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Doble pareja y un pilón.

(En México, el "pilón" es Cantidad extra de una mercancía que el comerciante regala al cliente. Ya verán a que me refiero conforme pase el fic uwu)

Al día siguiente nos detuvimos a desayunar en una tienda de autoservicio que quedaba en medio de la nada. Fue muy divertido, honestamente, ya que éramos la representación perfecta de dos viajeros con dinero contado, mucho amor que darnos entre nosotros, y escenas graciosas que armábamos juntos.

Comíamos hot-dogs sentados en la tienda. Mientras que le poníamos los aderezos, Asuna bebía un poco de leche y yo tomaba un café, pues había dormido algo mal la noche anterior mientras que Asuna parecía una angelita ante mis ojos.

Ella salió para ir por dinero para pagar mientras que yo hacía fila y buscaba algunas cosas para el camino, ya que me dejé de confiar de los depósitos del agua desde que enfermé de cólera.

Al regresar, ella se notaba algo extrañada, lo que ignoré por completo debido a que era hora de pagar.

Al retirarnos, me tomó de la mano y se juntó a mi cuerpo, era una mañana fresca al ser pasadas las ocho de la mañana. Quizá esa noche la pasaríamos en un hotel, ya que no solemos lavarnos los dientes, y eso nos impide ponernos románticos.

-Es un poco incómodo tener la boca sucia casi todo el día.

-Meh, te acostumbrarás. -Le sonreí, ella me hizo un gesto de hartazgo.

Continuamos nuestro viaje (inserte himno de la URSS), acompañados de un poco de música que Asuna tenía en su celular, colocando su celular en mi hombro, aunque llegando a la ciudad, compraríamos otro casco, pues sólo cargaba uno y lo usaba ella aunque me insistió en que no.

Llegando a Kioto, la cosa fue maravillosa, casi siento que sonreímos al mismo tiempo, de eso estoy completamente seguro, se veía todo muy lindo, aunque iríamos directamente a ver los templos religiosos y las zonas tradicionales para luego descansar un rato en algún hotel.

Todo era algo hermoso, aunque sí que se notaba bastante contaminada la ciudad, lo que nos desilusionó un poco a ambos.

Los edificios eran altos y grises acompañados de algunos letreros llamativos que no dejaban mucho que desear, aunque evidentemente estábamos ahí para visitar su santuario.

Eso nos llevó cerca de una hora por el tráfico que había, era algo realmente molesto, incluso tuve que apagar el motor varias veces, Asuna y yo recargamos los pies en el suelo ante la situación de tráfico que había.

Nos distraíamos un poco cuando yo le preguntaba qué tal le había parecido el viaje, y a Asuna le había encantado el estar conmigo en esa motocicleta, lo que sí es que estaba bastante enojada aun por haberle disparado en el pie a Nobuyuki.

Estoy casi convencido de que lo seguiré disfrutando incluso cuando ya haya acabado el viaje. Pensando en eso, tenía que buscar una forma de decirle a mi madre que ahora llevaba a la que prácticamente era mi prometida a casa...seguramente eso a mi padre lo hará echarme de la casa mientras mi madre se desmaya del susto.

Pero bueno, aún no hemos acabado el camino, me preocuparé en su momento, claro. Lo que también estoy pensando es proponerle a Asuna que vayamos al registro civil a casarnos, aunque es muy pronto y no sé cómo es que se lo pueda tomar ella o si al menos esa es una de sus opciones o si de tan siquiera estaría de acuerdo.

Lo que es claro es que ella y yo estamos literalmente amarrados a una situación complicada, ella no puede regresar a su casa, yo no la puedo abandonar (ni tampoco es que quiera), y un departamento en Japón es caro, sabrá Dios cuánto tiempo tardara en encontrar un trabajo, en conseguir dinero suficiente, y un largo etcétera.

Hicimos la que, seguramente, es la más grande estupidez de nuestras vidas, lo bueno es que la hicimos juntos y, si pagamos las consecuencias, será juntos, hasta el final, lo que me relaja y tranquiliza mucho.

Una vez en el templo, lo visitamos todo, Asuna parecía niña pequeña de lo emocionada que estaba, lo que me parece natural, su familia la tenía en un cuasi-cautiverio donde no podía salir a donde ella quisiera sin tener que pedir permiso o a menos que estuviera bajo compañía (por no decir vigilancia), de un familiar.

Creo que en las presentes notas no debo ni mencionar el por qué la reacción de Asuna, aparte de causarme el más tierno calor en el corazón, me alegra muchísimo. Ella es ahora la mujer más libre del mundo, puede ir a donde quiera sin restricción alguna, y eso es lo que más me hace feliz.

Nos tomamos fotos, la más linda de todas fue una donde nos dimos un beso en los labios teniendo de fondo el bosque del templo que visitábamos en ese momento.

Le tomaba infinidad de fotos, y es que Asuna posaba muy bien para cualquier fotografía y en cualquier fondo, ella debería ser modelo (referencia a mis otras historias :v), lo que, si bien es cierto que hacía con su celular, esas imágenes terminarán en el mío sea como sea.

Eran las tres de la tarde cuando acabamos eso, notando a una pareja de esposos que iban tomados de la mano. Se notaban unos años más grandes que nosotros, la chica estaba embarazada de unos siete u ocho meses.

Ella era alta, de piel bastante pálida y de cabello largo castaño, de ojos y frente grandes, una muy bella mujer.

Su marido era de piel morena con los cabellos rubios, tenía una sonrisa especial cuando miraba a su mujer, lo que me causaba mucha ternura, aunque, eso sí, era fornido e inspiraba un poco de recelo al verse agresivo.

Cuando nuestros cuatro pares de ojos se toparon, nos dedicamos una buena sonrisa, éramos dos parejas y un pilón: el pequeño que estaba en el vientre de aquella mujer alta y pálida.

Parecían ser, de hecho, el yin y el yang, no solo por sus colores de piel, sino por la forma de sus cuerpos (ella era más alta), el color de sus cabellos, y el porte. Cabe mencionar que mientras ella parecía ser una mujer tranquila, de pocos amigos y, hasta cierto punto, introvertida, él era todo lo contrario al parecer y vestir...un poco como delincuente sin tatuajes. No me gusta ser prejuicioso, pero esa es la forma en que los puedo describir de forma acertada.

Seguimos nuestro camino hacia Bucéfalo, el que ya anda más muerto que vivo por recorrer ni más ni menos que casi 2000 kilómetros, lo que se dice poco en comparación de lo que es la ruta del Che.

Eso sí, la ruta del hacks locos será más corta, pero no por ello menos impresionante, y es importante que la trace toda en el mapa para cuando algún conocido mío o incluso mis hijos o nietos quieran hacer una hazaña similar.

La misma pareja nos seguía observando a la vez que nos miraban, algo que nos incomodó un poco, ¿de verdad parecemos tan vagamundos? Bueno, lo somos en el buen sentido de la palabra ya que vagamos por el país en una ruta más o menos definida.

El muchacho, que escuchó que ya había arrancado la moto, se apresuró un poco mientras su mujer caminaba lentamente.

-Disculpen. -Dijo él.

-¿Qué sucede? -Preguntó Asuna, sonriendo.

-¿Están viajando?

-Sí, por todo el país. -Dije yo.

-Aww, que tierno. -Exclamó la mujer, que ya venía cerca. -Viajando en pareja por el país, que lindo suena. Malamente a mí y a mi marido no se nos ocurrió tal cosa. Ahora hay una responsabilidad muy grande. -La mujer se tomó el vientre.

-Sí, no podré dejar a esta linda niña sin cuidado.

-Será un niño, Ishkan.

-Claro que no, mujer. Será una linda nena. -Fue levemente incomodo verlos discutir, pero daban gracia, definitivamente.

Nos invitaron a comer para que les compartiéramos nuestras experiencias, fue la primera vez que se me pasó por la mente el hecho de que Asuna hubiera podido quedar embarazada tras la noche en que nos entregamos, lo que no me hizo ni la más remota gracia y, de hecho, se notó al momento de manejar.

Seguía el auto de Ishkan y de Scheta (ya nos habían dado sus nombres, afortunadamente), y me sentía muy distraído, aunque lo suficientemente atento para no chocar al carajo y que eso nos afectara a mí y a Asuna.

Llegamos a su casa, la que era, a pesar de ser solo ellos dos, muy espaciosa. Eso fue explicado al decir que querían tener bastantes hijos...y ambos podían darse el lujo de tenerlos, así que no lo pensaron un solo segundo y ahora están en el proceso de tener a su primera concepción que siguen sin ponerse de acuerdo en qué quieren que sea.

Al sentarnos en la mesa, ellos seguían discutiendo sobre ese tema.

-Quisiera que la pequeña ya hubiera nacido. Apuesto a Lisa-chan sería todo un amor y que ustedes le caerían excelente.

-¿Lisa-chan?

-Así quiero llamar a la pequeña. Aunque claro, su nombre será Lisetta, pero ya me acostumbré a llamarla así de cariño.

-Ese es el nombre que tendrá si es que es niña. Si es niño aun no nos ponemos de acuerdo ya que...Ishkan no quiere aceptar que será varón. -Suspiró Scheta, algo que nos dio bastante risa a mí y a Asuna.

-Cómo sea. -Refunfuñó él. -¿Ustedes han pensado en tener hijos? Apuesto a que sí. -Sonrió.

Ambos nos atragantamos con la comida al escuchar aquella pregunta, la verdad es que apenas somos "novios". Eso es algo que ellos no saben, les hemos dicho que tenemos de casados seis meses y que ya vivimos juntos en Tokio.

-L-la verdad es que no. -Dijo Asuna, nerviosa. -Apenas son seis meses, esperaremos medio año o un año como máximo antes de ser padres.

-¡S-sí! ¡A-aún es pronto para pensar en esas cosas!

-Este salvaje de aquí me dijo que quería formar una familia conmigo cuando llevábamos dos meses de novios. Insistió como el necio que es hasta que finalmente le dije que sí, pero no me arrepiento. -Una sonrisa tímida se formó en Scheta.

-No me maltrates. -Lloró Ishkan. -Pero sí, yo quería tener hijos apenas tuviéramos un día de esposos, pues ya de novios tuvimos, ¿tres años, no? Tres años se tardó en darme el sí esta mujer, ¡me iba a volver loco!

-Es que eras un macho y odiaba eso, por eso me lo pensé mucho. -Dijo ella, fríamente.

-Ya, ya, pero ahora soy diferente. -El muchacho tomó su mano y le dio un beso. -Cambiaré por ti y por Lisa-chan.

Fue tan diabético verlos así de lindos, incluso Asuna y yo quedamos muy cortos de ternura en lo que a ellos se respecta. No es competición, por lo que no me preocupa en lo absoluto.

Lo único que sí me hace cuestionarme es sí ella y yo seremos igual de románticos.

Hicimos un revolvedero de ideas yo y Asuna, aunque tenía la coherencia suficiente para ser creíbles y así mantener la pequeña mentira que armamos, contando a la pareja de casados la empresa que llevábamos acabo "desde ambos salir de Tokio".

Le daría a leer mi diario a Asuna...si es que eso no representara mi muerte definitiva, pues es la más terrible de las ideas que ella sepa que he estado contras chicas (y vaya chicas), antes que ella. Aunque eso no importa, sólo la amaré a ella, eso lo garantizaría ante cualquier cosa o persona, pues mi amor por ella es tan grande como el que Ishkan le tiene a su aún no nacida Lisetta.

Nos prestaron la ducha y ahí dormiríamos, Asuna salió un segundo a tomar aire, lo que no me terminé de explicar honestamente, aunque yo entré a ducharme todavía. Supongo que ella estará platicando con ese lindo par de esposos, quisiera conocer a Lisetta, aunque sé perfectamente que no podré. O bueno, eso era lo que pensaba ya que ella tenía ocho semanas y media de embarazada...

Dios mío, fue lo más preocupante de mi vida, pues a Scheta se le rompió la fuente a las cuatro de la tarde, comenzando así la labor de parto.

Yo me salí a medio vestir del cuarto que nos prestaron, corriendo lo más rápido posible para ir a ayudar a Scheta a subir al auto, Ishkan se veía igual de blanco que ella a pesar de su tono de piel.

Ni de chiste puedo mentir sin decir que fue la experiencia más extrema que he tenido en mi vida, todos fuimos en el auto, Ishkan manejaba como un psicópata, yo iba delante de él en Bucéfalo, haciendo señales y gritando "mujer en parto, cedan el paso" casi como si fuera un policía de tránsito.

Eso funcionaba bastante bien, aunque en más de una ocasión creí que me iba a caer de la motocicleta por la rapidez con la que iba, algo que ni yo mismo me creía.

Asuna me comentaría más tarde que ella estaba en el asiento trasero tomando de la mano a Scheta para tranquilizarla. Llegamos en cosa de 20 minutos al hospital, que quedaba bastante cerca.

Una vez ahí, Scheta e Ishkan fueron corriendo a la sala de parto, yo y Asuna nos vimos, dándonos un gran abrazo ante el susto que nos habíamos dado, aunque en cierta parte, no estábamos insatisfechos o molestos por pasar por una experiencia de este tipo sin tener necesidad de.

De hecho, maduramos un poco ante lo ocurrido, lo que será para bien o para mal, pero ya ha ocurrido, y no me puedo quejar.

A las cuatro horas salió Ishkan bastante emocionado, Asuna y yo nos levantamos y él nos abrazó, dándonos mil y un veces las gracias por ayudar a su mujer en el parto, de alguna forma, claro.

-Y lo mejor de todo, Kirito, Asuna... ¡es niña!

-Felicidades, Ishkan. -Nos dimos de nuevo un abrazo, celebrando el suceso de que, por lo que parecía ser, era la primera vez que ese muchacho tenía razón en todo el tiempo que llevaba siendo pareja de Scheta.

-Ella está feliz a pesar de que no es un varón como ella quería, pero no importa, ¡nuestra primera hija nació perfectamente saludable, ella es hermosa, igual a su madre, tiene su cabello, es la niña más maravillosa que he visto en mi vida e incluso su llanto me parece tan lindo! -Quiero ver si dice lo mismo a las tres de la mañana...

Lo lindo de todo fue que pudimos conocer a la pequeña Lisetta, la que era justamente como Ishkan la había descrito. La veíamos desde la ventana donde los demás bebes se encontraban, él nos dijo cuál era.

Tanto yo como Asuna, nos enternecimos mucho, era una niña muy linda, muy chistosa y se notaba bastante a su madre, teniendo un leve parentesco a su padre, lo que fue especialmente tierno.

Esa era la máxima culminación del amor para ellos dos, lo que lo hacía muy lindo, representaba el cuanto se amaban.

Dormimos en el hospital, algo que fue una experiencia que nos trajo tanto a mi como a Asuna recuerdos de la vez que nos conocimos, que nos enamoramos y que hicimos el amor.

Nos iríamos a la mañana tras despedirnos de Scheta (fue sigo rápido, acompañado de una caricia de cabellos y felicitaciones infinitas por su bella hija). Lo que hicimos fue dejarle una carta escrita por los dos llenándola de felicitaciones por su momento esperado y deseándole el mejor de los futuros y los más saludables hijos venideros, siendo así mejor que hacerlo a las prisas que nos trajeron los del hospital. Scheta tenía que estar en reposo, pero sí pudimos ver cómo es que ella cargaba a la pequeña Lisseta en sus brazos, su sonrisa y el brillo en sus ojos de ver tan cerca a su hija fue simplemente extraordinario.

La noche, a pesar de que la pasamos en las bancas metálicas bastante incomodas, fue especial ya que tuvimos siempre nuestras manos agarradas y el sentimiento en el corazón de haber hecho una buena obra por dos personas que nos acogieron de la manera más amable posible.

Lo mejor vino la mañana siguiente cuando el ahora padre de una niña nos mostró una fotografía que le hizo la noche pasada a Scheta mientras sostenía a una Lisetta dormida en sus manos y le tomaba una manita.

A Asuna casi se le escaparon las lágrimas de la ternura, y a mí, en lo personal, me causó un sentimiento extraño, que es una amalgama de muchos, todos buenos y para bien.

Por otro lado, se le veía muy feliz a Scheta, lo que valía bastante más que cualquier cosa.

Regresamos a casa del matrimonio por nuestras cosas y él llevaría objetos personales para su aseo ya que ni de chiste iba a dejar a Scheta sola un segundo.

-Date un respiro, estar en el hospital te volverá loco. -Le advertí.

-No puedo. Ellas dos son mi amor, me moriría si les pasa algo malo, por eso, y aunque sea contraproducente, estaré con ellas dos hasta que Scheta salga del hospital. No quisiera que a nuestra pequeña le pase algo.

Eso era el verdadero amor, se notaba que él estaba loco por ellas, aunque una tenía horas de nacida y seguramente la pequeña no tiene ni la menor idea de que es locamente amada por ese hombre de piel morena y cabellos rubios.

Nos despedimos de Ishkan con el más afectuoso de los abrazos, el que nos correspondió dándonos las gracias una vez más por lo que hicimos. Le ahorré una media hora de llegar al hospital, y Asuna estuvo ahí con Scheta para darle ánimos y tranquilizarla, a pesar de que la propia mujer se notaba tranquila.

Nos retiramos con el mayor de los sabores a victoria que teníamos. Para ser nuestra primera experiencia de viaje juntos, definitivamente no lo hicimos nada mal, fue algo muy lindo, pero teníamos que partir a nuestro siguiente destino.
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Tan bellos :3 viva el ischeta! uwu se esperaban que fuera justamente el nacimiento de Lisa-chan? :0 de cualquier forma es lindo verla en el fic je je ^^
Quizá el siguiente capítulo les duela algo, pro ñeh, por capítulos como éste las cosas malas se olvidan
Hasta entonces

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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