Día 11 - Marzo
Querido diario:
Te he echado de menos en estos días.
Pensarás que te abandoné, que te dejé sin saber nada durante todo este tiempo.
Pero en verdad, tuve un motivo. Perdí las ganas de escribirte, de contarte mi vida.
Ella parecía estar siempre en los momentos en los que te iba a escribir. Ella es prioritaria, tú simplemente un diario donde escribo.
Qué egoísta soy a veces.
Todavía recuerdo aquel día, hace unos años.
Fue el 11 de marzo de 2004, cuando iba en aquel tren. Un viaje en tren, una estación vacía. Una explosión tapó mi vista. Mi acompañante estaba destrozada. Mamá me había llevado con aquella compañera suya, llamada Rosa. Era un viaje pagado por ella. Visita a la familia.
Mis ojos se llenaron de arena. Mis piernas estaban inmovilizadas. Millones de gritos se podían escuchar en aquel vagón.
Era una tragedia. 10 bombas, pude escuchar.
Mis piernas ya eran historia.
Desde aquel entonces necesitaba usar la silla de ruedas.
Qué irónico pensar que ya casi no la necesito.
Sigo recordando a aquella mujer.
Fue muy amada por mi madre.
Incluso llegó a pensar que era parte del hospital, parte de otra vida. Pero en el fondo, estaban muy ligadas.
Tanto que eran inseparables.
Tanto como unas hermanas.
Y ella se quedó reducida a cenizas.
Mamá sufrió mucho con su pérdida.
Mamá quedó marcada para la eternidad.
Mamá dejó de salir.
Mamá dejó de ser mamá.
Buenas noches. Hoy no tenía intención de escribirte, pero el destino ha querido que así sea.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro