El mundo de los espíritus y el mundo humano. Desde pequeña me han enseñado que las brujas somos una especie de "balance" entre los dos. Ni humanas, ni apariciones. Somos un "punto medio". Mantenemos alejadas las "incursiones" que cruzan la barrera mágica, o al menos eso es lo que debería estar haciendo.

Yo no tengo interés en lidiar con ese legado mágico. Tengo cosas más importantes que hacer como hacer ejercicio, leer novelas de Wattpad y ver mis series en Netflix.

Prefiero usar la magia para resolver los líos de mi vida cotidiana. ¿Como cuáles? Bueno... No soy muy prodigiosa cocinando, así uno de mis hechizos más frecuentes consiste en memorizar los ingredientes y el modo en que se prepara un platillo. Luego de que recito un encanto; la cocina, las ollas y las cucharas hacen el resto por mí.

También hago que las escobas barran por mí, que la ropa se lave sola y que la basura se vaya a un lugar lejano. Una vez que te acostumbras a usar magia para eso, la flojera te gana y no quieres volver a hacer las cosas de modo normal. Mi abuela dice que es un despercio usar la magia para esas banalidades.

No obstante, querer tener más tiempo para disfrutar la vida no me parece algo trivial ¿Cuántas horas al día consumen las personas camino a sus trabajos en el tránsito? ¿No sería maravilloso poder vivir plenamente esas horas haciendo lo te gusta, en vez de estar atascado entre los vehículos?

Pues yo puedo hacerlo. No sé volar, pero puedo encantar un objeto y hacerlo levitar, y con ello tengo más tiempo para leer mangas, comprar ropa y cuidar a mis gatos ¡Tengo una gata que habla! Igual que Sabrina. Más adelante les hablaré de ella.

También me gusta el sexo casual, soy algo lujuriosa, lo admito. Aunque, eso no significa que me deje llevar solo por una cara bonita. Odio a los cretinos que creen que por su apariencia lo merecen todo.

Aunque no puedo hacerme la paladín de la moral, pues soy bastante codiciosa. Me gusta mucho el dinero, pero bueno, ¿a quién no le gusta el dinero? Incluso en el mundo espiritual este se usa. De hecho, muchas apariciones obtienen su fuerza de los sentimientos, y la codicia es uno de los más fuertes.

¿A qué me dedico además de ser una bruja que no hace labores de bruja? Solo diré que la mía es la profesión más vieja del mundo, pero ¡aguarden! Por favor no sientan compasión por mí. Sí. Soy sexo trabajadora, en un burdel, pero, no soy una damisela en peligro.

Solo soy una mujer de treinta y un años que aprovecha su apariencia para tener una cartera "selecta" de clientes y ganar dinero, pues sí, soy de las que cobra caro. Eso a veces me genera líos con otras chicas, pues no todas corren con la misma suerte.

...

Ciudad Evernight. Oeste del país.

...

Un detalle curioso de la ciudad donde vivo es que siempre es de noche. La magia no es algo que exista de forma "oficial", así que la explicación de las autoridades es que "un terrorista lo hizo", pero más tarde tendremos tiempo de hablar de eso.

Ahora quiero que conozcan un poco mi día a día...

—Viniste algo temprano Blair. Sabes que el local abre a las diez de la noche —comenta C.J. Nos encontramos en el burdel donde trabajo. Él es el bartender.

—¡Oye! ¡Oye! Pareciera que no me quieres por aquí —le respondo con humor guiñándole un ojo. Él limpia los vasos, mientras mira detenidamente que no falte nada en su repisa.

Es algo lindo, es un poco más alto que yo, es delgado, pero sus brazos son fuertes, piel morena, usa dreads, las facciones de su rostro son varoniles, pero es muy callado, o al menos eso es lo que él quiere que pensemos, pues su secreto es que esa actitud reservada, en realidad es solo para ocultar algo más de él.

—¿Te comió la lengua el gato? —bromeo, pues él sabe a lo que me refiero.

—Lo sé. A veces hablo más de la cuenta cuando entro en confianza y puedo ser algo pesado —responde luego de soltar un suspiro—, pero ya que sabes eso de mí, agradecería que lo mantuvieras en secreto.

—A mí no me pareces pesado y cuando te pones parlanchín es divertido.

—No a todos les parece así —expresa intentando hacerse el serio—. A la mayoría de las personas les parezco pretencioso.

—Es porque sabes de todo. Por eso que se intimidan, pero a mí se me hace muy interesante oírte. —Pese a la pinta de "chico del ghetto" que tiene C.J., en realidad es alguien bastante listo.

Siempre que le pregunto dónde aprendió todas las cosas que sabe, evade el tema, pero puedo inferir que llevó alguna carrera universitaria. De seguro se siente triste por haber terminado trabajando como bartender pese a su esfuerzo, y por eso no lo menciona.

—¡Hola Blair! Que gusto verte —saluda Jovanna, otra de las bailarinas del lugar. Su cabello negro con lineas verdes es despampanante, pero lo más radiante es su forma de ser. Es muy tierna conmigo. Fue mi primera amiga al llegar a este sitio. 

—Eo gusto es mío corazón. —Cuando se me acerca me da un beso en la mejilla, cerca de la boca.

Hay algunos clientes que piden más de una mujer, ya sea para bailes eróticos o para algo más. Eso implica que de vez en cuando, debo besar o incluso hacer otras cosas con otras chicas. La cuestión es que no a todas les gusta hacerlo, por razones obvias, pues no podemos cambiar nuestra orientación sexual, pero en mi caso me gustan tanto las chicas como los chicos y a Jova no le molesta ser mi pareja en esos momentos. De modo que cuando un cliente quiere algo con dos chicas, la llamo a ella para que me ayude y así no fastidiar a las otras chicas.

—Oye C.J. ¿Por fin te animarás a decirle algo bonito a Blair o seguirás fingiendo que eres el chico cool que habla poco? —lo regaña Jova y él no responde nada.

—No lo presiones. —Jova también sabe lo parlanchín que puede llegar a ser—. Además, tú también prometiste guardar su secreto— Para ser honesta, vine porque quería ver el partido con ustedes —les comento ambos.

Como quizá habrán podido intuir ambos me gustan y las decisiones complican la vida, así que prefiero pasar tiempo con los dos. Esta noche es la final del torneo de fútbol nacional. El partido empieza a las ocho y termina a las diez. De modo que al finalizar, habrá mucha gente que vendrá a celebrar.

—Hoy tendré premio doble. Saldré campeona y luego de eso vendrán clientes ansiosos de gastar dinero —expresa Jova emocionada.

—Solo espero que no vayamos a perder la ventaja que conseguimos de locales —adiciona C.J., quien ya esta algo resignado, pues su equipo se caracteriza por perder finales.

C.j. va con el equipo de la casaca roja y Jova con el de la casaca azul. A mí me es indiferente quien gane, pero me parece divertido verlo con mis amigos.

—De acuerdo —acepta C.J. mientras prende el televisor. Aún no comienza el partido. Están dando las noticias.

Banda de trata de personas es desarticulada por un enmascarado. Algunos lo consideran héroe otros un villano...

Black Wing es una amenaza...

La diputada Rosenzweig, logró ganar un recurso de amparo, para que el Estado le pague a la seguridad social...

Black Wing. Así que llama el periodista del Telediario del Siete a un vigilante nocturno que se ha dedicado a combatir a la mafia. Él insiste en que es una amenaza para la seguridad nacional y el responsable de la "noche eterna" que cobija nuestra ciudad.

Yo aún no tengo un criterio. Solo sé que es poco probable que sea debido a la magia de un solo individuo. Esto debido a que la se requiere energía vital para hacer hechizos, por lo que mantener una ciudad bajo un volo nocturno de forma permanente es imposible para un humano. Así que aún si el vigilante fuera un ser mágico, sería poco probable.

En cuanto a la diputada. De los diputados no sé mucho, a decir verdad.

—Las noticias son aburridas —indica Jova al ver que están emitiendo las declaraciones de un empresario respecto a la diputada.

—Es bueno saber lo que pasa en el país —responde C.J. quien presta atención a las palabras de la diputada en la televisión. Es una joven rubia y alta. Parece tener mi edad, o incluso menos.

—Eres demasiado aburrido, por eso no consigues novia. —A veces pelean como perros y gatos y eso me entretiene.

—No me interesa conseguir novia. No todo gira en torno al amor.

—Anda, no seas aburrido. De seguro debes tener alguna chica que sea tu tipo —insiste Jova—. De seguro te gustan nerds y con gafas.

—Solo me interesa... —Esperen, ¿va a decir algo respecto al tipo de chicas que le gustan? Pienso mientras hace una pausa—. No olvidalo.

—¡Responde! —le insistimos Jova y yo casi al unísono.

—Intensas...

—Suéltalo —exige Jova.

—Que tenga intenso sentido de la justicia.

—¡Dios que aburrido! ¿Qué te costaba pedir que fueran altas y culonas? —manifiesta Jova indignada—. Por cierto. Pensé que eras agnóstico —señala un rosario que tiene en su cuello.

—Este rosario de plata me lo regaló mi mamá.

—Entonces, ¿no lo tienes por creyente sino por tu mami? —inquiere Jova.

—Si creo, pero lo que creo es considerado herejía.

—¿Herejía? —me uno a la ronda de preguntas curiosa, pues literalmente mi existencia es una herejía.

—Es solo que... Jesús era migrante y obrero. Siempre estuvo a favor de los pobres y de las trabajadoras sexuales. Desafió a los mercaderes y a la casta política de su epoca. No murió por hacer milagros. Murió por desafiar al orden establecido. Es por eso que creo que la fé debe servir para cuestionar a la autoridad y ponerse a favor de los oprimidos. —Tras percatarse de que se ha puesto parlanchín de nuevo y de que Jova está algo perdida con sus palabras de abstiene de seguir— Disculpen, no quiero aburrir...

—No te preocupes. Sigue charlando —le expreso mientras sonrío. enuinamente el tema me interesa. La iglesia siempre ha perseguido a las brujas, por lo que es interesante saber que hay interpretaciones "heréticas" que nos ven como seres humanos con derechos. —Dime ¿Crees que aceptarían a una prostituta bisexual como yo? —bromeo.

...

Mientras pienso en esas cosas. Descubro que mi consciencia es trasladada a otro lugar. Hacer portales intradimensionales es una habilidad que poseén muy pocas brujas en el mundo, y una de ellas es mi...

—¿Abuela? —pregunto desorientada tras el salto espacial. Odio cuando hace eso. Literalmente "robó" mi mente de su sitio y la puso en otro— ¿Por qué estoy aquí?

—Los teólogos de la liberación y los luteranos han sido amigables con las brujas —me explica.

—¿Teólogos de la liberación?

—Consideran que el evangelio debe preferir a los pobres. Surgió como una respuesta al intento de la Alemania Nazi de controlar las iglesias. Luego, en los años cincuentas fue censurado por el Vaticano. Durante el periodo de las dictaduras latinoamericanas, los sacerdotes obreros que predicaban esa doctrina jugaron un rol importante como resistencia. —Luego de explicarme esto procede a reírse— Ese amigo tuyo es un revoltoso.

—Admito que la conversación está interesante, pero me gustaría saber por qué me sacaste de mi consentimiento de mi cuerpo para traerme a este plano —inquiero intentando sonar molesta.

—Hay muchas apariciones de rango B en la ciudad.

—¿Y? —espeto con desinterés, pues ya sé por dónde va esto.

—Eres el punto de balance entre el mundo humano y el espiritual —me responde ella—. Es tu deber...

—Escucha —interrumpo—, no es mi deber hacer nada. No soy una heroína, ni tampoco firmé ningún contrato con nadie.

—Es lo que hacemos las brujas —responde con tono de reproche.

—No me importa lo que se supone que hacen las brujas, yo soy Blair y no me gusta que me digan qué hacer —replico algo fastidiada, pues no es la primera vez que hablamos de esto. Te agradecería muchísimo si me teletransportaras de nuevo a mí, o bueno, a mi consciencia al trabajo.

—¿Trabajo? ¿Para ti eso es un trabajo? —pregunta de forma despectiva.

—Abuela, no vamos a tener esta conversación de nuevo —respondo tajante—. No soy una damisela en apuros, no ocupo que me salven.

En mis años trabajando como dama de compañía, sexo trabajadora, llámenle como gusten, he escuchado decenas de personas ejercer juicios morales sobre lo que hago, e incluso personas que quieren "salvarme".

Desde el clásico macho, guapo, con dinero, que piensa que el amor heterosexual es la solución que necesita mi vida, hasta la activista intensa que asume que estoy siendo obligada y no da cuenta de que tengo suficientes neuronas como para entender en qué estoy metida.

—Abuela en serio —le digo de forma conciliadora—. Hoy hay partido y tengo ganas de verlo con mis amigos, tomarme un par de tragos, quizá tirarme un par de chicos guapos en la noche y ganar algo de dinero, para comprar cosas caras que sé que no necesito. No me interesa dejar mi estilo de vida y menos ser una especie de agente del mundo espiritual.

—De acuerdo, vive en la vergüenza, pero te pido por favor, reflexiones lo segundo. —Hace una incómoda y larga pausa y estoy casi segura de que lo que va a decir me va a hacer cambiar de opinión.

—Las apariciones dañan a las personas. Incluso al revoltoso ese y a la chica hiperactiva del pelo verde. 

«Demonios. Lo dijo. Ella sabe que no puedo negarme a eso», pienso mientras aviento un suspiro.

—De acuerdo, pero hoy veré el partido. Mañana me dedicaré a investigar qué es lo que está sucediendo con las apariciones ¿De acuerdo? —Ella sonríe y deshace el hechizo que me trajo dónde ella y mi consciencia se vuelve a ubicar en mi cuerpo, en mi lugar de trabajo, justo en el momento en el que se había marchado.

¿En qué había quedado? Cierto. Estaba en plena charla con C.J., pero el partido ya empezó ¡Vieja bruja! Me devolvió unos minutos adelante en el tiempo ¡Yo quería charlar más!

Créditos de las imagenes: fiore0217