Un año después...

Park Jimin y Lee Jiyu estaban en la playa, disfrutando de un día soleado. Se habían casado hace unos meses, y estaban de luna de miel. Habían superado todos los obstáculos, y habían logrado su felicidad. Habían recuperado sus carreras, y habían alcanzado sus sueños. Habían demostrado su amor, y habían ganado el respeto.

Eran hermosos como diamantes en el cielo, y su amor brillaba más que cualquier cosa.

- Te amo, Jimin - dijo Lee Jiyu, abrazándolo por la cintura.
- Y yo a ti, Jiyu - dijo Park Jimin, besándola en la frente.
- ¿Te arrepientes de algo? - preguntó Lee Jiyu, mirándolo a los ojos.
- No, de nada - respondió Park Jimin, sonriéndole con ternura.
- ¿Ni siquiera de haber dejado tu grupo? - insistió Lee Jiyu, con curiosidad.
- No, ni siquiera de eso - afirmó Park Jimin, con seguridad.
- ¿Por qué? - quiso saber Lee Jiyu, con admiración.
- Porque tú eres mi grupo, mi música, mi vida - declaró Park Jimin, con pasión.
- Oh, Jimin, eres tan dulce - exclamó Lee Jiyu, con emoción.
- Y tú eres tan bella - elogió Park Jimin, con devoción.

Se besaron, y se rieron, y se amaron.

Kim Taehyung los observaba desde lejos, con rencor, con odio, con envidia. Había intentado arruinar su relación, y lo había conseguido, pero solo por un tiempo. Había intentado destruir sus carreras, y lo había conseguido, pero solo por un tiempo. Había intentado separarlos para siempre, y lo había conseguido, pero solo por un tiempo.

No había conseguido nada, y lo había perdido todo.

Había perdido su amistad, su confianza, su perdón. Había perdido su grupo, su fama, su sueño. Había perdido su amor.

Kim Taehyung se sintió solo, y triste, y roto.

Fue olvidado como un diamante en el cielo, y su odio se apagó más que cualquier cosa.

Porque él era Kim Taehyung, y el mundo estaba en su contra.

FIN