Querido diario:

¿Me echabas de menos? No ha sido mucho el tiempo que he tardado en escribirte.

Ya no es el hecho de liberar mi cuerpo; es una necesidad el escribirte.

¿Quieres saber mis últimas nuevas?

Tras visitar a Jorge, volví al hospital.

Sí. Regresé al lugar del que nunca debería haberme ido.

Supongo que el momento requirió mi regreso a este lugar.

Supongo que nunca he querido vivir como Jorge.

Supongo que Él estará rechinando sus dientes con odio.

Supongo que mamá estará feliz.

Suponer tantas cosas, y a la vez guardar tantas otras…

Porque, en el fondo, te he estado ocultando mucho, diario de mamá.

Todavía no sabes apenas nada de mí.

Ni de ella.

¿Que quién es ella? Una conocida.

Una amiga.

Una relación de amor-odio.

Un sentimiento que llevo en el corazón.

Algo más que una amistad.

Un deseo irrefutable.

Unas palabras de “Te quiero”.

Un golpe de suerte.

Un algodón que pincha.

Millones de estrellas que surcan el firmamento.

Un sueño cumplido.

Ella es, simplemente ella.

Algo que siempre he deseado tener en mis pensamientos.

Alguien que ha calado en mi corazón y no quiere marcharse.

Alguien que, estando todos los días conmigo me hace sentir a gusto.

Libre.

Ahora sí soy esa golondrina de Bécquer que siempre he ansiado ser.

Todo gracias a ella.

Buenas noches.