Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dos pájaros de un tiro.

Iríamos a Kobe, la misma donde se produce la famosa carne Kobe, que claro que yo tenía unas enormes ganas de probar desde que inicié el viaje, claro que sí. Mi tercer amor, por debajo de mi madre y Asuna, es la carne, amen por eso.

Ella lo veía como una parada innecesaria, pero ciertamente la moto y gran parte del dinero eran míos, así que yo era el que ponías las reglas. Aparte, podríamos visitar otros lugares que no fueran precisamente para comer carne.

Aun así, y a regañadientes, ella aceptó, por lo que, muy campantes, llegamos a las casi dos de la tarde, justamente para comer en uno de los restaurantes especiales para comer carne Kobe, lo que me maravillaba de verdad.

Ella no pidió carne, pero yo sí pedí pequeñas porciones para probar todo lo que pudiera. Ahí fue cuando Asuna me miró con mala cara, torciendo los ojos para seguir comiendo su pedido libre de carne.

-Perdón, pero es que me gusta mucho.

-Me doy cuenta, Kirito. –Suspiró, rendida ante no poder convencerme de que era malo comer carne, lo que me daba bastante igual en ese momento al estar bastante maravillado con mis platillos.

Cuando Asuna tuvo suficiente de verme comer y comer tanta carne, tomó el presente diario y me comenzó a golpear con él, enojada y desesperada.

-¡¿Quieres dejar de comer?! –Exclamó.

-No es que no quiera dejar, es que no puedo. –Eso me valió más golpes de mi diario.

Al salir, yo de verdad me sentía más que satisfecho, eran las tres y nos tomaría una hora y veinte minutos ir hasta Osaka, lo que se decía pronto, y estaba bien.

Llegar a esa ciudad quiere decir que no faltaría mucho para llegar a Tokio, la historia está ya casi por acabar, pero no me puedo quejar para nada. Este viaje me ha cambiado bastante más de que pensé; tanto así que, estoy casi convencido de que el viaje me cambiará la vida para siempre.

Hace bastante sentido, yo estaba casi seguro que viviría soltero y acompañado de mi buen rocinante viajando de aquí para acá en mis tiempos libros, visitando todas las ciudades que me fuera posible hasta ya no poder más.

Pero eso cambió, ahora me quiero casar con Asuna, vivir con ella para siempre, y si podemos, viajar a algunos lugares de Japón a los que me gustaría que ella conociera, sea o no con la motocicleta.

Curiosamente, antes de empezar el viaje, casi casi me decía "Independance Cha Cha". Y todos esos sueños de vida siempre independiente se fueron al caño. Aunque no importa, la vida junto a Asuna suena más decorosa que cualquier libertad.

El viaje fue especialmente duro, ya que llovió un tremendo aguacero que debimos parar en la primera gasolinera que encontramos...la que quedaba a casi tres kilómetros de distancia desde que empezó a llover, así que nos metimos una enorme mojada.

Ella parecía una gatita mojada, por lo que exclamé un "awww" cuando nos bajamos de la moto, dándole un beso en la frente a la vez que la abrazaba fuertemente.

-Sabíamos que esto pasaría. –Me dijo, con una cara de inconformidad. –Quizá no nos habría llovido si es que alguien no hubiera insistido en pasar a Kobe solo para comer carne. –Recalcó bastante el "alguien".

-Ay, perdóname por eso. Era algo que no podía desaprovechar.

Usamos algunas toallas que tenía en la maleta para secarnos un poco el cabello, cambiándonos de playera al menos en lo que era los baños de la gasolinera, lo que fue una experiencia no menos que curiosa pero aliviánante.

Antes de que nos cambiaríamos, Asuna se secó el cabello como ya lo dije, el problema es que se le esponjó bastante, pareciendo más aun una gatita que se mojó y que acababa de secarse ella misma. Fue tan encantador verla así, pero la pobre se sintió apenada, tomando su ropa para cambiarse.

Yo la esperé afuera bebiendo un poco de café caliente, teniendo otro para ella en mi otra mano. Esperaríamos a que dejara de llover para poder reanudar el viaje, lo que sucedió a la media hora, cuarenta minutos más o menos. El tiempo no pasó lento, fue rápido ya que nos hablamos del futuro que era más que seguro que pasaría a menos que en mi casa no aceptaran a Asuna o nos accidentáramos en la motocicleta, que con esas que Bucéfalo ya es medio traicionero, es una opción que tengo en cuenta a pesar de que no quiero que algo así suceda.

Siempre hay que tener en mente las posibilidades.

Con el dinero que nos sobre es algo posible que, en caso de que las cosas no salgan como queramos, lo más indicado sería que ambos rentáramos un cuarto en algún punto lejano de la ciudad en lo que buscábamos trabajo. Asuna, ya con experiencia, quizá no le fuera tan trabajoso como a mí, pero con algunos conocidos, seguramente lograría algo en poco tiempo, o eso es algo que yo espero.

La ciudad de Osaka era muy linda, con muchas luces de colores, y llegamos cuando estaba obscureciendo, lo que lo hacía bastante especial, Asuna tomaba fotos rápidas mientras nos deteníamos en los semáforos rojos, observando detalladamente todo lo que tuviera la vista para ofrecernos.

En una ocasión, Asuna pensó que estaba viendo a una mujer bastante curvilínea que se atravesó curiosamente en mi campo de visión, por lo que me dio un fuerte pellizcó que me hubiera quitado todo rastro de sueño en caso de haberlo tenido.

Cuando me preguntó "¿Qué carajos le estás viendo?" yo le dije la verdad: ¿De qué me estás hablando?

Discutimos ese tema en una esquina donde no hubiera mucho tráfico, y únicamente porque ya se lo había dicho antes, ella me creyó que únicamente tenía ojos para ella, lo que me fue de suerte.

Acamparíamos en las afueras de la ciudad no sin antes dar un rápido recorrido. Queríamos pasear por alguno de los ríos que tuviera la ciudad, aunque quizá sí tendríamos que dejar a Bucéfalo en alguna pensión para poder tener todo más controlado.

Mientras, cenamos algo bastante ligero (por mi parte), en uno de los famosos puestos callejeros de la ciudad, comiendo algo de takoyakis, que era una carne más sana que la que había consumido hacía pocas horas.

Estábamos en la famosa calle Dotonbori, en efecto todo era un mar de neón y de gente, aunque eso sí, muy lindo. Tomamos algunas fotos del paisaje urbano que nos rodeaba, ya lo interesante sería hasta casi mañana.

La última actividad que tendríamos era visitar la Umeda Sky Building, seguramente alcanzaríamos a entrar y el recorrido duraba 15 minutos de forma aproximada. Lo que ambos queríamos era ver Osaka de noche en aquel impresionante observatorio que tiene.

Estacionar a Bucéfalo me fue como una patada en el culo, Asuna se adelantó a comprar las entradas, lo que con suerte alcanzamos para bien. Cerraban hasta las 10 de la noche y serían casi las nueve, teníamos tiempo de sobra.

Hacía un leve frío de mitades de septiembre, ya llevaba dos meses y dos semanas viajando, y quizá llegaría a Tokio en una semana más.

Las vistas, aun sin estar en el punto más alto del edificio, eran completamente impresionantes. La emoción se notaba en los ojos de Asuna, y seguramente también en los míos. Vimos algunas cosas dentro del complejo, la estructura era completamente impresionante, aunque lo mejor fue casi al acabar el recorrido.

Se nos abrió la puerta automática, dejando ver lo que era un camino de paneles electrónicos que simulaban caminar por un suelo encantado, se veían nacer pequeñas flores moradas o de un azul bastante brillante, era algo completamente mágico.

La noche era estrellada, estrellas que brillaban tímidas, muy pequeñas, pero a montones, casi como migajas de pan en el cielo nocturno, por el pequeño tamaño que tenían.

Yo y Asuna mirábamos maravillados en todo el sentido de la palabra que pudiera tener, y luego, al mirar todas las luces de la ciudad, simplemente nos encantamos por las luces de todos los colores de los edificios, e igual se podían ver los diferentes ríos que pasaban por la ciudad.

Pusimos nuestras manos en el barandal mientras observábamos tal belleza ante nuestros ojos, no había nada mejor, quizá era lo más hermoso que pude ver en todo el viaje que llevaba.

Insisto en que era un momento mágico, y como no podía ser de otro modo, al ser algo que se quedará en nuestras mentes para toda la vida, quería aderezarlo con lo único meritorio que se me pasó por la cabeza.

Tomé la mano de Asuna, apretándola suavemente para llamar su atención. Cuando la vi a los ojos, pude ver reflejados los míos propios por el simple y sencillo hecho de que mis gemelos brillaban por lo que sentía mi corazón.

Me arrodillé lentamente, tomando con mis dos manos la de Asuna, sujetándola con algo de fuerza y dándole un beso en el dorso de la misma.

-Asuna Yuuki, ¿quisieras casarte conmigo?

-Ki-Kirito... -Me miró con una sorpresa agradable, algo que no se esperaba por nada y, sin embargo, la sorprendí.

Quiero que esté momento se quede en nuestras mentes por ser el más especial de nuestras vidas.

-¡Acepto, Kirito! –Se arrodilló también para darme un abrazo y comerme a besos en toda mi cara. -¡Acepto! ¡Acepto! ¡Acepto! ¡Acepto! ¡Acepto! ¡Claro que acepto casarme contigo, Kirito!

-Ge-genial... -Comencé a llorar de la emoción, algo que ni yo mismo me esperaba. Ella me secó las lágrimas con sus suaves manos a la vez que nos levantamos para seguir abrazándonos. –Asuna Yuuki...te amo y quiero dedicarte mi vida sólo a ti, a nadie más. Ni siquiera a mí.

-Kirito. –Me abrazó más fuerte, apretando nuestros dos pechos para que nuestros corazones, que latían como si fuera uno sólo, estuvieran lo más juntos posible. 

Esa noche, cabe mencionar, hicimos un amor necesario, orgulloso y bastante hermoso que prefiero guardármelo por ser tan especial y, de cierta manera, indescriptible, así que me veo en la penosa necesidad de tener que dejarlo a la imaginación del lector, confirmando que, seguramente, no habrán leído algo similar en toda su vida, pues es una mezcla de sentimientos varios y complejos en toda su palabra que los hacen exquisitamente únicos, algo que sólo yo y Asuna podemos compaginar bien. (Justificando mi flojera por escribir lemmon :v)

La mañana siguiente fue no menos linda, ya que pedimos un pequeño bote para nosotros dos, viendo las calles de Osaka en el canal a la vez que nos tomábamos de la mano y sentíamos el sol en nuestra piel.

Asuna tenía puesto el sombrero que solía usar, algo que la hacía ver mucho más bella de lo que ya era, y que me enloquecía de forma absoluta. Nos unimos para no separarnos, y ya queríamos llegar a Tokio para oficializar nuestro matrimonio al no tener testigos en ese momento, que era lo único que faltaba.

Regresaré a casa prácticamente casado, mis padres me ahorcarán sí o sí, pero no me importa, si puedo morir junto con Asuna, me doy por bien servido. Únicamente quiero que me entierren junto a ella si es que llego a morir.

Seguimos disfrutando del viaje en la barca lo que duró, atravesamos nueve puentes, lo que era una distancia considerable, a decir verdad. Lo más lindo era ver los edificios y la parte baja de los puentes, escuchando todo el movimiento sobre ellos.

Ahí aprovechábamos para darnos un beso hasta que sintiéramos que el sol nos pegara, a mí en la cara y a ella en los brazos.

Fue un momento mágico, nuestro primer momento como comprometidos de verdad. No veríamos lo de los anillos ni nada de la boda todavía como seguramente ya lo hacían Yuuki y Eugeo, eso lo tendremos aun en calma.

Lo de la boda civil...eso sí ya sería más pronto en nuestras mentes.

Acabamos nuestro recorrido en el santuario Sumiyoshi Taisha, que no me pareció nada del otro mundo lo que era su santuario principal de color rojo con tejas negras y de no más de dos metros de altura. Su segundo santuario, de un color blanco, gris y tejas negras me pareció bastante más lindo así como las piedras que adornaban la circunferencia de los árboles. Ojalá ahí pudiéramos casarnos Asuna y yo de forma inmediata.

Al ya tener todo lo que queríamos visitado, comimos uno de los agasajos que tenía Osaka para ofrecernos, llevando incluso algunos para llevar, el camino sería algo largo al siguiente punto. 600 kilómetros nos separaban de Tokio, prácticamente estoy en el final de mi viaje, y no lo hago como empecé, lo que me hace sentir bien.

-¿Estás lista, Asuna? –Le pregunté a ella ante de arrancar la motocicleta.

-Estoy lista...querido. -Eso me encendió el corazón, sonreí, viéndola con el rabillo del ojo para que ella me diera un beso en la mejilla, pegando sus senos a mi espalda y recargando su barbilla en mi hombro. Ahí arranqué a lo que serían los últimos kilómetros de mi viaje acompañado del amor de mi vida para poder tener lo que deseamos es una vida plena y bastante feliz.

Me emociona pensar que a los pocos meses de que Eugeo y Yuuki se casen seguiremos Asuna y yo, ¿Quién seguirá? Esa pregunta me deja con bastante curiosidad.

Aunque por ahora no pensaré en los demás, sino en únicamente lo que es la recta finalísima del viaje que decidí hacer por ocio y ahora hago para llegar a mi destino...un destino con Asuna.
______________________________________

UWU que bonito es lo bonito, espero les haya gustado la propuesta de matrimonio

Ya cada vez falta menos para el final D': aunque los capítulos serán lindos, no lo niego, sin olvidar los apéndices que le agregaré xd
Nos vemos la próxima semana uwu

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro