5. Confianza
¿No les ha pasado que en circunstancias hacen ciertas cosas pero luego ya no pueden salirse de ello?
Luego del primer trabajo, que salió totalmente bien, los jovenes podían haberse retirado de ello y buscar un trabajo legal e incluso lo pensaron pero ese pensamiento se vio camuflado al momento de ver la felicidad de las mujeres de la casa al ver tanta comida.
Y solo fue con el primer pago, si seguimos podemos mejorar nuestras vidas —Eso fue lo que pensó Luis luego de mentirle a su madre que ese dinero había salido de su nuevo trabajo en una herrería.
Jamás podría ganar tanto en una herrería.
Si me quedo aqui podria hacer que mama dejara el trabajo y encargarme de la casa.
Las esperanzas subían para Jimmy y Luis y cuando Leon, el jefe de Jay les siguio ofreciendo trabajo ellos no tuvieron la voluntad para negarse.
Así llegamos a que se encontraban en su entrega más grande desde que comenzaron, llegaron en el auto que se les otorgo para estás entregas, tuvieron que tomar rutas ocultas para no hacer sospechar con que dos jóvenes estuvieran conduciendo un auto sin licencia.
Aunque León dijo que pronto tendrían una cada uno.
Todo se veía tan fácil.
Hasta que vieron las armas, detuvieron de golpe el auto al notar a los hombres escondidos y unos no tanto mientras les apuntaron con las pistolas.
—Luis ¿que mierda? —solto Jimmy sin creer ver tantas cosas apuntándoles.
Luis no respondió pero si se dio cuenta de algo importante, este mundo no era de vainilla como creían con sus ganancias, arriesgaban más de lo que podían ofrecer.
—¿Identificación? —pregunto el hombre que se encontraba junto al portón del gran lugar.
Jimmy tensa sus brazos junto al asiento y pasa saliva antes de hablar.
—El lobo busca la carnada —las palabras en código al principio les pareció sin sentido pero al pasar los días en que iban aprendiendo de lo que debían cuidarse todo cobro sentido.
El hombre los miro una vez más y luego dio un asentimiento alejándose y abriendo el portón para que pasarán.
Luis soltó el aire que contenía y aunque no miro a su amigo, sabía que el pelinegro estaba lo suficientemente nervioso como para no soltar todavía los bordes del asiento.
—Calmate Jimmy, esto debe salir bien —fue lo único que dijo al estacionar el auto y bajar.
Jimmy se tomo unos segundos para pensar antes de seguir a su amigo, esta vida que ahora era suya no se parecía en nada a la vida con sus padres, él estaba lleno de privilegios y no debía mover un dedo si quería algo.
Claro, pero vivía bajo el yugo de su padre y por escapar de eso jamás se arrepentiría.
Se repitió varias veces que debía salir para acabar con esta entrega y luego salió del auto con una respiración profunda para luego colocar una mascara de seriedad que no mostraba nada.
Fijo la mirada en Luis a quien rodeaban varios hombres y pronto cuando el pelinegro estaba a su lado tuvieron que levantar sus manos para asegurarse que no traían ningún micrófono, luego con palabras bruscas hicieron que los jóvenes comenzaran a buscar la mercancía.
Está llenaba todo el maletero del auto, bajaron los bolsos donde la traían dejándolos uno al lado del otro frente a la fila de hombres, cuando dejaron los últimos bolsos en el suelo notaron un hombre demás que antes no estaba.
Este hombre parecía estar en sus cuarentas, era alto y llevaba un traje gris que hacia contraste con su cabello negro que tenia algunas canas.
Con solo una seña, el hombre que parecía ser el jefe hizo que dos de sus hombres se movieran a contar la mercancía entregada mientras los amigos se mantenían a un lado bajo la atenta mirada de los demás.
Los hombres al terminar de contar y confirmar la entrega asintieron a su jefe y este miro a los jóvenes.
Luis se removió un poco ante la mirada pero Jimmy camuflajeo lo que podía sentir ante la dura mirada que los analizaba.
—Son nuevos, León nunca los había mandado —solto sin una pizca de emoción alguna, simplemente eran palabras secas.
—El señor León informo que usted ya sabría la cantidad requerida por esta mercancía —hablo Jimmy luego de algunos segundos sin que nadie dijera nada más.
La mirada del hombre se profundizo en Jimmy, le pareció realmente interesante la forma en que su mascara hacia que no se mostrara lo que sentía o podía pensar en el momento.
—¿Sus nombres? —inquirio y eso tomo por sorpresa a los jóvenes, una de las reglas que les había explicado Jay era nunca confiar ninguna información a los hombres que entregarían la mercancía, simplemente nadie era de confianza.
Pero debían hacer algo para salir de ahí, así que decidieron arriesgarse.
—¿El suyo? —soltó sin pensarlo Jimmy, aún con su falsa expresión, Luis golpeo sin disimulo su brazo pero no dijo nada.
El silencio se formo ante esta treta tan extraña, era claro que podían deshacerse de ellos en segundos y nadie los buscaría o por lo menos jamás los encontrarían.
Demasiado idiotas para ser verdad.
A Luis solo pudo venirle al pensamiento esa forma tan positiva para mantener la compostura.
Nos van a matar —pensó— Y si no nos matan, asesinare a Jimmy en cuanto nos vayamos.
Pero una risa tosca hizo que los pensamientos se detuvieran, todos seguían quietos pero aquel hombre imponente soltó una risa divertida.
—Definitivamente no saben como sobrevivir pero tienen buena forma de defenderse.
Ni siquiera yo sabía a que se refería con "Buena forma de defenderse" si podían acabar con estos dos más rápido de lo que se suelta un suspiro.
Luis se mostró abiertamente sorprendido ante las palabras y el tono gracioso del jefe, claramente pensó que sería el último día de su vida por su amigo desafiar a alguien con muchísimo más rango que el propio León.
En cambio, aún con la sorpresa que sentía Jimmy, sabía que debía mantener la compostura si quería salir de ahí.
—Nos volveremos a ver pronto —aseguro el hombre aún cuando estos chicos no entendían nada, con una seña sus hombres entregaron bolsos con el dinero acordado— Traten de no morir con el tiempo —su mirada era para Jimmy.
Cuando guardaron los bolsos en el maletero y subieron al auto bajo la atenta mirada del hombre, no respiraron bien hasta estar en carretera lejos de aquel lugar.
—Esto fue la jodida mierda —suspiro Luis, luego recordando golpeo el brazo de su amigo que estaba al volante— Casi haces que nos aniquilen.
Jimmy soltó una risa baja, aunque en el fondo también se encontraba sorprendido por su audacia de responder y mostrarse tan frío.
—Fue la jodida mierda —confirmó a su amigo.
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