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1982

16 de Julio- 1982

SECTOR 12
Prototipo al mando: Natalia Solaria Perfecto Segunda, sexto año.

(..........)

La rubia lleva toda la mañana con un sentimiento de incomodidad en su pecho, intentó ignorarlo y asociarlo a tal vez un sentimiento de cansancio por todo el trabajo que tiene ese día. Tiene varias clases que dar y unas cuantas despedidas al gran mundo, por lo que no quiere perder tiempo por una corazonada que no logra descifrar. Y para mala suerte suya, Nathaniel tampoco se encontraba en el instituto para ayudarla con la duda sobre que significa esa sensación, han surgido algunos desacuerdos en su instituto que le corresponden a él atender así que lleva dos días sin ir allí con ella.

Al dirigirse a la siguiente clase que debía dar pudo notar un leve parpadeo en el portal hacía el gran mundo, una briza repentina apareció haciendo volar las hojas de los árboles por todas direcciones, el sentimiento se hacía cada vez más fuerte al punto de sujetar su pecho por la ansiedad.

—Su alteza- se acercó una de sus muñecas —Se encuentra bien necesita algo?

—Creo que algo no anda bien en lo absoluto- respondió con nervios, lo que causó la inquietud de sus muñecos que se acercaron al verla tan nerviosa. Natalie dió un chasquido llamando a un robot, acercándose uno para luego abrir la puerta de su pecho dónde se hallaba un teléfono a cable. Le dió el teléfono a la muñeca que se le acercó pidiéndole que llamará a Saúl y que activará el llamado de emergencia para el instituto de Nathaniel.

Luego de dar la orden se alejó unos pasos con la presión en el pecho ahora latente, comenzando a hiperventilar sin saber por qué.
Un click le hizo mirar hacía arriba, el cielo holográfico parpadeó dos veces asustando a las muñecas. Agudizó la mirada para ver más allá de ese cielo falso, y pudo distinguir algunas grietas pequeñas aparecer.

—Ñandejara (Padre Nuestro) Vayan al portal ahora!- les gritó a sus muñecas, quiénes ya estaban asustadas y no dudaron en correr como su reina lo había ordenado.
Natalie fue corriendo a su castillo donde su heredero le estaba dando clases a más muñecas.

Saúl ya se estaba contactando con el instituto de los Workingdolls cuando vio el cielo parpadear desde las enormes ventanas abiertas de la oficina de la reina.

—Saúl!!- escuchó el llamado de la susodicha. Se acercó a la ventana aún con el teléfono alámbrico en sus manos —Dile a Nath que active su portal ahora!!

No le dió tiempo de preguntar, una de las grietas finalmente se rompió, dejando caer una enorme rata negra con ojos verdes resplandecientes y varías líneas verdes por su cuerpo. La muñecas cerca intentaron mantener la calma para no alterar esa cosa; las que ya estaban cerca del portal al gran mundo se acercaron lentamente para salir junto con las demás que lograron cruzar. Lástima. Esa cosa se recuperó del aturdimiento tras la caída y lanzó un chillido ensordecedor lastimando los agudos oídos de las princesas.

Natalie observaba esa cosa increíblemente aterrada, nunca había visto algo así, mucho menos sabía que hacer, mas al ver como esa cosa corría para abalanzarse sobre sus muñecas reaccionó lo más rápido que pudo. Se conecto con su instituto para provocar que uno de los árboles cayera sobre la rata antes de alcanzar a las chicas, quienes al ver que la bestia cayó se apresuraron al portal.
Otra lástima, esa rata no venía sola. Otras tres ratas cayeron de la grieta en el cielo y se abalanzaron sobre las muñecas que corrían despavoridas. Natalie estaba haciendo lo que podía para por lo menos lanzar los árboles hacia esas cosas, que no alcanzaran a sus muñecas, pero eran muy rápidos, con una fuerza y tamaño que solo esquivaban o volvían a levantarse.

Las cosas se le estaban saliendo de control, su cuerpo estaba perdiendo energías rápidamente, el portal empezó a apagarse por momento para volver a encender, dejando a las muñecas acorraladas contra el portal. Más dos ratas cayeron del cielo.

Alcanzó a ver el portal encenderse en color rojo, sintió alivio por un leve instante, pero al escuchar un grito en eco en los pasillos de su castillo recordó que habían varias chicas aún allí adentro al igual que su heredero. Corrió para encontrar a su príncipe y vió algo horrible. No alcanzó a evitar que una de esas cosas entrara, no alcanzó a evitar que alcanzará a una de las chicas, todas allí pudieron ver lo que esa cosa hacía cuando alcanzaba a un juguete.

Primera fase de ataque:
Atrapó a la muñeca con su larga cola, acercándola a gran velocidad a su cuerpo.

Segunda fase de ataque:
Al acercarse lo suficiente dió un zarpazo al cuerpo de ésta con sus garras.

Tercera fase de ataque:
Para seguidamente atravesar su cuerpo con sus garras.
Ni siquiera alcanzó a gritar, pues líneas verdes se esparcieron por todo su cuerpo a gran velocidad, que la encendieron en una gran  llamarada. En el suelo solo quedaron cenizas.

Los gritos de horror aturdieron a la criatura, provocando que se adentrará más en el castillo. La rubia fue tras suyo, no debía permitir que encontrará y alcanzará a Saúl. Mientras corría divisó por las ventanas que varios Workingdolls estaban ya en su instituto, ahora en caos, socorriendo a las princesas, pudo divisar como arrojaban a los robots para alejar a esas cosas de ellos, lo cual no era muy efectivo pero no tenían más opciones ahora mismo. Siguió corriendo siguiendo a esa cosa, trató de aguantar su cansancio para volver a conectar con su instituto y empezar a derrumbar columnas en un intento de detenerlo, ella sabe que su heredero seguramente está escondido en la oficina principal, debe llegar allí y sacarlo junto con las demás que siguen escondidas en las varias habitaciones del castillo.

(.....)

Nathaniel llegó al instituto aterrado, todo era caos, pánico y llamas, qué carajos era esa cosa?

—Natalie!!- gritó con fuerzas lleno de miedo al no ver a su reina cerca de la zona.

—La reina está en el castillo buscando al príncipe!!- mencionó una de las muñecas que venía corriendo de la dirección del castillo. Tanto Nathaniel como Sebastian fueron a buscarlos mientras casi todos los muñecos del instituto de los Workingdolls entraban al reino para sacar a las princesas de allí.

Durante su trayecto unas cuantas ratas quisieron abalanzarse sobre los dolls, mas Nathaniel tenía la adrenalina demasiado elevada por la situación, no dudó en rápidamente conectarse con el sector, para hacer crecer una enorme púa desde el suelo atravesando el gran cuerpo de esa cosas. Sebastián presenció eso con miedo, las líneas verdes del cuerpo de esa cosa se apagaron y sus ojos se volvieron negros, primera rata muerta, faltaban otras veinte y más que seguían llegando.

El trayecto hacía el castillo lo sintieron como una eternidad, más por suerte vieron a la reina salir del castillo siendo seguida por Saúl y más muñecas que estaban escondidas, todos con una clara expresión de pánico. El heredero al ver al rey y al pelo azul se alegro, mas bajo la guardia. No se dio cuenta que había uno corriendo hacía el grupo que salía del castillo. Natalie notó a la rata estirar su larga cola a por su heredero, actuó por instinto.

—Saúl!!- empujó a su príncipe para sacarlo del camino, mas quedando ella en su lugar.

—Natalie!!!- gritó con horror el prototipo rojo.

Natalie fue alcanzada por la cola que se enrolló rápidamente en su cintura, empujándola con fuerza y rapidez, sintiendo casi de inmediato el insoportable ardor del zarpazo en su pecho, soltando un gran grito de dolor. No alcanzó la tercera fase del ataque, pues una púa creció justo debajo de la bestia, matando en el proceso.
El cuerpo de Natalie fue liberado del agarré, cayendo y siendo sujetada por Saúl, quien estaba en estado de shock con su cuerpo temblando.

—Amor mío!!- Nathaniel arrebató el cuerpo de su reina de los brazos del príncipe aún en shock, las muñecas se acercaron aterradas hacía la reina.

El moreno sintió la temperatura corporal de su cuerpo subiendo de manera preocupante, líneas verdes empezaron a esparcirse lentamente en ella, pues no alcanzó la tercera fase de ataque, por lo que la etapa final quedó en pausa, provocando un enorme e insoportable dolor en la rubia, pues las líneas verdes ardían horrible eso sumando la herida en su pecho. Nathaniel cargó a su reina, corriendo rumbo a su portal, lágrimas querían salir, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no soltar el llanto por el miedo que sentía por su reina, más debía llegar a su instituto primero, debía ponerla a salvo, debían atenderla de inmediato.

Al estar cerca pudo divisar que sus ingenieros en robótica habían llegado y trajeron la mayor cantidad de robots posibles para ayudar a las chicas, retener a las bestias y evitar que se acercaran al portal. Nathaniel atravesó el portal de su instituto siendo seguido por el heredero rosado y varias muñecas más, Sebastián se detuvo antes de entrar, pues él debía quedarse junto con los muñecos que seguían allí para luego asegurar que todos entren antes de cerrar el portal.

Para este punto el cuerpo de Natalie dejó de agonizar, entrando en el estado de reposo; un estado de su código prototipo que hace que se apaguen automática e instantáneamente cuando un intruso entra demasiado a su sistema, con la función de evitar que su corazón de prototipo se vea afectado, protegiéndolos del intruso, ese código está diseñado para mantenerlos en ese estado hasta que el intruso haya sido retirado de su sistema; por lo que Natalie quedará en ese estado hasta que averiguen como curar el efecto del ataque de lo que sea esa cosa que ha entrado al sistema de la fábrica hasta el punto de afectar a los sectores de juguetes.

Los muñecos doctores del moreno subieron a la reina a la ambulancia llevándola a toda velocidad al hospital principal que estaba cerca del palacio de Nathaniel, Saúl se vio en la obligación de quedarse a consolar a las princesas. En el trayecto Nathaniel no soltó la mano de su amada reina, estaba asustado, más que eso, estaba aterrado, las lágrimas salían de a poco sin él quererlo, pues eran demasiadas y él estaba demasiado preocupado como para retenerlas.

—Amor mío, por favor resiste. Te lo imploro, por favor, no me dejes –su voz se escuchaba quebradiza, sus muñecos doctores estaban igual de preocupados por la reina, haciendo lo que podían para mantenerla estable, siendo un esfuerzo inútil, pues en el estado de reposo, no podrán hacer mucho por ella hasta lograr sacar esa cosa de su sistema, y para hacer eso deben saber que es esa cosa, deben estudiarlo y analizarlo para poder hacer algo al respecto. Temen que tal vez, el sector 12 no sea el único atravesando esa situación.

(..........)

Han pasado tres días más, la rubia seguía sin despertar, pues cada que los doctores trataban de curar la herida en su pecho, el virus se encargaba de volverlo a abrir al su expansión quedarse pausada, manteniéndola en ese estado; ya estaba claro que necesitaban algo que contrarrestara el efecto de ese virus para que finalmente pudieses salir de ese estado y recuperarse como se debe. Debido a que no podían salir del instituto para conseguir los sujetos de prueba para estudiar a lo que se enfrentaban se vieron en la necesidad de estudiarlo con la reina; Nathaniel les dió el permiso se sacar una muestra de sangre de las líneas de infección que seguían presentes en su cuerpo.

Con esa muestra de sangre se esmeraron en estudiar y fabricar un anticuerpo que lo contrarreste lo suficiente como para que el código de prototipo se active y expulse al intruso de su cuerpo. Pasaron dos días más. Por fin lograron fabricar una vacuna para la reina, lograron que la infección disminuyera, y al cabo de unos minutos logró vomitar un líquido verde metálico. Una vez expulsado, los doctores lograron atender la herida en su pecho propiamente, ahora dependía del proceso de recuperación para que la reina pudiera despertar al fin.

Mientras tanto con Nathaniel, que llevaba días en su oficina junto con sus muñecos programadores con la intención de contactar con los demás sectores o con el señor Tupã, todos intentos fallidos, han fallado en todos sus intentos de comunicación al punto que Nathaniel empezó a desatar su irá por todo el lugar, tumbando las mesas, los estantes, libreros, etc, en un vago intento de aliviar la frustración. Todas sus computadoras tenían el mismo resultado, estática, no tiene ni la más mínima idea de si los trabajadores de la fábrica ya se dieron cuenta de la situación, si ya lo están buscando, arreglando, nada, no tiene idea de nada, cosa que solo empeora su frustración.

—Señor Nathaniel, la Reina está reaccionando!!- por fin una buena noticia.

Se apresuró a llegar hasta la gran habitación donde estaba hospitalizada. Al entrar pudo notar que los enfermeros la estaban ayudando a sentarse, su cuerpo aún se sentía demasiado débil como para esforzarse en siquiera sentarse por su cuenta.

—Amor mío- se acercó a darle un caluroso abrazo, se permitió a sí mismo llorar allí mismo, estaba muy aliviado de verla despierta después de casi una semana sin reaccionar.

Sintió unas leves palmaditas en la espalda en señal de soltarla, se alejó y acunó el rostro de su reina revisando su estado. Su expresión facial denotaba debilidad y vulnerabilidad, pero de todas formas pudo darle una sonrisa para calmar la ansiedad del moreno.

—Cómo te sientes mi reina?- se sentó a su lado en la gran cama, sosteniendo su mano.

—Podría estar peor- esbozó una pequeña risa —Por lo menos ya he despertado de ese estado de reposo, fue horrible.

—Lo se, créeme, he estado en ese estado un par de veces. Estar conciente de lo que sucede y de lo que sientes, mas siendo incapaz de emitir una señal cualquiera. Es tortuoso.

—Cómo están mis muñecas?

—Ellas están bien, Saúl se está haciendo cargo de todo, no te preocupes mi reina.

Natalie soltó un suspiro de alivio, todos esos días en reposo sin saber nada de sus muñecas la dejaron angustiada toda su internación.

—Estarás perfecta en cuestión de una o dos semanas, hasta entonces, descansa mi reina- se acercó a darle un beso en su frente, sintiendo que aún tenía su temperatura corporal elevada. La abrazó una vez más, pretendía quedarse con ella cuando su heredero entró a la habitación.

—Che kasike- dió una reverencia —Añembyasy, téra ore Tupã ohenói ndeve (Me disculpo, pero nuestro señor lo está llamando)

Dió un resoplo de molestia, lleva desde el inicio tratando de contactar con él y ese tipo lo llama como si nada. Volvió a acunar el rostro de la rubia en sus manos para acercarse y plantarle un dulce beso en sus labios, los había extrañado. Se separó para dirigirse a la puerta, dándole a Sebastián la orden de quedarse a cuidarla mientras él atendía el asunto con el señor Tupã.
Llegó lo más rápido que pudo, pero al llegar vio que ya había dejado un mensaje en el buzón de voz.

—Pinche viejo decrépito!! Porqué tiene esa costumbre de colgar enseguida, que le cuesta esperar un poco si sabe que siempre estoy ocupado!!
Se acercó con rabia para reproducir el mensaje.

—"Nathaniel! Mi muchacho, he notado que Natalie no ha vendido nada en los últimos 6 días, es una lástima, parece que el público perdió el interés. Pero buenas noticias! Ya comencé a elaborar el diseño para un siguiente prototipo"- una expresión de shock se formó en su rostro —"Dile a Natalie que lo siento, pero así funciona el mundo de los negocios, debe vender para mantenerse al mando, paso suficiente tiempo, dentro de una o dos semanas como mucho conocerán al siguiente prototipo. Te estaré mandando las características de diseño dentro de unos días para que empieces con el nuevo instituto. Adiós mi muchacho!"- se termina el mensaje.

Lanzó la grabadora por los aires, arrojandola por la venta cayendo desde la altura del octavo piso en el que está hasta la planta baja. Ésta furioso. Ese tipo aún no nota que algo ocurre en su propia fábrica y para colmo pretende enviar un nuevo prototipo?!! Viejo demente, el moreno una vez más volvía de liberar su furia en su oficina, esta vez arrojando sillas y mesas por las ventanas.

Luego de la rabieta se sentó en una de las esquinas tratando de recuperar la compostura. Ya no sabe que hacer, tiene tantas cosas de las que preocuparse que su cabeza ya no da para más. Escuchó la puerta de su oficina abrirse y volver a cerrar, supuso que se trataba de su heredero viniendo a revisarlo luego de tantas cosas arrojadas desde la cima del palacio.

—Te dije que te quedaras con Nati.

—Saúl oguahêma irendápe, ha ndekatu amete nde rovajoka nde mesáre, aje? (Saúl ha llegado junto a ella, y tú casi te revientas la cara contra la mesa, verdad?)

—Ese maldito viejo mal nacido, cómo mierda no nota que la fábrica no está bien?!- exclamó con rabia acumulada en su voz.

—Oimene ndaha'eipaite, oimene oîti la ndoguahéiti ko mba'e (Tal vez no ha alcanzado de manera completa, tal vez hay donde no les ha llegado ésta cosa)- propuso mientras recogía los libros y cuadernos tirados por toda la oficina.

—Tal vez, pero aún así, debería sospechar si es que más de la mitad de los sectores han presentado esas irregularidades en ventas, que es lo único que le importa. No me sorprendería que ha enviado la misma noticia a los demás sectores.

—Araka'e eréta Natalie-pe? (Cuando le dirás a Natalie?)

Levantó la vista soltando un suspiro, le va a doler darle la noticia, ya la esta pasando mal, apenas despertó de su coma y ya le llegó otra mala noticia, como si la destrucción de su reino no haya sido suficientemente traumático para ella y las demás princesas.

—Se lo diré mañana, cuando ya haya descansado lo suficiente...

(..........)

Veía con tristeza las lágrimas resbalar por las mejillas de su reina, la noticia la dejó mal. El moreno que estaba sentado a su lado en la cama la abrazaba con cariño en un intento de consolarla, ambos herederos también estaban allí, ambos viendo igual de tristes la situación, les da mucha pena lo que está pasando la reina.

—Seis años... Tan sólo fueron seis años- sollozos —Tú gobernaste por 28 años, a mí me están reemplazando con solo 6 años -sollozos —Esto es demasiado humillante para mí... Tantas expectativas, tantas esperanzas, tanto trabajo para ser reemplazada tan rápido!!- sollozos —Como le voy a dar esta noticia a mis muñecas? Once de ellas ya habían sido compradas y debían ir al gran mundo hace 5 días, ahora nunca más ningúna lo hará- volvió a cubrir su rostro con sus manos mientras aún lloraba, acurrucó su rostro en el hombro del moreno buscando cariño, el cual recibió de inmediato —Esto no es justo, no es mi culpa! Aún tenía mucho que ofrecer al sector, aún me quedaban muchos años más por gobernar- su voz se quebraba mientras más hablaba, quedó en silencio mientras seguía sollozando, con un movimiento de su mano indicó a los herederos que de retiren, pues no quería que la vieran tan humillada y desarreglada por el llanto.

En cuanto los chicos salieron, ambos prototipos se acostaron en la gran cama con el moreno aún abrazando ahora más cerca a una rubia que se  lamentaba por el cruel destino que azotó contra sus sueños y esfuerzos.

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