Capítulo VI: Revelaciones en el Templo
Diana
Simplemente córro, no se adonde voy, pero no quiero detenerme.
Yo... la maté... fue tan real. No pudo ser un simple sueño. Mi puño atravesó su estómago... y me sentí... bien.
Esto no soy yo, jamás lastimaría a Leona.
-oh! Vaya que lo harás- dijo una voz desde arriba. Sin darme cuenta frené en seco y mire directamente a la niña de blanco, llamada Hënë.
-¡NO! Jamás haría daño a Leona- gruñí señalándola con ira.
-Por la manera en que empezaste a correr cuando despertaste, estoy segura que viste que no fue solo un sueño- confirmó Hënë mientras lentamente descendía hacia mí.
Cuando desperté Asher y Leona estaban en la habitación. Dormíamos juntos como cuando eramos pequeños. Claro faltaría alguien, pero decir su nombre solo haría las cosas mas tristes ya que no esta cerca y no lo estará en mucho tiempo. Leona me sostenía con fuerza y sus cálidos labios besaban mi frente. Asher aun dormía, el sostenía la mano de Leona. Cuando Leona se percato que ya no estaba dormida me miró con los ojos cristalizados a causa de las lágrimas que empezarían a brotar de sus ojos.
Intenté calmarla, pero ese sueño invadió en un instante mi cabeza. El momento en que sostenía su cuello, la lanzaba hacia el bosque, la amenazaba y en fin la... asesinaba. No resistí, salte de la cama, corrí y aquí estoy, hablando con una niña que solo yo puedo ver y habla de muerte, poder y voces.
-Háblame de ese sueño, Hënë- lo único que sabia es que ella tenía respuestas y yo las quería todas.
-No fue un sueño- dijo entre carcajadas -Claro que no fue un sueño, fue un estilo de "Visión". Lo entenderás pronto.
-¿Visión? Imposible, no tengo un motivo para pelear con Leona- dije a la vez que perdía la paciencia. Hënë repetía cosas que no me gustaban y sin sentido, pero lo que mas me rondaba era que la voz enviada por el sol, me decía que mataría a Leona, si el Sol mismo la había salvado.
-Mataras a la elegida del sol y a todos sus seguidores... Cuando llegue momento también lo desearas- dijo Hënë mientras como la niebla, desaparecía lentamente.
***
La noche azota el Monte, el fin de un día mas. No volví a ver a Hënë. Leona y Asher continuaron en el recinto, dieron un merecido entierro a los caídos y todos volvieron a casa luego del evento. Malas lenguas me culpan de lo sucedido y otros me agradecen el haber acabado con todos, sinceramente no me interesa lo que piensen. Leona esta conmigo y es lo que importa.
***
Camino hacia la choza de Leona, el camino únicamente iluminado por la luz de la Luna que curiosamente ilumino el camino en cuanto lo desee, como si fuera para mi. Caminé y caminé, pero no llego a ningún lado, me siento atrapada, empiezo a correr y el sudor empapa mi ropa y rostro. Paso mi mano por la frente para secar mi sudor, giro mi cabeza de lado a lado. Por primera vez, desde casi 20 años, me he perdido en el bosque. ¿Como puede ser posible?.
No tengo miedo en absoluto, solo... estoy confundida. Conozco el camino, lo seguí a la perfección y ahora, como si el bosque se burlara de mí, a cambiado el camino.
***
Salto a la copa de algunos árboles para ver el terreno de una mejor manera y ubicarme, pero es inútil.
Continué caminando, en una sola dirección, de esta manera, llegaría a algún lugar. Cuando estuve a punto de darme por vencida, acurrucarme en un árbol y esperar hasta el amanecer, un fuerte sonido inundo todo el bosque.
Con una fuerza increíble ese sonido hacia estremecer mi interior, eran voces, miles de ellas. Enseguida empece a correr, pero no huía, fui directo hacia aquellas voces que perforaban mis oídos y hacían retumbar mi corazón. Sin lugar a dudas, esas voces me estaban llamando.
***
Leona lo dijo y Hënë también, "Sigue las voces" y esas voces me trajeron aquí. Pilares destruidos llenos de nieve, parte de las estructuras congeladas, signos irreconocibles en las paredes y arcos que aparentar ser entradas. Estoy en el Templo Solaris. Las voces cesaron en cuanto puse un pie dentro, así que obviamente he llegado a mi destino. Los signos tallados en las paredes de mármol son muy parecidos a los que lleva la armadura de Leona. Figuras en forma de personas armadas alabando al sol. Es extraño no ver a nadie aquí. Puedo imaginar que se debe a la hora. Seguí el camino hacia el interior del Templo. Aunque estuviera oscuro, la luz de la luna iluminaba un pasillo por el cual podría guiarme hasta encontrar lo que sea que deba encontrar.
Una gran puerta de roca estaba entre-abierta, una corriente de viento viajaba atravéz de ella, mi curiosidad es bastante sensible, así que sin pensarlo entre en ella, después de todo era el único camino posible. Parecía una enorme biblioteca, millones de pergaminos y libros puestos en sus respectivos libreros formando enormes y oscuros pasillos imposibles de explorar en un solo día. Camine por enfrente de todos esos pasillos tocando cada una de los libreros, buscando cualquier indicio de lo que debo hacer aquí.
Llegué a un pasillo bastante peculiar. Fue un sentimiento raro, simplemente una calidez al llegar a el. Un signo diferente a todos los demás llamaba mi atención al fondo de uno de los libreros. Pasé la mano entre los libros y toqué aquella marca redonda con un arco sobre ella. Empezó a brillar, iluminando todo ese pasillo. Al fondo, una pared cedió, cayendo lentamente hacia un lado, dejando la luz de la luna pasar. Aquel brillo dejo ver detrás de donde cedió la pared una palabra que me dejo sin palabras..."Hënë"
***
Las paredes cada vez parecían mas cercanas, como si quisieran quitarme espacio. Mas allá de la pared, encontré unos escalones que llevaban mas y mas abajo. Un piso subterráneo y como si fuera poco una voz escalofriante susurrándome "Baja", no puede estar mas claro, aquí debo estar.
La palabra "Hënë" sigue apareciendo en todos lados. El largo pasillo que parece no tener fin, lleva figuras que me son imposibles de interpretar. Son parecidas a las de afuera, pero estas parecen mas... ¿crueles?.
-¿Realistas?-
-No, crueles. Parece una guerra muy triste- contesto a Hënë quien curiosamente ahora esta sentada sobre mis hombros mirando las figuras.
-Si, Diana. El mundo esta en una constante guerra, deberías saberlo. Tu serás participe y anfitriona de otra.-dijo Hënë bajándose de mis hombros y tocando la pared donde las figuras empezaban.
Sus palabras taladraban mi cabeza. No me parecían ofensivas, aunque el hecho de que debía matar a Leona estaba presente en sus oraciones. Hënë volvió a desaparecer unos minutos después. Rayos, no le pregunte por que su nombre estaba por todos lados. ¿Tendrá algún significado especial?.
El final del pasillo ya estaba ante mis ojos, una gran habitación iluminada por... nada. Simplemente estaba iluminada, de principio a fin, cada rincón brillaba por una luz parecida a la de la Luna.
Frente a mi, un libro bastante llamativo brillaba aun mas. Perfectamente posicionado, sin una pizca de polvo y abierto en una página que tenia en letra bastante grande la palabra "Hënë". Una vez mas su nombre. Tomé el libro, me apoyé en el suelo y empecé a pasar página por página para descubrir cualquier indicio sobre mi labor aquí.
Mientras leía encontré una historia muy interesante:
Contaba sobre la vida de Xemx un Dios con una apariencia joven. Un niño, de túnica dorada con un brillo amarillento capaz de cegar a cualquiera que lo viera por mucho tiempo, era amable y absoluto en momentos necesarios. Ofrecía poder a cualquier humano indicado sin ningún tipo de maldad en su ser. Este Dios tenía una obsesión con una Diosa que habitaba en su misma área llamada Hënë. A diferencia de Xemx, Hënë era fría y solitaria, con un vestido blanco bailaba sobre las aguas de cada río cercano. Sus seguidores se mantenía en silencio, ocultos en las cuevas.
Un día Xemx se animó a hablar con Hënë. Aunque sus diferencias fueran enormes un sentimiento inevitable surgió entre ellos. Las horas se convirtieron en días y los días en años. El amor que Hënë y Xemx habían generado los mantuvo en paz y tranquilidad por décadas. Hasta que sangre inocentemente fue derramada.
El amor de estos dioses al pasar del tiempo, dio a los seguidores de Hënë la curiosidad de conocer mas allá de las cuevas, uniendo a los dos pueblos. Sin importar sus creencias la paz prosperó por décadas.
Un seguidor escogido por Xemx al ver como el amor debilitaba a su gente. ordenó un ataque despiadado a la gente de la cuevas.
El oficial suplicó perdón, pero aún así Hënë pedía sangre de cada culpable. Xemx se negó. Así la gente de las cuevas con rabia y rencor volvieron a donde empezaron.
Una mañana el oficial y su familia, fueron encontrados muertos en su choza, despellejados y mutilados. La ira de Xemx se dirigió a la gente de las cuevas. Pidiendo la cabeza del culpable una y otra vez a Hënë quien por fin un día cedió con una sola frase. "Aquí me tienes... Tomarás mi cabeza...". Xemx quedó inmóvil ante semejante revelación. Su corazón se partió al saber que el culpable de aquella atrocidad era la persona que amaba. Así, decidió que la única manera de dejar las cosas a mano, era dejando a los humanos encargarse de ello. Xemx engañó a Hënë haciéndola viajar con el mas allá del cielo. Una vez allí la maldijo sacrificando su propio poder "No podrás caminar nunca mas en la tierra que una vez construiste, estarás condenada a solo observar e iluminar la noche de tus seguidores. Así como yo observaré e iluminare el día de mis hombres y mujeres. No cambiaremos, simplemente nuestro poder sera contenido aquí. Adiós mi amada Hënë". Ella simplemente guardo silenci-.
Eso es todo... pero aún asi, esto lo explica todo, no es el sol... nunca lo fue, siempre fue
-La Luna-
-Hënë, ¿Porqué no me lo dijiste desde un inicio?- pregunté a la chica de blanco quien ahora me miraba con unos ojos inocentes.
-Jamás habrias venido. Por eso te dejé creer que era lo que querias, ¿Sabes? Si dejas a la gente escuchar lo que quieran escuchar, serán tuyos, es su naturaleza.- contestó dando una sonrisa burlona y acogedora.
-Eres la chica de la historia, pero ¿Qué tiene que todo esto conmigo?-
-Necesitaba a alguien capaz de soportar mi poder. Este odio que los Solaris clavaron en mi. Solo un odio parecido podía resistir mi poder-
-Imposible, no hay odio en mí. No cumpliré tu venganza. Hablaré a todos sobre tus planes.- dije a Hënë mientras tomaba el libro y empezaba a correr hacia la entrada.
-No, Diana. Espera, ellos no van a creerte, las cosas podrín salir peor de lo que esperas- grito la chica de blanco con un tono de preocupación que ignoré por completo, ella quería lastimar a Leona, jamás permitiría algo así. Salí del templo y emprendí mi viaje a la choza de los ancianos, decirles esto sería muy ventajoso, podríamos hasta utilizar este poder y yo seria la primera en comprender este poder y tendría un puesto como Leona.
Sin duda, este era el premio gordo. El camino de vuelta fue rápido, después de un par de pasos inmediatamente me oriente.
HËNË
Diana tomó esta revelción de una manera diferente a la que pensé y eso la pondrá en peligro, llevar el libro ante los ancianos será un error grave, pero no puedo evitarlo, no me quedará de otra mas que protegerla cuando sea el momento adecuando.
Será mejor que vuelva arriba, antes de que él se de cuenta de que he logrado bajar. No quisiera iniciar una pelea capaz de destrozar el Monte en unos segundos. De ser así, no podría cumplir mi objetivo.
Diaana se aproximaba a la Choza de los ancianos a gran velocidad, era asombrosa la manera en que utilizaba mi poder. Es el odio. El odio que ella negó una vez, aún puedo sentirlo... su odio hacia los Solaris es casi tan fuerte como el mío... o incluso mayor.
He tenido un enorme dilema con este capítulo, yo mismo odie lo historia que me inventé con Xemx y Hënë, pero aún así no queria dejar pasar mas tiempo. Espero lo hayan disfrutado, creo que talvez siquiera llegue a los 15 capítulos, pero aún asi haré lo posible para alargarlo. LIKE, SÍGANME Y COMENTEN PARA MAS!!♡♥♡♥
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