Viernes 1 de mayo de 2020

Día del parado

Vale, creo que definitivamente le pasa algo a la herida de la espalda. Mi madre dirá misa, que tiene mejor aspecto y que no se ve infectada, pero me pica y escuece como si tuviera dentro un puto ejército de hormigas bailando claqué con tacones de aguja. Por suerte está en un sitio que apenas llego a rascarme, porque si no, ya me habría arrancado la piel a tiras con un sacacorchos. Así que imaginad la nochecita que he pasado, frotándome por las sábanas como si estuviera en celo y reprimiendo el impulso de bajar al salón a restregar la espalda por el gotelé de las paredes, igual que Baloo (el oso de El libro de la selva), aunque su método de rascarse con una palmera creo que me seduce más. Que vaya mal gusto el gotelé, también te digo; no sé qué clase de perturbado pensó que llenar las paredes de salpicones era más estético y limpio que mantenerlas lisas.

El caso es que hoy me he vuelto a medir la temperatura y estaba «normal», sobre todo teniendo en cuenta el calor que hacía ya en la habitación. O sea, ¿me explicas esos 22ºC en la calle, a la sombra, a las nueve de la mañana? Y acabamos de empezar mayo, literalmente además. Por favor, que alguien llame a Lucifer para que cierre las puertas del infierno, porque me parece que el último el entrar se la dejó entornada. Llamaría yo mismo, pero perdí el número cuando cambié de móvil... *sonrisa tensa*.

El caso es que se lo he comentado al enfermero que me lleva llamando estos días (el tema del picor, no mis delirios satánicos) y me ha dicho que en principio no me preocupe; que con la poca de humedad ambiental que está habiendo estos días, la piel se reseca y puede producir más picazón. Me ha aconsejado que me aplique aloe vera o alguna crema hidratante, hipoalergénica a ser posible. Es gracioso que hasta los sanitarios recomienden el aloe vera; es como el bicarbonato y el vinagre, que la gente los usa para absolutamente cualquier problema de su vida. Y yo me incluyo.

Total, que me he quedado igual que estaba. Aun así, y no es por desconfiar de su criterio (que lo mismo sabe bastante más que yo, así en general), el escozor es como interno, ya no tanto superficial. Claro que, ¿a quién no le ha pasado empezar a rascarse una oreja y terminar por los dedos de los pies porque ya no sabes dónde mierdas te pica? Mira, yo qué sé. No quiero tener que ir al médico porque «no es urgente», y así evitamos saturar más el sistema, pero al mismo tiempo me estoy empezando a volver un poco paranoico y todos sabemos dónde conduce eso: a buscar en Google. Y seguro que, como poco, me diagnostica varias enfermedades mortales. A saber dónde habría metido las manos la vieja loca...

En fin, que entre unas cosas y otras he acabado viendo Twilight. No me juzguéis todavía, estoy drogado y convaleciente. Mi intención era ver Mujercitas, pero a Amazon Pime Video le ha parecido una buena idea ponerla de pago.... Luego una cosa llevó a la otra y acabé viendo vampiros embadurnados de purpurina. Eso sí, me la puse en inglés; ya puestos a lanzarme a los brazos de la miseria humana, al menos practicar el listening. No os voy a mentir, en su momento me leí los libros y fui al cine a ver todas las pelis. Además, guardo muy buenos recuerdos de toda esa época en general, y de la gente de entonces. Conque, qué queréis que os diga, he disfrutado viéndola de nuevo, aunque me he dado cuenta de lo cutres que son algunas escenas.

De hecho, no sé si será porque me he quedado «flojo» por la paliza (como decía mi abuela), o si la peli ha despertado esos viejos recuerdos que he mencionado, pero he acabado hablando con una amiga con la que hacía mil años que no charlaba. Y, joder, hemos estado casi tres horas sin parar. Se ve que ella también me echaba de menos. Ha sido raro. Y tierno. E intenso. Por un momento volví a ser un incomprendido adolescente, sin preocupaciones ni obligaciones de «adulto», y fue bonito.

Pues sí que parece que estoy más sensiblón sí. Ni siquiera me han molestado hoy los aplausos, no os digo más...

Total, que mañana ya podremos salir a caminar o hacer ejercicio a la calle. Durante no demasiado tiempo y siempre lo más próximo posible a nuestras casas, pero, oye, algo es algo. Esperemos que no se descontrole como pasó con los niños, y, sobre todo, espero no volver a tener ningún incidente con ninguna vieja loca del coño... Es más, con que mis padres me dejen tranquilo durante una hora, me doy por satisfecho. Yisusito Kraisuto y la sagrada Virgen de la Papaya, ¿dónde hay que firmar?

Me voy a cenar y a relajarme viendo Luna Nueva (la segunda de la saga Twilight), que, digo yo, ya que la empecé, habrá que acabarla...

Cuidaos mucho y no descuidéis la higiene íntima. Si no lo hacéis por vosotros, hacedlo por vuestras mascotas, que tienen un sentido del olfato sumamente agudo. Guarros.

Nais nais.