Capítulo V : Sola
Leona
Un último giro de aquella lanza seguido por un hilo de sangre acabó con el último hombre en pie.
Sin duda la habilidad de Asher era inigualable. Mientras reparábamos el recinto un aldeano aterrado llego advirtiéndonos de que una gran cantidad de bandidos se acercaban al pueblo. Enseguida Asher y yo salimos disparados para detenerlo, no pude encontrar a Diana por ningún lado y no tenía tiempo de buscarla.
-Ese fue el último- dijo Asher -Es mas que obvio que esto fue una emboscada, dudo que sea casualidad que el aldeano nos trajera por este camino- agregó mientras sacudía su lanza para limpiarle la sangre.
-Tienes razón, además sus armas son muy nuevas para ser bandidos- Asher acento con la cabeza y partió hacia el pueblo en busca del aldeano que nos hizo venir.
Empecé a correr a toda velocidad hacia el recinto. Tengo el peor presentimiento que pudiera tener en años, mi pecho arde. Aunque se hace de noche puedo concentrar mi energía en mis piernas y correr mas veloz. Un brillo cubre mis piernas y acelero a una velocidad inhumana salto de árbol en árbol para recortar camino, un olor a sangre inunda mi nariz y sin duda viene del recinto. -Espero que todos estén bien- pienso mientras sigo corriendo y saltando.
***
Llego a la entrada del jardín del recinto y logro ver a un grupo de chicos en el suelo, otros con vendajes en diferentes partes del cuerpo. en ese momento lo confirmé, era una emboscada. Querían sacarme del Recinto junto con Asher para atacar y... caí en ella como una tonta. Un chico de los mayores con un fuerte esfuerza corrió hacia mi cojeando de una pierna.
-Maestra Leona, eran demasiados. Intentamos luchar, pero...- el chico cerró los ojos y se hundió en su propio llanto. Puse mi mano en su hombro y le dije que se fuera con los demás.
Efarir... el único capaz de cometer tal atrocidad, esta vez no dejaré esto pasar. Camino hacia un grupo de chicos que apilan los cadáveres de los bandidos. Cuando llego hasta donde ellos uno chico menor me abraza y suelta un suspiro. -Lo siento... debí estar aquí para protegerlos.- le dije mientras me agachaba y rodeaba con mis brazos.
Ninguna lágrima salia de mí. Sin importar cuanto, lo intentara. El único sentimiento que había en mi cabeza era odio. Un odio que jamás había sentido. Mi mano esta fuertemente cerrada y siento mis uñas clavándose en la palma de mi mano. Quería la cabeza de Efarir, pero sabía que eso es lo que el quería. Aunque lo desee tanto en este momento, atacar a Efarir sería muy tonto.
Un grito enmudeció a todos, seguido de una luz cegadora proveniente del interior del recinto... Diana sin duda era ella. Mientras los chicos cubrían sus rostros intentando protegerse de aquella luz, yo corrí directo hacía ella. La puerta estaba abierta, entré de un salto y vi a Diana, estaba entre 2 cadáveres. Un bandido, completamente destrozado, su cuerpo y rostro habían quedado irreconocibles y el otro un chico pequeño, Diana estaba inconsciente tirada alado del pequeño chico. Sus manos estaban llenas de sangre diferentes partes de su cuerpo sangraban por heridas realmente graves. Me arrodillé ante ella y la cargué en mis brazos.
-Tranquila, Diana. Te curaré enseguida-dije mientras daba vuelta y salía del recinto.
De salida encontré a Asher, llevaba un hombre amordazado ya inconsciente en su hombro.
-¿Es él?-pregunté mientras seguía caminando con Diana en mis brazos.
-Sí-contestó Asher - Lo encontré intentando robar un caballo, seguramente para huír, obviamente esta metido en todo esto... Leona, cayeron mas de 15...- agregó mientras una cara de dolor se plasmaba en su rostro, una cara que no veía desde hace mucho en él.
-Toma a los demás chicos y llévalos dentro. Los cadáveres de los chicos cúbranlos y llévenlos atrás, Los niños descansaran adentro, los mayores que te ayuden con los cuerpos... Hoy nadie abandona el recinto, es demasiado peligroso. No sabemos cuantos mas haya por aquí- ordené a Asher, el simplemente llevó al hombre adentro y empezó con lo que le había indicado.
-Asher... cuídalos bien.- agregué mientras empezaba a correr directo al pueblo con Diana en mis brazos. Ella era mi prioridad.
***
Llegué a mi Choza, la puerta estaba tirada a un lado y dentro todo esta vuelto un desastre, también estuvieron aquí. Cerré mis ojos para agudizar mi oído... Estaba vacía, ya se había ido quien sea que estuvo aquí, corrí ala parte trasera, acosté a Diana en el marco de la puerta y rebusqué en el desastre que ahora esa mi hogar, vendajes, pomada y cualquier otro tipo de medicina para ayudar a Diana.
El estanque trasero en la parte trasera era ideal para ayudar a Diana, la desvestí con sumo cuidado para no abrir mas sus heridas, amarre su largo y lacio cabello rojizo y la sumergí hasta el cuello en el estanque, tomé una esponja y empece a retirar la sangre en ella. Su suave piel estaba maltratada por enormes brechas causadas por algunas armas punzantes y cortantes. Diana se enfrentó a ellos sin ningún temor. Me partía el alma ver el cuerpo de Diana tan destrozado, me sumergí con ella en el estanque y la abrasé con fuerza. Las lágrimas que no derramé en el recinto, empezaron a fluir aquí.
Me duele el corazón, siento que se cae en pedazos. Deseo un lugar tranquilo, por el bien de todos... por Diana. Donde ella pueda pasearse donde quiera, sin ser señalada, golpeada o acusada de cualquier idiotez. Que vean lo maravillosa y encantadora que puede ser... quisiera que ella estuviera en mi lugar... ser yo la odiada y ella la admirada por todos... deseo eso para ella. Mi único deseo es ver a mi amiga en lo mas alto de la felicidad, ¿Mi poder no puede concederme eso?.
***
La energía que liberé en el estanque debería haber dejado las heridas de Diana al menos algo menos profundas. Salí del estanque y fui dentro de la choza en busca de unos trapos para cubrir a Diana.
Encontré debajo de lo que solía ser un hermoso sillón un par de toallas algo sucias por el desastre que habían vuelto mi hogar. Llevé las toallas afuera, pero cuando mire el estanque estaba vacío... Diana de había ido.
***
Empece a mirar desesperadamente hacia todos lados en busca de Diana, pero no estaba en ningún lado. Grité y grité hasta que sentí como se mi garganta se rasgara y mis pulmones se secaran. Corrí dentro de la choza en busca de unas antorchas para buscar mas allá. ¿Como pudo Diana levantarse en ese estado? Su condición debería tenerla inmóvil.
En medio del desastre logré tomar una antorcha, aunque fuera pequeña, sería mas que suficiente. Cuando puse un pie fuera un alivio recorrió mi cuerpo... a pocos metros del estanque estaba Diana tirada de lado, aun sin ropa. Me apresuré para cubrirla del frío. Llegué hasta donde ella, me arrodillé y puse una toalla sobre ella. Su cabello rojizo parecía tener pequeños lunares por causa de la nieve en el, sus labios se habían tornado blancos por el frío, pero lo mas sorprendente era otra cosa. Las heridas de Diana desaparecieron por completo. La manera que utilicé jamás podría curarla así de rápido.
A mis espaldas un pequeño sonido puso mis sentidos al máximo, giré rápidamente para ver de que se trataba, pero no había nadie. Tampoco sentí la presencia de nadie, pero estoy completamente segura de que no somos solo 2 aquí fuera.
Regresé la mirada a Diana que estaba despierta con sus ojos mirándome fijamente.
—Diana...— murmuré, mientras mi corazón se calmaba. —Lo siento, debí estar allí para protegerte— agregué mientras acariciaba su pelo quitando los rastros de nieve que habían en el.
Cerré los ojos y reposé mi cabeza sobre la de Diana.
—Leona...— dijo Diana con una voz seca. —elegida del sol... ¡APARTA TUS MUGRIENTAS MANOS DE MÍ!—gritó a la vez que su mano sostenía mi cuello con una fuerza asombrosa.
El empujón de su mano sosteniendo mi cuello me hizo abrir los ojos. Miré directamente hacia Diana, quien ahora se había convertido en alguien mas.
Cabello completamente blanco, ojos negros con un brillo entre blanco y morado saliendo de ellos, unas marcas curiosas rodeaban su frente y parte de sus brazos y manos brillando haciéndolos mas evidentes a la vista. Dudé por un segundo, pero era ella, era Diana, solo que ahora, me miraba diferente... con odio.
El apretón no bajaba su fuerza, en cambio aumentaba mas y mas. Mi vista empezó a nublarse. Antes de perder mi conocimiento intenté hablar con ella, pero las palabras no salían de mi boca.
—Elegida del sol, te llegó el momento... he despertado y ahora debed dormir tú— gruñó mientras se ponía en pie mientras me sostenía. Golpeó mi mejilla con su puño y me lanzó contra un árbol.
Un ardor fuerte recorría mi rostro y espalda, pude sentir como si millones de huesos se rompieran dentro de mí.
—Dian..—intenté decir su nombre, pero ya estaba sobre mí. Tapando mi boca con su mano. Sus ojos posados en mí, expresando odio. Sólo odio.
¿Elegida del sol? ¿Porque me dice así? Diana jamás a usado ese apodo para referirse a mi,¿Porque su cabello es blanco?, ¿Que son esas marcas?.
—No habrá piedad para los elegidos del sol... Todos deben caer ante mí— dijo con rabia en su voz. Acercó su boca a mi oído, puso sus labios sobre el y susurró una palabra que casi no pude entender, por el dolor que empezó a recorrer por mi estómago por el puño de Diana que lo atravesaba.
***
El frío se apodera de mí. Estoy tirada en la la nieve con el estómago abierto a causa de un golpe fatal propinado por mi propia amiga... no puedo mover mis piernas... ahora mis brazos están inmóviles. Boca arriba, solo la Luna me mira y yo la veo a ella, jamás la había visto así, pareciera que se ríe de mí. Burlándose de mi estado actual. La sangre empapa mi cuerpo y tiñe la blanca nieve de rojo, creando ríos que viajan hacia el interior del bosque. Solo estoy yo. Sola. Jamás había estado sola. La oscuridad inunda mi vista lentamente el dolor desaparece por completo y lo único en mi es ese sentimiento de soledad. ¿Esto es lo que se siente? ¿Esto es... morir?. Sentirte completamente solo al final o solo es así por el simple hecho de que quien me mató es la persona que amo... Cierto, fue ella Diana...
Diana...
***
Abrí los ojos de golpe. Estoy en mi habitación, cubierta por una manta suave y caliente.
Giro mi cabeza de un lado a otro, hasta que siento a alguien acostado a mi lado... es Diana. Mas hacia abajo, sentado a un lado de la cama, sosteniendo mi mano mientras duerme con su cabeza apoyada a la cama esta Asher. ¿Que sucedió?. Apoye mi mano en mi estómago recordando el dolor de aquel golpe mortal. ¿Un sueño?, pero todo fue tan real.
Miro a Diana, esta sumergida en un profundo sueño. No siento rencor hacia ella, solo estoy aliviada de que todo fuera un sueño... aunque no dejará de rondar en mi cabeza. Sobre todo su última palabra que dijo a mi oído...
Fue una sola palabra... ¿Como fue?...
Oh...
Cierto...
Fue... "Anochecer"...
Mi intención es subir un episodio cada 7 días, pero si cada vez que lo escribo completo lo borro por que no me gusta no acabaré nunca xD. Pero bueno, Espero de todo Kokoro que lo hayan disfrutado. En 10 días o menos la siguiente parte. Cualquier idea o algo que les gustaría ver déjenmela en los comentarios . LIKE Y SÍGANME para mas :*
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