Querido diario:

La nieta de Rosa ha caído enferma.

Tiene gripe, y mi vida ahora parece morirse a su lado.

Ahora no puedo verla.

No puedo respirar su aroma.

No puedo tan siquiera ver sus ojos calmantes.

¿Qué cojones hago ahora?

No merezco seguir luchando por algo que permanece impasible por minutos.

No merezco seguir viviendo esta vida de desamor.

Hay veces que sueño cosas, diario.

Cosas que las pastillas me decían.

Maltrato.

Asesinatos.

Violación.

Y muerte.

Mucha muerte. Suicidios por parte de todos mis conocidos.

Y después, la nieta de Rosa.

Ella parece sonreír ante mi caída.

Y en vez de tenderme la mano, parece querer quitarme del medio.

¿En qué monstruo me estoy convirtiendo?

Necesito terminar con la medicación.

Solo 10 paquetes más, y habré terminado.

Se supone que eran hasta dentro de un año... pero mamá no me controla.

Es un pequeño secreto por mi parte.

No se lo cuentes, por favor.

Empezaré hoy el primero.

Y terminaré el tercero.

Me quedan pocos paquetes, y pocas esperanzas en este lugar.

A veces, quiero derramarme como el agua del vaso.

O romperme como los cristales.

Simplemente, dejar de respirar.

Buenas noches.