Los personajes que están aquí son míos, solo los pongo para entretener, espero que les guste, muchas gracias y disfrutenla.

Anore salió del Palacio de Vallhala por un pedido de Hilda por parte de Atenea, aveces se quejaba mentalmente en porque ir con un compañero suyo, le gustaba más estar solo que con gente que lo fastidia.

¿Como paso?, Les explicaré.

-Flash back-

En frente del trono de la princesa Hilda estaba el castaño que servía de Polaris por un pedido para la diosa de la guerra.

-¿Me llamo señorita Hilda?– dijo arrodillándose frente a ella.

-Si Anore, necesito que le entregues algo a Atenea– dijo para pronto acercarse al castaño con una caja.

El castaño de ojos verdes la tomo, era una caja de acero con un candado, se preguntaba porque estaba encadenado y antes de que el hablara, ella lo hizo.

-Pero antes debes ir con alguien– dijo mirando al frente quien estaba entrando alguien– Kawasashi.

El castaño al darse cuenta volteó a ver a un pelirrojo de ojos violetas con un fleco que cubría su ojo derecho, se maldijo mentalmente viéndolo.

-Aquí estoy señorita– dijo haciendo una reverencia.

-Irás con Anore al Santuario para darle algo importante a Atenea, el viaje será de tres días así que tengan cuidado y vayan bien– dijo para pronto ir al gran balcón del Palacio.

El pelirrojo asintió para esperar al castaño, pero el quería negarse.

-Pero señorita Hilda yo puedo hacerlo solo, no es necesario– dijo mirándola.

-Es necesario ir con alguien Anore, nunca se sabe que puede pasar– dijo volteando se para verlo.

Anore por su parte miro de reojo al japonés, quien esté estaba serio que se preguntaba ¿Porque a el?, Iba a seguir hablando pero una voz lo saco de sus pensamientos.

-¿Nos vamos o qué?– dijo mirando al castaño.

-No tienes porque decírmelo– dijo serio para pronto salir mientras que el pelirrojo estaba detrás de el.

-Fin del flash back-

Aveces se quejaba en tener una presencia cerca de el, solo tenía una amistad con su hermana Anare, por ahora ella no podía acompañarlo por una cita con Koshi.

Mientras pensaba Kawasashi hablo.

-Se hace tarde, debemos buscar un lugar para descansar– dijo el pelirrojo a su lado.

-Si quieres ve al Palacio del Vallhala, yo me encargaré– dijo caminando al frente pero el pelirrojo hablo.

-Anore esto es una orden de Hilda, debemos trabajar los dos juntos– dijo siguiéndolo– además no sabemos si alguien nos está observando.

-¿De qué hablas si estamos en un bosque cerca de un pueblo al frente?– pregunto irritado.

-Deben estar escondidos, en alguna parte– dijo mirando al frente.

Anore miro una cabaña cerca del pueblo para después mirar al pelirrojo, sin más que decirle acepto quedarse allá para irse por la mañana.

-Está bien pero en la mañana nos iremos– dijo siguiendo su caminata dejando al japonés atrás.

Se dirigieron a una cabaña para poder descansar y seguir al siguiente día, ya que se hacía tardé y el Santuario estaba lejos para llegar.

-Una habitación para dos señorita– pidió el pelirrojo hacia una señora joven encargada el lugar.

-Con gusto joven, aquí tiene– dijo con una sonrisa mientras le daba una llave con un cartel de madera que decía 13.

El chico agradeció al igual que el castaño quien miraba el contorno, madera vieja pero cómoda para un invierno afuera del pueblo, subieron a la habitación en donde entraron y el castaño dejo la caja en una mesita de noche mientras que el pelirrojo se tiraba en una de las dos camas.

-Solo hasta mañana nos iremos– dijo retirándose la bufanda de su cuello.

-Ya lo se– dijo encendiendo un televisor mientras pasaba los canales.

Anore dejo la bufanda en un perchero mientras que Kawasashi se quitó la chaqueta de cuero dejando ver sus brazos musculosos, algo que hizo sonrojar al castaño para pronto irse de la habitación.

-Iré a comer algo– dijo saliendo de la habitación sin esperar su respuesta.

Mientras el castaño bajaba las escaleras se quedó pensando en los músculos del pelirrojo, ¿Como podía resistir el frió mientras que este se congelaba?, un sonrojo pinto su piel pálida para pronto negar con la cabeza e irse al comedor de la cabaña.

Al llegar se sentó en una mesa cerca de la ventana en donde se veía las luces del pueblo y la nieve cayendo del cielo.

-¿Se le ofrece algo joven?– pregunto la mujer atendiendo al castaño.

-Solo deme un pastel de frutas.

La mujer asintió y se fue a hacer su pedido mientras que el castaño la esperaba, mientras veía por la ventana alguien se sentó frente a el y miro quién era.

Era Kawasashi, al verlo se sintió un poco fastidiado.

-¿Ya pediste algo?.

-Si solo tenía hambre– dijo bajando la vista.

Kawasashi estuvo por decir otra cosa pero la camarera llego con su pedido, el castaño agradeció y empezó a comer.

-Un pastel de cerezas por favor.

-Enseguida.

Se fue otra vez y en dos minutos llego con el pedido del pelirrojo, mientras comían del dulce, el pelirrojo miraba al castaño, parecía un niño porque se había manchado la cara.

-Te manchaste la cara.

-Iré a buscar una...

No termino de hablar porque el pelirrojo se acerco a él y lamió los restos de dulce en sus mejillas, al terminar se sentó con una sonrisa por el sonrojo del castaño.

-Ya quedaste limpio– dijo para terminar de comer su tarta.

Anore asintió avergonzado y espero a que terminará, cuando lo hizo subieron directo a la habitación para descansar, mientras caminaban Anore estaba callado al igual que Kawasashi quien este rompió el silencio.

-¿Porque te quedaste viéndome mientras me cambiaba?.

Justo en ese momento Anore se sintió morir por ver los brazos del pelirrojo que no quiso decir nada.

-Yo no te vi, solo me distraje con algo– se inventó una escusa.

El pelirrojo al ver que no pasaba nadie lo acorraló de la pared, el castaño empezó a sonrojarse por su cercanía y pensar que alguien podría pasar en cualquier momento.

-Estás mintiendo– dijo serio.

-Nos van a ver, ¿Te puedes apartar?– dijo tratando de apartarlo.

-Tu sonrojo lo delata, ¿Te gustó lo que viste?– pregunto con un toque coqueto.

El pelirrojo se estaba acercando poco a poco hacia su rostro mientras que el castaño estaba quieto sin moverse, con un sonrojo hasta sus orejas y los ojos cerrados por lo que estaba pensando.

Sus narices rozaron, pero el japonés se separó de el con una sonrisa para después entrar a la habitación dejándolo confundido y sonrojado.

Al entrar lo vio mirando televisión en la cama, pensó en hablarle o irse a dormir hasta que una voz lo saco de sus pensamientos.

-¿Vas a estar viéndome? O ¿Vas a ver televisión conmigo acosador?– pregunto en tono burlón.

-Emmm... Yo emmm, iré a dormir– dijo para pronto cambiarse y acostarse– buenas noches.

Se acostó a un lado dándole la espalda debido a su sonrojo, Kawasashi solo lo miro un rato y con una sonrisa apagó el televisor y se acostó para la misión de mañana.

Continuará...

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Diganme en los comentarios si les gusto esto.

Hasta la próxima.