-Veintinueve-
01/07
¡Domingo! Amo los domingos. Y hoy los amé más.
El viernes (no lo escribí, estaba muy cansada) conversé con Enrique. Necesitaba una explicación sobre porqué estaba enojado conmigo.
«No estoy enojado, sólo malinterpreté algo. Lamento si pensaste lo contrario, no era mi intención»
Básicamente todo volvió a estar bien.
Hoy llovió. Hacia mucho frío y entonces vi a Enrique entrar a mi casa.
«¿Enrique... Pero qué?»
Yo estaba muy confundida. Papá aún no llegaba de trabajar y Sara estaba muy feliz de ver a Enrique.
«Perdón estaba cerca... No espiándote, y comenzó a llover de la nada. Así que vine a pedirte si me dejabas quedarme un rato, sólo hasta que termine la lluvia y pueda regresar a mi casa»
Aún no respondía nada y Sara ya tenía a Enrique en su habitación. Estaba vistiéndolo de princesa. Reí al verlos y Enrique solo se rió junto a mí.
«¡Asi no se ríen las princesas!» se quejó Sara y Enrique afinó su voz. Siendo honesta no sabía que podía hacerlo.
Después de unas horas jugando, Sara se quedó dormida. Enrique la cargó y la recostó en su cama. Luego salió y se sentó junto a mí en el sofá. Hubo un largo silencio, hasta que habló.
«Laura, voy a preguntarte algo que ya no me deja dormir. Necesito una respuesta sincera» comencé a ponerme muy nerviosa mientras él sólo sonreía. Entonces continuó.
«Laura, ¿Te gusta John?» ¿Qué le pasaba a Enrique por la cabeza? ¿Cómo va a dejar de gustarme un semidiós para gustarme un idiota?
Negué con una mueca de asco. Y Enrique se rió, ver su sonrisa, esa hermosa sonrisa que sólo tenia él, me ponía y pone a desvariar en un mundo donde existen los unicornios y los gatos que escupen corazones por la boca.
Verlo cerrar sus ojos y lanzar pequeños aunque a veces inaudibles suspiros al aire, ver como mueve su cabello tan alocado como él, ese cabello que brilla con el sol, que se mueve con el viento, aquel que lo delata y lo diferencia en una habitación llena de gente.
Cuando me mira... Sonríe y ¡Maldita sea! Me llena de ilusiones. Lo odio, lo amo. Odio amarlo y amaría odiarlo.
Pero también me dolería mucho odiarlo. Solo... Espero y no le afecte saber que me voy...
¿Qué pienso? Claro que no le afectará, sería nuevo pensar que eso llegaría a suceder en algún momento.
Mas debo ser honesta Enrique es feliz. Tiene salud, belleza, bienestar y amigos que parecen quererlo. ¿Cuál sería la diferencia que yo podría causar en su vida?
Él no me necesita y, quizás, yo tampoco lo necesito porque para ser honestos... Puede que él sea sólo un chico más del montón de personas con las que convivo día a día..
—————
Tuti🍓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro