#16
Querido diario de café:
Habían pocas personas hoy y ya estaban todas atendidas.
Me senté a ver las noticias aprovechando mi descanso.
Y, hubiese deseado, no haberlas visto.
Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas al ver las imágenes del noticiero.
Dos autos destrozados a diez cuadras del local.
¡Yo conozco ese auto rojo! No era sólo un auto rojo, tenía diferentes calcomanías pegadas en él.
¡Era de él!
¡Siempre lo veía bajar y subirse de allí!
¿¡Por qué justo ahora!?
No sé cómo estoy haciendo para escribir esto pero no me lo creo, y no me lo quiero creer. Tiene que ser un sueño. Una pesadilla.
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