-Sesenta y tres-
31/12; 01/01
¡Feliz 2019! Un año en un día, en un par de horas.
Son exactamente las 3am y me encuentro escribiendo esto, ¿por qué? Acabo de regresar con Enrique del punto, quizás, más alto de la ciudad.
Fuimos ahí y vimos los fuegos artificiales, el humo a la distancia por aquellas personas que tienen la, mala, costumbre de quemar muñecos de trapo o comer uvas; dar vueltas a la manzana con una maleta y cosas así.
Personas y sus supersticiones, normal en el ser humano.
Fue muy agotador subir hasta aquel punto, claro, bajar fue más sencillo. Regresamos caminando todo el camino, hablamos de ningún tema en específico.
Hablábamos de colores y de pronto surgía como tema, los pájaros; los árboles, cualquier cosa que podamos ver servía de tema.
Enríque, dijiste algo que me gustó, pero todo en ti me gusta.
«¿Cuál fue tu momento favorito del año?»
Y me quedé en blanco, no tenía un momento favorito, hasta que lo recordé.
«Mi cumpleaños, ese día fue... muy decisivo e importante»
Claro que así fue, ese día nos hicimos novios, sin duda una de las mejores sensaciones de mi vida. Lo besé después de todo, amo y odio ser yo.
Le pregunté cuál había sido su momento favorito y sonrió.
«Podría decir que fue el primer día de clases, decir que amé ver dos facetas tuyas, una en la que no hablabas con nadie y otra en la que resultaba muy despistada, pero no; podría decir que fue aquel día en que fuiste a mi casa, amé verte roja por todos los comentarios de mamá, mas tampoco; más sencillo podría decir que fue aquel día en que dijiste que era perfecto pero no, la verdad para mí, cada instante junto a ti es mi favorito. Sólo tú logras hacer el ahora menos aburrido, mi momento favorito del año ha sido cada uno de los que pasé contigo incluyendo éste »
Decir que sentí mi corazón detenerse y posteriormente latir frenético tratando de salir de mi pecho, es poco, es minimizar todo lo que pasó por mí cuerpo en ese momento.
Me sentí verdaderamente querida, me sentía feliz, dichosa. Me sentía una flor que estuvo a punto de marchitar totalmente indiferente a todo hasta que apareció un gran rayo de luz.
Un rayo de luz y esperanza apareció en mi habitación oscura. Una esperanza llamada Enrique.
Fue un año increíble, sin duda. Fue especial, Enrique, tú eres especial con esa forma que tienes de llegar a lo más profundo de mi corazón.
Con esa forma de lastimarme con sólo unas palabras.
«Te amo»
Fue lo último que dije para finalizar la charla, sólo sonreiste, sujetaste mi mano y seguimos caminando.
Todo el mundo había desaparecido en aquel momento y eso, es algo que sólo logras tú.
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Tuti🍓
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