Capítulo XI: Examen Final IV
LEONA
La campana ya había sonado. En el primer segundo, pude sentir el tiempo congelándose ante mi. Dario levantaba su hacha para acertar el primer golpe sobre el chico a su lado, Asher emprendía su carrera para llegar a él.
En este tiempo congelado por la desesperación movió cuerpo se movió por inercia.
Levanté el brazo que sostenía el escudo, sentí mi pie derecho enterrándose en el asfalto, incline mi cintura hacia un lado para tomar impulso y lo lancé con fuerza hacia Dario.
El largo escudo capaz de cubrir todo mi cuerpo voló por el medio de la arena sin tocar ningún obstáculo o estudiante. Dirigido directamente a el hacha de Dario que amenazaba con cortar a la mitad a aquel chico.
El escudo con una admirable velocidad golpeó el hacha, haciendo a Dario perder el equilibrio.
El chico logró alejarse de Dario aterrado, de seguro vio su vida pasar frente a sus ojos o reflejado en la hoja del hacha.
En el 4to segundo Asher ya había llegando ante Dario y se enfrentaban a muerte en un uno contra uno en el que nadie era capaz de intervenir.
Toda la energía que necesitaba la puedo sentir en mi pecho, el ardor de fuerza y valor. Los segundos corren y el fin de acerca. Miro de reojo a mi derecha y la fila de chicos aún esta casi intacta. Los chicos saltando de sus puestos para empezar a pelear, pero no lo permitiré.
El tiempo empieza a correr normalmente. Empuño mi espada hacia el chico más cercano.
Una vez levante la espada salí disparada hacia el chico. Como si no tuviera mas opción, simplemente aparecí frente a él sin dejarle tiempo de reacción. La simple embestida lo dejó tieso en el suelo.
No me detengo a contemplar lo que acabo de hacer, debo acabar con los demás. Una vez mas.
Empuño la espada y giro sobre mi misma marcando a todos con mi espada. La energía una vez más recorre mi pecho y mas que eso se extiende por mis piernas.
Un brillo emana de mis pies, doy un fuerte grito y salgo disparada hacia el chico frente a mi. Sin detenerme voy de uno a uno, derribándoles de un simple choque.
***
Han pasado 30 segundos y ya solo quedan Dario y Asher que contemplan a todos los demás chicos en el suelo acabados. Por sus miradas supongo que creen a todos los demás muertos por mis choques que dejaban una luz imposible de ignorar.
—¿¡Que demonios fue eso!?— gritó Dario arrugando su nariz, dejando escapar aquella ira que almacenaba en su interior.
—Leona, acabaste con todos— comentó Asher asombrado.
—No bajes la guardia, Asher. Aún queda uno—
—No hay problema, Leona. De este me encargo yo—contestó Asher acercándose a mí.
Dario me miraba con ansia, era notable sus ganas de cruzar un par de "palabras" conmigo. Mi respiración empezó a calmarse, el ardor desapareció y mis piernas empezaron a temblar, no por el miedo, si no que me sentía cansada.
Gasté demasiada fuerza en acabar con todos tan rápido. ¿Cómo salió tal poder de mí?.
No era momento de preguntarme tal cosa, ahora lo que debía hacer era concentrarme en la montaña con un hacha enorme amenazando con separar una mitad de mi cuerpo de la otra, pero antes de ello había un problema más.
Asher rodeó a Dario dejándome a mi frente a él. Sin pensarlo me lancé una vez mas hacia en frente.
Blandiendo la estada frente a mi, la afilada punta pasó de largo frente a Dario sin siquiera tocarlo seguida por mí. No me dirigí a Dario, mi objetivo era detrás de él.
Antes de impactar vi su rostro de confusión, aunque se que no guardará ningún rencor hacia mi, no podré dejar de pensar en el dolor que debió sentir hace un segundo. Asher yacía ante mis pies completamente abatido. Un simple golpe sorpresa moviendo mi puño antes que mi espada le tocara fue suficiente para hacerlo parecer un asesinato a sangre fría. La velocidad que he desarrollado para la ocasión es alucinante y aún mas el brillo que siento al efectuar cada movimiento. Me siento invencible. Dario miraba el cuerpo de Asher lanzándome una sonrisa.
-La muy noble Leona, a acabado con la clase completa ella sola en cuestión de segundos. No me esperaba nada como esto...- balbuceó agitando su hacha.
-Claramente no te lo esperabas.-contesté- Seguramente no te esperas que arranque tu cabeza de tus hombros- agregué con la intención de sacarlo de sus cabales.
Sin siquiera percatarse que el escudo que le lancé esta justo entre nosotros, empieza a correr directo hacia mi, gruñendo de rabia como si yo tuviera toda la culpa de su locura.
Corro de frente hacia él. Saltando el cuerpo de Asher, llegué al escudo y lo pateo con toda la fuerza que me queda. El escudo una vez mas está volando por el aire directo a Dario que con un movimiento lo golpea hacia arriba y lanza una enorme carcajada.
-¡JA! ¿Cuantas veces crees que caeré en es——
La carcajada de Dario se vio ahogada por mi espada. Su locura no lo dejó percatarse de mi espada que lancé detrás del escudo. Grave error. La espada quedó clavada en el cuello de Dario.
Sus gritos ahogados inundaron la arena y la emoción de los espectadores por fin llegaron a mí.
Corrí lo mas rápido que pude hasta Dario. Aún puedo detener el sangrado.
No importa lo odioso, enfermo y codicioso que pueda ser, dejarlo morir solo me convertiría en lo que luché por no ser.
Los gritos de emoción de los espectadores pasaron a ser interrogantes
¿Que hace?
¿Porqué le ayuda?
¿Es esto parte del espectáculo?
Millones de voces se lo preguntaban, al verme ante el cuerpo moribundo de Dario.
Rompí una parte de mis prendas e intenté cubrir alrededor de l espada y la herida, pero sale mucha sangre.
Asher no despertará en mucho tiempo y a Dario no le queda tanto. Gritar ayuda sería ridículo ya que nadie me ayudará, si simplemente vinieron a vernos matarnos entre nosotros. Nunca pensé que las verdaderas pesadillas son mientras estás despierto.Este fue el sueño del que no despertaré.
***
La sangre corrió, llevándose con ella la vida que una vez mantuvo.
No me volví loca, maté a alguien, pero simplemente algo se quebró dentro de mi.
***
De esquina a esquina, solo hay oscuridad. Me duele el pecho, la cabeza por los palazos y la sangre seca aún la siento pegada de mi frente hasta el cuello.
El goteo intenso que no tengo idea de donde proviene me ayuda a contar los días que llevo aquí.
Luego de que me levantara de al lado del cadáver de Dario los demás chicos empezaron a levantarse confundidos, casi sin saber en donde estaban o que hacían.
Eso me trajo aquí, este oscuro agujero oculto de la humanidad. No me arrepiento de nada, sigo siendo yo, algo dañada, pero soy yo.
Entre gritos y golpes pelee contra los guardias mientras me negaba a matar o dejar que se matasen entre ellos.
Un anciano del público se levantó enfurecido y ordenó llevarme ante los ancianos, eso fue ya hace 97 días.
La comida aveces llega. Otras veces no. Siquiera se que la trae, simplemente esta allí cuando muevo las manos entre las paredes.
Las luz a muerto, igual que yo en u par de días. No esta Asher, padre o madre.
No esta Diana.
Mis lágrimas corren sobre mi sangre seca. Los goteos martillan me cabeza como varas queriendo abrirla a la mitad. Junto con mi respiración que es mal débil al paso de los goteos.
¿Merezco esto?
¿Soy la culpable de mi miseria?
¿Porqué no estoy enojada con nadie?
Dejo de hacerme preguntas en el momento que la luz toca mi rostro y la mano del niño que esta sentado a mi lado me brinda del agua mas fresca que he probado en mi vida.
El niño brilla como si trajera la calidez del sol en su piel.
Próximo Episodio(Retomando la Historia Principal): Cuatro esquinas.
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