Ya pasó un tiempo desde que tomé la decisión de unirme al Expreso Astral, estuve un poco ocupado, volviendo a poner orden en el abandonado consultorio medico e intentando entender estás nuevas y extrañas tecnologías. Creo que ya conseguí hacerme un poco de tiempo libre, lo suficiente para poder retomar este pasatiempo.

Me gusta dejar registros de lo que vivo, las personas que conozco y los lugares que visito, escribiendo, dibujando y coleccionando objetos. Como ser longevo es inevitable haberme preguntado, ¿Vale la pena vivir junto a algo que no va a perdurar ni la mitad de mi vida? Creo que sí, sin embargo ahora la pregunta es, ¿Seré capaz de recordar todo eso? Eso no lo sé, pero, teniendo tantos registros, tengo la esperanza de que si algún día olvidó algo importante siempre podré volver recordarlo cuando vea todas mis amplias colecciones.

Antes era el intrépido aventurero Soul, después pase a ser el cansado estudiante de medicina, solo para después ser el aventurero médico apenas conseguí mis títulos, y ahora soy el, ¿Curioso médico del expreso astral?, ¿Un anónimo? Puede ser, no he pensando en qué título me queda mejor en la actualidad, pero tampoco es que importe mucho eso.

¿Debería hablar más de mi? No creo que valga la pena, al final no espero que alguien más lea esto, ¿Pero si algún día eso pasa? Supongo que da igual si uso un espacio para una breve presentación. De todas maneras, ya empecé a escribir esto como si le estuviera hablando a alguien más.

Me llamo Soul Sturmwind, aunque entre nosotros, el apellido es falso y solo lo use para anotarme en la universidad de medicina, en realidad no tengo apellido. Y provengo de un planeta que se llama...y se encuentra en...en realidad no sé cómo se llama mi planeta ni mucho menos dónde se encuentra, todo esto se debe a que mi planeta tiene una gran fobia al exterior, por eso prohibieron el ingreso y la salida al igual que ocultaron toda la información relacionada a la vida en otros planetas.

¡Por eso! Me sorprendió tanto cuando pude unirme al Expreso Astral, por supuesto que daba por hecho que pudiera existir más vida en el universo, ¿Pero verlo con mis propios ojos? Eso ya es una experiencia completamente diferente. Lo malo, no pude evitar sentirme perdido, tanta información y mi pobre cabeza solo daba vueltas y vueltas, lo bueno es que poco a poco me estoy acostumbrando, o eso es lo que me gusta creer.

Tengo 26 años, o bueno, eso es lo que digo cuando me preguntan mi edad. A decir verdad es que hace mucho tiempo perdí la cuenta, ¿Para que llevarla? De todas formas ya se que tendré una vida bastante larga, y mientras mi apariencia siga siendo la de un joven de entre 25 o 26 años, seguiré diciendo lo mismo.

¿Debería poner fotografías? Tendré que preguntarle al Sr.Yang como hacer eso.

Espero que el Sr. Yang no se canse por tantas preguntas que tengo, aunque probablemente también Himeko sepa cómo hacerlo.

¡Cierto!

Ya mencione que soy un anónimo, pero aún no conté cómo llegué al expreso astral, no es una historia muy larga así que aprovecharé a contarla ahora.

Solía ser un aventurero, en ese tiempo uno de mis mayores trabajos era recopilar información de las bifurcaciones.

Son dimensiones alternas que no llegan a ser muy grandes, pero es importante evitar que cualquiera entre. Adentro hay todo tipo de peligros, desde temperaturas extremas que podrían matar fácilmente a cualquiera hasta monstruos que atacan por instinto. Al ser lugares tan misteriosos es importante que, aventureros como lo era yo, vayan en busca de muestras para que científicos e investigadores puedan usarlas en sus trabajos.

Bueno, un día investigando una, ¡Se abrió un portal y terminé en otro planeta! Se que suena un poco, ¿Aleatorio?, ¿Extraño? Pero eso fue lo que pasó. Aunque el portal se abrió por culpa de un stellaron, debido a que Himeko se encontraba intentando sellarlo, y en su intento de escapar terminó creando un portal justo en dónde yo estaba, ¿Esas cosas tienen conciencia? Por lo visto sí, aunque honestamente, después de haber visto algunos en mis expediciones traza caminos me cuesta mucho creerlo, ¿Supongo que el universo es más misterioso de lo que uno cree? Probablemente.

En fin, después de hablar con Himeko, decidí unirme al Expreso Astral, ¿Que otra cosa podría hacer?, ¿Intentar volver a mi planeta? No, esa no es una posibilidad, para empezar porque está cerrado y no se puede entrar desde afuera, además ni siquiera sé dónde está o como se llama, y lo más importante, ¿Me interesa volver? No realmente, solo había una persona con la que fui unido, y todos los demás solo eran colegas o gente conocida, no los voy a extrañar y ellos tampoco a mí.

Además, el puesto de médico estaba libre, algo muy evidente por el mal estado en el que se encontraba el consultorio. Pom Pom me contó que desde que Himeko encontró el Expreso, lo reparo y lo volvió a poner en funcionamiento, el consultorio era una habitación que era completamente ignorada.

También por eso tardé tanto en empezar a escribir esto, al menos valió la pena mi duro trabajo por volver a ordenar todo, ahora estoy tan cómodo aquí que mi habitación es la que está en el olvido, probablemente solo la use para guardar mis cosas.

¡Primer capítulo! La verdad me alegra bastante poder publicar esto, después de llevar tanto tiempo diciendo que lo iba a hacer y no hacerlo.

Quiero aprovechar para contar que no voy a poner nada de las misiones de historia principal, a lo maximo si referencias pero eso es todo.
Al principio si pensaba hacerlo, pero después me di cuenta que Soul cambiaría demasiado la historia, causando muchos efectos mariposa y es como...emmm, complejo.