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Capítulo XIX: Tres vidas, un ganador.

Leona

Gira en descontrol sobre lo que parece un pequeño planeta. Aurelion Sol se detiene al verme.
— Ascendidos, intento de dioses fabricados... — se burló frente a mi, pero no me hizo ningún daño, su situación era diferente a cuando estabamos en el Monte. Caminé directo a el con zancadas fuertes que se hacían sentir en todo el Vacío. La pelea debe acabar conmigo victoriosa como el oro.

~*~

La furia de la elegida del sol iluminaba el Vacío, dejando a Aurelion asombrado, sus zancadas hacian temblar de tal poder que hasta ella desconocía.

— El amanecer a llegado — dijo la guerrera del sol poniéndose a la par del Forjador de galaxias. Frente a frente, en este Vacío no había diferencia alguna de tamaño.

Aurelion rugió abriendo por completo sus fauces, pero Leona no se inmutó incluso teniéndolo a centímetros de ella, el miedo era algo que desapareció de ella. En completa serenidad extendió sus brazos dejando materializar su armadura brillante, por un segundo vio al sol palpitando frente a ella, pero no tenía tiempo para reparar en ello, el forjador se movía. Su implacable garra atacó por un costado, pero esta se agachó y embistió al forjador con si escudo por delante, este pareció perder el aire por un segundo, pero rapidamente enredó a Leona con su escamoso cuerpo.

Con sus brazos aún libre, Leona equitaba cualquier ataque faltar, bloqueando sus garras con sus propias manos, estrellas giraban alrededor del Forjador, pero nonlo suficientemente cerca cómo para aniquilar a la guerrera Solari.

— Acabaré contigo y luego con todo lo que respire en tu preciada montaña...—dijo el forjador y sus fauces espezaron a brillar. Leona sentía la energía que provenía desde la parte inferior de Aurelion y cómo se acumulaba en su garganta. Sabía aue tiene que moverse y rápido. Materializó su espada una vez más la giro a lo contrario de su estilo habitual y la clavó entre su armadura y el forjador. El rayo proveniente de las fauces de Aurelion Sol se liberaron, sin embargo Leona esperó hasta el último segundo para entrar en acción. Su espada se alargó tomando forma etérea, su cuerpo se convirtió en luz solar más brillante, capaz de diatinguirse ante cualquier ojo mortal y apareció a un lado de Aurelion.

— El sol siempre sale...— Leona dio un puño limpio en la parte inferior de la mandíbula. Cerró sus fauces y rugió de dolor. Su cuerpo se tornó oscuro, dejando ver estrellas en su cuerpo majestuoso y se alejó lo más que pudo.

—NO INTENTES ESCAPAR...— gritó Leona lista para darle persecución.

***

LEONA

Las veces que intenté mirar al sok fijamente para ser más cercano a el lastimé mi vista, cuando me recuperé, volví a hacerlo. Mi vida ha sido intentar ser más cercano a todo lo que me reconforta, igual que con Pantheon, Diana, los chicos de recinto y hasta Asher.

¡Oh, Asher!

Dejaría correr el tiempo desinteresadamente si supiera el destino que me espera o el que deseo, pero todo se mueve de diferente manera, no hay uno fijo para nadie, así que es imposible saberlo por ti mismo. Mis peleas de ahora decidirán mis victorias de mañana. Así favoreceré un destino victorioso.

Victorioso como el oro.

Corro a máxima velocidad para dar caza al forjador de estrellas que casi sucumbió a un solo golpe dando todo lo que tengo. Mi poder sobrepasa al suyo. Siento que puedo incluso abrazar al y el temería de mí.

Su forma zigzagueante de huir causaba desconfianza, pero la manera en que mi puño se incrustó entre sus huesos era imposible de ignorar, estaba herido, y gravemente.

A pocos centímetros de él levanté mi espada y preparé para hacer otro movimiento etéreo, en eso, se me erizo la nuca y la inseguridad invadió mis sentidos.

Una luz blanca cegadora se acercó por el costado y e forjador frenó en seco, de pura inercia levanté mi espada y bloquee un golpe que siquiera pude ver, el forjador rugió más fuerte que nunca y escuché su cuerpo chocar con el Vacío.
La escena es admirable. Aurelion Sol caído en el suelo a unos centímetros de él, yo y en medio, blandiendo su espada apuntando a mi cuello, la elegida de la luna, con sus marcas lunares brillando.

— La batalla final no es de quién defiende o destruye el monte, sino de quién se lo queda...— dice Diana con su repugnante sonrisa hostil.

***

— ¿Lo sientes, verdad? — dijo Diana. — El poder de lo que es ser un Ascendido, el tuyo es patético comparado al mío.

El poder se le desbordaba a simple vista se notaba. La última vez que nos enfrentamos solas ella y yo, decidí entregarme. Dejé mi corazón sentir la muerte por el simple hecho de lo que sentía, esta vez no, ahora hay mucho por medio. Diana debe morir y toda existencia del camino Lunari con ella.

Salté directo a ella con mis escudo y espada en mano, quité su espada del camino con un golpe seco y lancé una estocada a su pecho. Esta sonrió y lo esquivó con un salto hacia atrás, pero no fue todo, avanzó convirtiéndose en luz lunar y chocó su codo contra mi estómago, no hizo daño alguno y la sonrisa se borró de su rostro. Tomé su brazo para que no pudiera escapar, canalize energía en mi pecho y la expulsé en descontrol. Generando un haro a mi alrededor. Diana retrocedió por el impacto, sin embargo cayó de pie manobreando para hacer notar el poco efecto que causó en ella.

— ¿Es necesario continuar? — preguntó inclinando la cabeza.

—¿Qué propones para terminar esta batalla? —

— Es simple, las dos no podemos estar cerca, y tu pueblo ha abusado del mío hasta cadi llevarlos a la extinción.— contestó caminando hacia adelante. —propongo que te rindas anted que use todo mi poder para matarte.

Su propuesta era real, no tenía razonamiento alguno, matarme a mi y todo rastro de los Solaris era un objetivo irreversible para ella, no había grado alguno para que desistiera de ese deseo. Miré fijamente sus ojos ya perdidos en el odio. Ella no busca un acuerdo, busca mi cabeza para exponerla ante los seguidores Lunari que surjan si me ven caer. Está mas que puesto en bandeja, exponerme frente a todos, (Mi cadáver) para levantarse en gloria. Una luna sangrienta frente a ellos. Esa es la Diana que hay frente a mí, una corrupta y despiadada, no me di cuenta antes o no lo quería admitir, pero todo a cambiado. No cederé ante ella. El mundo no está listo para sentir nuestra pelea, así que acabará en este Vacío. El forjador de galaxias vuela sorpresivo y toma posición a un lado de nosotras dejando un triangulo de desesperación, una batalla que sin duda no se pospondrá más.


***


Salté directo a Diana empuñando mi larga espada, esta lo bloqueó y seguido moví mi escudo para bloquear al Forjador que se lanzó de pleno a mi cuerpo, Diana lo golpeó en seco con el puño para apartarlo y descargar tres espadazos seguidos sobre mi los cuales bloquee con estocadas seguidas. Avancé con pequeños saltos dando estocadas seguidas contra Diana y Aurelion, estos esquivaban y se atacan entre ellos también, bloqueando y atacando, cambiando de objetivo una y otra vez. El final es ver a dos muertos y uno alzado en gloria.

Esferas estelares empiezan a girar intensamente alrededor del forjador. Las esquivo de un salto mientras ataco a Diana con toda la fuerza que tengo, orbes lunares llegan a ella y para no quedarme atrás acumulo poder solar en mi escudo, chocamos espadas y quedamos allí soportando el poder para ver quién resiste más. 

-Acobardarse, rezar, implorar, todas son reacciones aceptables.- dijo Aurelion y descargó un rayo sobre nosotras, el impacto me llegó de frente lanzándome hacia la nada, las quemaduras del rayo por un segundo me afectaron pero inmediatamente fueron cubiertas por luz solar. Recuerdo curar rápido, pero esto es ridículo. ¿Acaso el Vacío Solar me deja alguna ventaja?

Miré a la distancia y Diana embestía al Forjador. Sus orbes explotaron al impactar contra su lomo provocando un rugido ensordecedor. Lanzó dos zarpazos a Diana. Uno lo esquivó con un giro completo y el otro con un giro hacia atrás. 

-Siempre es el papel de la luna envidiar a las estrellas...- dijo Aurelion en carcajadas. 

-Curioso, Forjador de Galaxias. Muy Dios, dragón y más nombres divinos, pero siquiera has sido capaz de hacerle daño a la Elegida del Sol quién es insignificante ante mí. - contestó en total serenidad. - Contemplarás el poder de una Ascendida de la Luna-. concluyó y en ese instante, el Vacío tembló. Las marcas de Diana empezaron brillar curiosamente y el Vacío se agrietó. Es asombroso el poder que empezó a brotar de ella. Retrocedí un par de pasos al notarlo, pero sin duda allí estaba, no solo el Vacío Solar en el que estamos, sino el Vacío que hay en el pecho de Diana, si. 

Hay un pequeño Vacío Solar incrustado en el pecho de Diana.

Decidí avanzar a toda prisa, pero en un segundo, todo se congeló.

- Este Vacío le pertenece al señor que almacena su poder en el sol, el cual denominé "Eje"- dijo presentándose frente a mí. Xemx me miraba fijamente, pero su mirada estaba decaída. 

- Xemx, eso en Diana es un Vacío.- dije mirándole.

- Sola lo entenderás, Leona, pero ahora debes entender algo más. Estoy muerto. Y el "Eje debe tener a alguien que dar su poder o se desprenderá y destrozará todo.

Miré a Xemx escandalizada, por que entendía sin duda lo que acababa de suceder, el está muerto y su eje entrará en descontrol sin un nuevo... un nuevo Dios del Sol. Y comprendo mucho más que eso.



Ante  ustedes, La elegida del Sol se convierte en, La Diosa del Sol.







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