LEONA

- No vayas, sabes el riesgo que correrás allá y el riesgo que correremos nosotros.

Elyak insistía junto con Diana en que dejara "Vida al Límite" y me concentrara en sostener el recinto, reforzar nuestro territorio aún establecido y acabar con el enemigo que teníamos en nuestras puertas o más que eso, ya dentro entre nosotros.

Los Lunaris en cuestión de días ya eran parte de los demás habitantes, muchos los rechazaban, pero estos hacían caso omiso a las discriminaciones y parecían querer formar parte de esto.

Las noches no eran silenciosas ya. Su danzas formaban gloriosos espectáculos toda la noche y aún así se les veía en el día tapados con sus mantas. En la noche se ven menos cubiertos. Diana dijo que era para bañar su piel con la luz de la Luna ya que la del Sol les aborrece en los días. Incluso en los días oscuros de Targón. 

Elyak me sostenía el hombro en estado de desespero. Algo nunca antes visto en ella, pero no podía dejar esto pasar. Targón volvió. Sus rocas se elevaron y volvieron a formar lo que era nuestro símbolo de fuerza, esperanza. Nuestra existencia. Hogar, ahora parecía tenebroso y desafiante. 

Parte del recinto entró en pánico, otros celebraron. Los lunaris simplemente se pararon en filas mirando cómo se formaba el Monte que hasta ellos admiran por su fuerza. Sin expresión descifrable por sus rostros cubiertos.

***

El frío desgarra la resistencia de los seguidores del Sol. Puedo sentir sus pensares con tan solo pensar en ellos. Sus alegrías y dolores. 
 Por un segundo la mano de Elyak se aferra a la mía y se relaja. La simple fricción de su piel con la mía fue suficiente para llegar a la calma y seguridad que necesitaba. Es una hija de Targón y una aspirante a Solari fuerte por donde la veas, sin duda soy la Diosa que ella admira y lo sabe.

 - El recinto está bajo tu mando, sabes que hacer...-

Al abrir las puertas de la plaza de par en par la multitud que suele estar allí esperando la oportunidad para verme un día más.

-"Vida al límite" está a los pies de Targón y este ha renacido...- me dirijo a la multitud quién me mira con asombro y máxima atención.

- Algo poderos despertó allí y amenaza acabar con la paz que no estoy dispuesta a ceder ante nadie...- miro un segundo más los rostros que con lágrimas recorriendo sus mejillas como si nunca volverán a verme. Y en un mili-segundo, es así.

***

Giro y lo que fue una plazoleta desaparece ante mis ojos, como el humo de una pipa de roble liberándose en el viento. Mi armadura se materializa desde mi interior, no desde "Eje" y con una fuerza y resistencia brutal choco contra un joven con una apariencia sombría sin expresión alguna. Aparecí desde la plazoleta hasta un campo de batalla de lo que alguna vez fue "Vida al límite". Viajé por la luz del sol y llegué aquí con una velocidad nunca antes pensada por mí o ningún ser humano.

-Hija... no, Diosa... Diosa del sol...- dice con una voz intangible.

A mis espaldas Pantheon quien estaba listo para detener el impacto, no hubiera sobrevivido. Y de frente, ante mis ojos. Su rostro y el Monte Targón una vez más prepotente sobre nosotros.

Por primera vez, contra... nosotros.

La Diosa del Sol conoce a su oponente, pero no tiembla ante él.