestimó avergonzado el alfa.
JiMin sólo sonrió, más que complacido con esa reacción.
Para cuando Jungkook terminó de asearse, el omega ya estaba enterrado entre almohadas y cobijas, pero sin una pizca de sueño y cuando Jungkook se acostó a su lado, él de inmediato se abrazó a su pecho, enterrando ahí la cara. El alfa le regreso el abrazo y lo atrajo aún más hacia él.
—Buenas noches, bebé. — Le dijo besando su frente y mejilla. — Buenas noches, mi otro bebé. — Dijo ahora acariciando su hinchado vientre.
—Buenas noches, Jungkook. — Dijo soltando un suspiro feliz y cerrando los ojos, listo para dormir... pero entonces habían pasado casi tres horas y seguía sin poder pegar un ojo, mientras que Jungkook había estado dormido desde horas atrás.
En esas horas había recibido cuatro pataditas del bebé, cada una un poco más fuerte y JiMin comenzaba a creer que tal vez había estado confundiendo patadas con contracciones, por muy tonta que eso sonara.
Estaba re acomodándose cuando sintió una contracción que de estar de pie lo hubiera tenido sosteniéndose para no caer, así que era hora.
Se puso de pie con algo de trabajo y comenzó a arreglarse, porque obviamente él no iba a ir al hospital con pijama, era de seda, pero JiMin podía hacerlo mejor que eso.
Una vez arreglado y después de batallar para ponerse los zapatos, se acercó y movió a Jungkook por el hombro hasta que éste hizo un sonido de reconocimiento, haciéndole saber que estaba despierto sin necesidad de abrir los ojos.
—Jungkook, creó que necesitamos ir al hospital. — Susurró.
— ¿Para qué? — contestó el alfa más dormido que despierto, haciendo a JiMin rodar los ojos.
—Para hacerme la vasectomía ¿para qué más, si no? — dijo con sarcasmo.
Jungkook asintió, aún con los ojos cerrados y reacomodando la cabeza en la almohada.
JiMin lo miro con desdén durante casi un minuto hasta que Jungkook pareció captar sus palabras y se levantó de un salto.
— ¡¿Qué?! — JiMin rodó los ojos.
—Vamos, vístete, iré a despertar a TaeHyung. — Dijo poniéndose de pie— No olvides tomar la mochila de la ropa. — Le dijo saliendo del cuarto.
Avanzó los pocos pasos hasta la antigua habitación de TaeHyung, a la que habían vuelto a medio amueblar (realmente sólo le habían vuelto a poner un colchón), y comenzó a golpear la puerta con su puño.
TaeHyung abrió la puerta después del sexto golpe. Tenía el cabello revuelto y los ojos cerrados.
— ¿Qué paso? — dijo arrastrando las palabras.
—Jungkook y yo vamos a ir al hospital, por si quieres ir.
— ¿Ya va a nacer el bicho? — murmuro tallándose un ojo, lo que tuvo a JiMin sonriendo pues a pesar de todo TaeHyung seguía siendo un bebé.
—Probablemente mañana, pero quiero estar allá de una vez.
TaeHyung asintió.
—Bueno, bajo en un momento.
—De acuerdo, no te tardes mucho. — Le dijo sonriendo y encaminándose a las escaleras.
Ahora su vientre era tan protuberante que ya no podía ver las escaleras a sus pies, por lo cual siempre trataba de ir bien agarrado de la barandilla o en todo caso tener a TaeHyung o a Jungkook ayudándole.
En cuanto puso un pie en la planta baja tomó dirección a la cocina, listo para prepararse algún bocadillo, porque a pesar de todo tenía hambre.
Se preparó un sándwich y se sentó en la sala a ver la televisión mientras esperaba a que los alfas bajaran.
Y estaba disfrutando bastante aquel documental sobre lobos cuando sintió otra contracción que lo hizo bufar de dolor.
— ¡Dense prisa! — Les grito cuando el dolor pasó.
No había pasado ni un minutos cuando Jungkook bajo corriendo, casi tropezando con sus propios pies. En una mano cargaba la mochila en la que había ropa tanto para el bebé, como para JiMin.
—Se supone que todavía le falta una semana ¿estás seguro de que es tiempo? — Dijo el alfa, nervioso, parándose junto al sillón.
JiMin asintió sonriendo.
—Tú tranquilo y yo nervioso, cariño, todo va salir bien. Ahora ¿por qué no vas encendiendo el auto? Tae y yo salimos en un par de segundos.
JiMin vio como Jungkook asentía y se apresuraba hasta la puerta, vio también como se le caían las llaves dos veces antes de que finalmente pudiera abrirla.
Sonriendo con diversión se puso de pie y fue por su abrigo, estaba poniéndoselo cuando TaeHyung bajo, y finalmente salieron de la casa.
—Jungkook, yo creo que lo mejor sería que TaeHyung conduzca. — Le dijo al alfa cuando notó como le temblaban las manos.
—Sí, creo que sería lo mejor. — Dijo cambiándose de lugar y sentándose junto al omega, al que abrazó, poniendo una mano sobre su vientre, que sólo así dejó de temblar.
🌼
Después de tres largas horas el bebé finalmente había nacido.
Había resultado ser una pequeña alfa de buen tamaño, sus ojitos aún se mantenían cerrados y el abundante cabello en su cabecita era de color castaño.
A Jungkook no le importaba admitirlo, pero cuando la había visto por primera vez había llorado y no había querido soltarla nunca, pero TaeHyung se la había arrebatado y de no ser porque era un momento único y hermoso, Kook lo habría golpeado, pero en su lugar había ido a abrazar a JiMin y le había agradecido mil veces y le había dicho una y otra vez que lo amaba.
Había pasado ya una hora desde que habían pasado a JiMin y a la pequeña Eunbi a una habitación y Jungkook apenas caía en la cuenta de que aún no le había avisado a su familia, así que había salido del cuarto y le había marcado a su madre, que se había emocionado tanto que también había llorado y después le había dicho que en quince minutos llegarían, él entonces había colgado e iba a entrar de nuevo a la habitación cuando lo que TaeHyung decía dentro de ella lo detuvo.
—... hablando en serio, papá.
—Estoy hablando bastante en serio, TaeHyung, necesito que me hagas ese favor.
—Pero es algo que a ti no te corresponde. — Refutó TaeHyung.
—Ay, por amor a todo, TaeHyung, estamos en pleno siglo veintiuno ¿no te parece que tu forma de pensar es un poco arcaica? — Y JiMin sonaba entre fastidiado y divertido.
—No cuando se trata de ti, papá.
JiMin murmuró algo que Jungkook no alcanzo a escuchar, y entonces dijo en voz más alta: — De todos modos, sólo hazme caso y compra lo que te pedí.
Jungkook escuchó a TaeHyung rezongar, pero entonces el chico parecía que había aceptado y pronto estaba saliendo de la habitación, chocando con él.
—Eres un estúpido. — Le dijo el otro alfa con los ojos entrecerrados, antes caminar a prisa y desaparecer entre los pasillos.
Jungkook sólo miro la dirección por la que había desaparecido con confusión, después entró a la habitación.
— ¿Qué tiene TaeHyung?— Le pregunto a JiMin, que le sonrió brillantemente con Eunbi entre sus brazos.
—Nada, una tontería. — Dijo JiMin sin quitar la sonrisa y Jungkook se encogió de hombros, aceptando la respuesta y acercándose a su pequeña familia.
—Mamá dice que llega como en quince minutos. — Dijo poniendo una mano sobre la cabecita de su bebé, que dormía profundamente, de vez en cuando moviendo los labios. — Es tan preciosa como tú. — Le dijo a JiMin que se mordió una sonrisa.
—Es mucho más preciosa que eso, porque también se parece a ti, por ejemplo, esta nariz es tuya y esas pestañas también. Es una belleza.
—Por supuesto que lo es. — Dijo Jungkook besando su cabecita, después besando la frente de JiMin. — Mi mamá la va a malcriar como no tienes una idea y sólo podemos soñar en que no sea igual que TaeHyung. — Dijo esto último sólo con el afán de picar a JiMin, que tratándose de uno de sus hijos, cayó.
—Hey, deja de hablar así de mi otro bebé, es más, deberías agradecerle, después de todo es gracias a él que me conoces. — Dijo el omega con el ceño fruncido, claro que no se esperaba que eso mandara a Jungkook a reír como si no hubiera un mañana, incluso la bebé en sus brazos se había sobresaltado— Vas a despertar a la niña. — lo reprendió.
—Lo siento. — Dijo entre risas. — Es sólo que... te voy a tomar la palabra, amor, en cuanto lo vea le voy a agradecer, seguro le va a encantar.
—Sabes que no es a eso a lo que me refería. — Dijo frunciéndole el ceño y extendiéndole a Eunbi, Jungkook de inmediato la tomó entre sus brazos. — Sólo quieres molestarlo.
—Pero mi hermano se lo merece, papi. — Jungkook movió la manita de la bebé, fingiendo que era ella quien hablaba.
JiMin lo miro con desdén.
—Deja a mi hija en paz, no es un juguete. — Lo volvió a reprender, mientras hacía que el respaldo de la camilla se inclinará un poco más hacia adelante.
Se supone que tendría que estar cinco horas en observación, así que probablemente lo darían de alta hasta las dos de la tarde, pero todo lo que él quería hacer era llegar a su casa y dormir, porque, joder, tener un hijo era agotador (y las camillas eran jodidamente incomodas).
—Jungkook ¿me puedes pasar la mochila? — porque la familia de Jungkook iba a ir y él no podía verse como el desastre que era en esos momentos.
El alfa le pasó lo mochila, cargando con sólo un brazo a la bebé.
JiMin sacó el cepillo y se peinó, deshaciéndose un par de nudos, pues aunque no tenía el cabello tan largo como hace meses, si era lo suficientemente largo como para que se le anudara si no lo cepilla a con regularidad. Después se limpió la cara y el cuello con toallitas humadas y se puso una generosa cantidad de crema en dichas partes. Miro su opaca y aburrida bata de hospital y finalmente también se puso un suéter tejido sobre esta. De no haber sido porque probablemente le haría daño a Eunbi, JiMin también se habría puesto perfume.
Cuando estuvo conforme con su apariencia cerro la mochila y la dejo en la mesita que había junto a la camilla.
Levanto la mirada, listo para exigir que le regresaran a su hija cuanto se topó con la mirada divertida de Jungkook.
— ¿Qué?— dijo un poquito a la defensiva.
Jungkook se mordió una sonrisa y negó, regresándole a la niña.
—Es sólo que me parece divertido que incluso ahora quieras arreglarte para mi familia, lo que quiero decir es que es sólo mi familia. — Dijo con cariño.
—Exactamente. — Le dio la razón JiMin. — Solamente tu familia, es obvio que tengo que estar bien presentable para ellos.
Justo en ese momento dieron un par de golpes a la puerta antes de que esta se abriera y por ella entrarán todos los hermanos y mamá de Jungkook.
— ¡Pero miren que cosita tan preciosa!— dijo Hye Kyo con una alegría casi palpable.
Y de pronto todo eran elogios y alegría y JiMin estaba tan feliz, por su bebé, por su pequeña familia, y su nueva y enorme familia.
Ah, sí, y por TaeHyung.
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