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Hoy al mediodía que iba por la calle después de salir de la cafetería me topé con el chico lindo, y lamentablemente le volví a derramar mi café caliente en su perfecta camisa blanca.
Él sólo me miró con una linda sonrisa y dijo:
- Oye no te preocupes, esto se lava. Sin embargo te perdono si me aceptas invitarte un café. Solo no me huyas esta vez, prometo que no muerdo.
Y si diario, así fue como tuve mi primera cita con el chico caliente.
Y me encantó
Anne
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