-Cuarenta y ocho-
20/08
Hoy enseñé Matemática, sí, yo. Jajaja.
Enrique y Noé no entendían un ejercicio nuevo así que ahí estaba yo, lista para ayudar. Al principio fue todo muy divertido, nos pusimos a hacer bromas, pero luego nos pusimos serios (o al menos lo intentamos)
Hasta que Enrique se entretuvo con otra cosa, volteé a ver y se encontraba mirando a una chica rubia la cual parecía discutir con una peli-negra.
«¿Enrique, me sigues prestando atención?»
Claro, Enrique dijo que no me preocupara porque él estaba muy atento... bueno, también dijo varias cosas cursis lo que hizo que Noé se pusiera a gritamos que debíamos parar de hacer eso.
Él sujetó mi mano antes de decir algo que enserio fue demasiado cursi para mí.
(Hay que destacar que no dije que él me había regalado un anillo, dijo que ese anillo su padre se lo dió a su madre cuando se hicieron novios y que su madre sólo se lo quitó el día en que se casó con su papá. Y que él esperaba poder hacer eso, esperaba que pudiéramos hacer eso. Cursi, igual que él )
«Laura, para mí eres quizás la persona más importante que tengo justo ahora conmigo y este anillo que te di es la más sincera muestra de amor que recibirás de mí parte, este anillo es mi compromiso contigo, compromiso que yo mismo creé. Este es nuestro hilo rojo, aquel que nos conecta y lo hará siempre sin importar la distancia, el tiempo o los obstáculos. Aquel que me une a ti y el que uso para demostrarte lo que siento»
Besó mi mano y me sentí al borde del desmayo, pero no sólo por lo lindo que había sido eso sino también porque me siento totalmente horrible, no dejo de sentir un nudo en la garganta, no dejo de sentirme horrible.
Es decir, tenemos 16 años, no deberían pedirnos mucho sobre el amor. Sólo somos jóvenes y seguro él sólo está exagerando en sus sentimientos y forma de actuar pero igual es algo muy lindo e hiriente.
Y esta es la parte en la que me pregunto ¿Puedes amar a alguien con quien no puedes ser sincero? ¿Alguien puede amar a una persona que le hará daño? ¿En algún momento Enrique llegará a odiarme? ¿Algún día tendré que devolver este símbolo de unión, según Enrique? Y lo peor de todo... ¿Soy una mala persona? Pero claro que soy una mala persona.
Ay, no podré, no puedo aceptar que tendré que despedirme de él.
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Tuti🍓
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