66, 2 kilos. ¡Muy, pero que muy bien! Supongo que la última sesión de gimnasio, unida a dos días de desayuno sano y saludable, comienza a dar resultados. Estas son las pequeñas cosas que hacen que tengas un buen comienzo por la mañana: ver que si te esfuerzas empiezas a estar más cerca de tus metas. Ya sé que solo son unos gramos, pero lo importante es que la tendencia es a la baja. Al ir a sacar la ropa de la lavadora me doy cuenta de que está chorreando. No funcionó el centrifugado. Ya me había fallado hace unos meses y me costó una pasta repararla. Por lo que me va a tocar comprar una nueva. Y encima este mes, que es cuando tengo que pagar los campamentos de verano de los niños si no quiero que se queden sin plaza. E intentar contar con que Javier colabore es una tontería, ya no pierdo fuerzas en el intento.

¡La dichosa Ley de Murphy! Conmigo siempre se cumple. Estas son las pequeñas cosas que ensombrecen las anteriores.

Propósito 5: Conseguir ahorrar algo (ya no especifico cantidad, ya que con que ahorre algo ya será más de lo que llevo hasta ahora). Es uno de los temas que te planteas cuando llegas a esta edad. Hasta ahora nunca me importó el tener dinero en el banco. No me quejo de mi sueldo, pero dos hijos dan mucho gasto (y dos perros aún más). Tengo que reconocer que nunca he escatimado en nada. El piso en el que vivimos es de alquiler, pero en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, de ahí que su precio sea bastante elevado. Es un bajo muy bonito con un amplio jardín en el que Lebrón y Jordan pueden estar correteando todo el día a sus anchas. La playa nos queda a 300 metros, pero lo más importante es que mis padres viven al lado y os aseguro que eso no se paga con dinero. El tener a los abuelos cerca siempre es de gran ayuda (como ahora, ya que serán los encargados de centrifugarme la colada). Pero después del tratamiento de mi hermana María te das cuenta que, aunque el dinero no es lo más importante, el tenerlo ayuda.

7:00 p. m. ¡Fin de la jornada! ¡Al fin empieza el fin de semana! No he tenido noticias de Paco en todo el día. Después de mi mensaje de anoche no volví a tener contestación. Y eso que fue lo primero que comprobé al despertarme y encender mi móvil. Debí de hacerme pajas mentales con las intenciones del suyo. Es un tío joven con buen rollo y hoy en día son tan abiertos, y eso unido a que llevo más de un año a palo seco, que con que me digan que estoy guapa me vengo muy arriba. Aunque a lo mejor no lo ha leído. Tenía que haberlo enviado con confirmación de lectura. Al llegar a casa puedo intentar recuperarlo. Creo que Outlook tenía esa opción... ¡Ahora es cuando te das cuenta de lo importante que es hacer esos dichosos cursos on-line de ofimática que te mandan cada dos por tres desde la central para que te actualices y de los que pasas! Seguro que Miguel sabe hacerlo... Es increíble pensar que, con doce o diez años, tanto Miguel como Santi me dan mil vueltas en cualquier tema relacionado con los aparatos electrónicos que tenemos en casa. Llevo utilizando el ordenador unos veinte años más que cualquiera de los dos y aun así me podrían dar un máster en cualquier programa de Office. Por no hablar ya de las aplicaciones de móvil, tablet o manejo de mandos inalámbricos variados. Esto me hace sentir mayor.

11:00 p. m. No solo no he conseguido recuperar el dichoso mensaje, sino que mi móvil, en este preciso instante, suena avisándome de la entrada de un nuevo e-mail. ¿Un viernes a las once de la noche?

Remitente: Francisco Montero

Asunto: Buenas noches, guapa

Mi jornada laboral de hoy ha sido muy dura. Me han asaltado muchas dudas acerca del funcionamiento de la herramienta de gestión comercial que no he sido capaz de subsanar. Me preguntaba si sería posible quedar el lunes para almorzar y que así, de esa forma, me ayudases como buena compañera. 

Con gratitud, Paco 

P. D.: Sé buena el fin de semana.

¡O estoy loca o se me está insinuando en este mensaje! Tengo que reflexionar un momento. «Sara, que luego las cosas se te van de las manos», pienso en voz alta mientras releo una y otra vez el dichoso texto que aparece en la pantalla de mi móvil. Lo mejor sería no contestar y el lunes decirle que tengo programada una visita a un cliente y que me es imposible. Pero, por otra parte, si me ofrecí ayer y le dije que contase conmigo, tampoco sería de muy buena compañera pasar de él... Claro que la ayuda que se me pasa por la cabeza ofrecerle en estos momentos no es precisamente con la aplicación informática. 

Este fue el mensaje de respuesta:

Remitente: Sara García

Asunto: Buenas noches, chico nuevo

Me siento en el deber de empatizar con mi nuevo compañero, por lo que organizaré mi agenda para poder reunirme contigo el lunes a la hora del almuerzo. Agradecería que me envíes la propuesta de reunión a mi calendario de Outlook con la hora y el lugar de encuentro. Espero tu convocatoria.

Atentamente, Sara

P. D.: Creo que tienes más peligro tú que yo. Cuidado con las borracheras, ya que sería bueno que el lunes tu mente luciese despejada.

A ver si así consigo despejar alguna de las incógnitas que me rondan. Al fin vamos a saber si es chico de sushi o de comida rápida.

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