Día 7
Querido diario:
Hoy lo volví a ver.
Él estaba allí.
Pero no en un sueño.
Estaba paseando por el bosque y lo vi. No era capaz de verlo bien, pero supe que era él.
Me hizo una seña con una de sus manos como telarañas.
Sonreí, y me acerqué a él.
Él me tocó la frente con la mano. El mundo comenzó a dar vueltas a mi alrededor. Mis ojos se nublaron, y me desmayé.
Al despertarme, vi que tenía grabado en la frente un extraño tatuaje.
Y lo supe.
Él está aquí, aquí, aquí, aquí.
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