LEONA

No podía mirar a Asher al rostro, sin embargo el no dejaba de conversar y hablar de las ganas que tenía de que cocináramos juntos esta noche.

Dejamos el aula antes que todos luego de aquella discusión que me resulto muy confusa.
¿Asher mataría a todos?
¿Porqué se suicidaría para dejarme vivir?
¿Acaso a pensado en ello durante todo este tiempo?

Mientras yo intentaba pensar en una manera de librarme de esto Asher pensaba en encontrar la manera de protegerme y eso lo llevo a esta conclusión.
"Matar y morir por mí".

-No estes tan tensa, Leona- dijo colocando sus manos en mis hombros una vez que se detuvo delante de mi.

- Diana podría ponerse nerviosa al verte así, yo iré por ella, ve a la choza y prepara todo- agregó mientras empezaba a correr para buscar a Diana.

***
Una vez terminamos la cena, subí nuevamente al tejado de la choza. Mis padres conversaban con Asher y Diana estaba en el patio trasero, posiblemente buscándome ya que además de la cena no hemos pasado mucho tiempo juntos hoy.

Las estrellas bañaban con su luz el Monte Targón y la luna esta oculta detrás de unas nubes bastante grandes.

 Las preguntas siguen dando vueltas en mi cabeza y las lágrimas no tardaron en bajar por mis mejillas.

Decidí recostarme para sentir las lágrimas bajar por mi cien. No sé porque prefería sentirlas bajar por allí.

Abrí los ojos para poder ver a Diana quien en algún momento logró encontrarme y sentarse junto a mi.

-¿Estás lastimada?- preguntó acercando su rostro demasiado al mio, casi pude sentir su respiración como si la estuviéramos compartiendo.
-No, Diana.- contesté dando la sonrisa mas forzada y falsa que pudo haber salido de mí.

- Que sonrisa tan forzada y falsa- (por supuesto, fue muy falsa) - Estas herida, lo veo. Justo allí.- dijo llevando su mano a mi pecho, apoyándola en indicando que se refería a mi corazón.

El frío que azotaba mi cuerpo proveniente de la helada ventisca que día a día nos acompañaba en el Monte Targón desapareció. La mano de Diana al tocar mi pecho me hizo sentir la calidez mas pura que jamás había experimentado, sin siquiera hablar con ella se dio cuenta de mi situación.

 Si quería hablar sobre esto, ella era la adecuada.

-Diana, debo hacer algo horrible y no creo poder hacerlo- dije levantándome mientras sostenía su mano con fuerza para que no la apartara de mi pecho, como si necesitara estar en contacto con ella para tener la fuerza que necesitaba.

-Entonces no lo hagas, es así de simple, ¿no?-
-No, es mas complicado. Si no lo hago yo, alguien a quien quiero mucho lo hará y si no lo hacemos ninguno de los dos, los demás lo harán. Es inevitable.- exploté en llanto con la voz casi ahogada cuando terminé de hablar.

Diana apartó con fuerza su mano de mí. Me empujó hasta que quedé acostada en las tejas y se lanzó sobre mí.

-Hablas de matar o morir, ¿no?- contestó sosteniendo mis manos sobre mi cabeza. Estaá apoyada sobre mi, dejando su cabello caer sobre mi rostro como lianas. Su expresión era seria, pero con una ligera sonrisa que me hacia sonrojar.
-Debe ser eso, se muy claramente que no serias capaz de tal cosa. Tú eres paz, Leona. Cada vez que te veo siento eso. Paz.-

-Diana, pero no me queda de otra y no quiero hacerl...- fui interrumpida por la punta de la nariz de Diana tocando la mía.

-Entonces no lo hagas y no dejes que nadie mas lo haga. Tienes el poder de detener desastres con tus propias manos, es tu oportunidad de demostrarlo-

-¿Detener una matanza?-

-No mates y lo los dejes matar o morirás por dentro- concluyó poniendo sus labios en mi nariz y acariciando mi mejilla.

-No quiero verte caer... a ti no-

***
Pusieron una espada y un escudo bastante grande en mis manos, Asher esta parado junto a mí junto con todos los demás chicos en una habitación lo bastante pequeña como para que todos pudiéramos vernos claramente los rostros, como una burla hacia nosotros obligándonos a vernos una vez más.
Me encargué de mirar a todos a los ojos, sin duda vi: miedo, frustración, miedo y hasta emoción.
Tampoco era algo que me asombrara mucho. 

No todos nos llevábamos bien durante las clases, pero ¿Por eso estaría alguien emocionado por matarlos a todos?. La única emoción y sed de sangre absurda mente grande fue la de Dario, el chico parado en una esquina con una enorme hacha capaz de cortarte a la mitad desde arriba hasta abajo, el solo verlo allí parado causaba un miedo atroz. 

¿Tendré que luchar con él? En las clases no se veía tan aterrador. Su hacha de ve capaz de hacerme bastantes sangrados con solo mirarla por mas de 5 segundos.

Tomé a Asher por la muñeca y lo arrastré fuera de la habitación donde pudiera hablar a solas con él.

- Necesito un favor, Asher-
-¿Un favor?- contestó arqueando una ceja - Soy todo oídos- agregó luego de meditarlo un segundo o menos.

- En cuanto suene la campana necesito que ataques primero a Dario.-

-¿Sabes? es algo ridícula tu petición. ya que dejarlo hasta el final cuando ya haya matado a la mayoría para que solo lo derribe de un golpe- contestó en tono burlón

-Lo sé, pero preferiría que te encargaras de él lo antes posible. Solo por seguridad.- dije esperando una respuesta. Ya que no la recibí agregué: -le tengo mucho miedo a su hacha y él, ¿sabes?-

Asher no apartó su mirada de mí mientras pensaba hasta que por fin contestó:

-Pon atención, Leona. El lugar donde el examen se llevará acabo en una arena, bastante amplia. Los obstáculos serán lo suficientemente grandes para hacer que la batalla se alargue lo más posible.- susurró - El plan será el siguiente: Eso de matar primero a Dario me parece buen plan. Tú mantente a salvo hasta que yo acabe con todos, esa será tu tarea, no pelees si no es completamente necesario. ¿Comprendes?-

-Entendido- contesté enseguida. Asher parecía muy serio mientras me hablaba. Esto hará que todo salga según lo pensado.

***

Una construcción bastante antigua, los muros estaban negros y los pasillos para llegar al medio donde seria la zona de batalla estaban ya agrietados y con ganas de ceder. Una vez adentro el solo pegó en mi cara. Luego de unos segundo aprecie la cantidad de asientos alrededor y rostros conocidos y desconocidos sentados en aquellas bancas.

No pude darme cuenta que Asher estaba llevándome de la mano hasta que de un jalón me ubico en un círculo rojo que era de mi tamaño.

El escudo y espada no me pesaban en lo absoluto, pero tampoco era prudente llevarlo para la tarea que estaba a punto de llevar acabo.

Somos mas de 30 en la Arena, entre Asher y Dario hay 5 tipos y entre Asher y yo casi 8. Eso me deja como prioridad detener a Dario hasta que Asher llegue a él.

¿Cómo haré eso teniéndolo mas lejos aún?

 Cierro los ojos y escucho la señal de que la cuenta regresiva para empezar la batalla. Todos tienen pensado que la batalla dure casi 2 horas. Yo la acabaré en 40 segundos. 5 para pensar, 5 para detener a Dario y 30 para acabar con todos.

Si, en 30 segundos caerán todos.

PRÓXIMO EPISODIO: Examen final - Parte IV