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–Hola de nuevo Lucy. –dijo
entrando al pequeño cuarto con una bandeja de comida.

–...

–Es de mala educación no contestar niña –dejando la bandeja a unos centímetros de sus pies en el suelo.

La pequeña rubia no decía nada solo permanecía sentada en posición fetal mirando el suelo.

–Te traje de comer, si sigues siendo una buena niña te traeré comida a menudo o ¿quieres volver a pasar hambre otra vez? –diciendo aquel hombre quien se hinco a su altura– ten mira te dará vitaminas –poniéndole un pedazo de carne en la boca– anda come.

Ella solo desvío la mirada.

–Quiero irme a casa...–hablo con voz cabrada.

El aspecto de Lucy no era tan bueno ya que estaba ojerosa y pálida, desarreglada. Aparte por no comer en cinco días, lo único que le daban era agua.

–Ya no tienes casa, tu casa es conmigo. Ahora come –insistiéndole una vez más.

–¡No quiero, déjame! –grito dandole un golpe provocando que soltara el pedazo de carne y aparte de lanzarle una patada a la bandeja de comida.

–¡Estupida mira lo que hiciste! –exclamo furioso jalándola de los pelos y restregando su cara contra el suelo con la comida tirada.

–¡Para...por favor, me lastimas! –decía sollozando.

–Esa será tu alimento ya que otra vez no te daré de comer por unos días como castigo, niña malcriada, agradece que te di un hogar y de comer –soltándola bruscamente– vas a limpiar lo que tiraste –dijo por ultimo para luego salir de aquel pequeño cuarto azotando la puerta enojado.

Mientras se escuchaban ruidos de muebles moviéndose al otro lado de la puerta. Lucy se encontraba llorando recostada en el suelo mientras se sobaba la cabeza por la jalada de pelos que había recibido por aquel hombre.

Pero se incorporo mientras se limpiaba las lagrimas mezcladas con el puré, agarro el pedazo de carne y lo empezó a comer por pequeñas partes ya que quiera guardar para más adelante que tuviera hambre.

El pequeño pedazo que quedo lo enrollo en una servilleta para después limpiar lo que había tirado. Cuando termino volvió a su posición anterior, recargada en una esquina de la habitación.

Teniendo aun lado su mochila. Saco una pequeña grabadora con la que solía jugar con Juvia y Grey, junto con ellos les encantaban grabarse a si mismos cantando, imitando al noticiero o lo que sea. De grandes querían trabajar en la radio.

Ya en sus manos, aplasto aquel botón rojo para comenzar a grabar.

–M-Mi...nombre es Lu-Lucy y la verdad nose cuanto tiempo llevo aquí y nose si es de día o de noche o que hora es, creo que solo han pasado cinco días después de que ese hombre me haya llevado –se le hizo un nudo en la garganta– yo...solo...solo espero irme de aquí, este hombre me trata mal, quiero a mi mamá...ojalá le hubiera hecho caso...ojalá no hubiera hecho esa travesura para que me castigaran y me hubieran dejado ir...–Lucy no pudo más y empezó a llorar, dejando a un lado la pequeña grabadora y presionando a la vez el botón para que dejara de grabar.