CAPÍTULO XV: El guardián oculto (I)
La clase terminó y aunque ambos hubieran querido que Digoro únicamente les hubiera dado una simple advertencia, el maestro sorprendió implementando una nueva medida para evitar que los demás siguieran aquel mal ejemplo:
A partir de ese día si tan solo un alumno llegaba tarde sin un justificante real, todos deberían tomar un examen sorpresa y aquellos que obtuvieran una nota debajo del promedio deberían de presentarse luego de la cena para regar las plantas y dejar todo preparado para la clase que tomaría otro grupo de clase al siguiente día.
Los compañeros de ambos no dijeron nada, pero no por eso pudieron evitar una cierta mirada de fastidio luego de que Digoro entregara los resultados. Más del sesenta por ciento del curso había reprobado por errores mínimos y ahora debían presentarse al finalizar el día.
Para fortuna de ambos lograron pasar la prueba y ante el reproche del profesor simplemente salieron del aula en dirección al comedor.
El resto del día transcurrió con normalidad, aunque la tensión entre ambos podía sentirse, Julian por momentos rozaba sus dedos por debajo del pupitre y ella no podía controla del todo el sonrojo que se hacía presente en su rostro.
¿Por qué era tan difícil crecer? —se preguntaba a si misma a medida que las horas parecían ir más lentas de lo normal.
Cuando era niña el sentimiento de "amor" era completamente diferente a lo que ahora sentía. Su estómago pegaba un brinco cada vez que Julian hacia o decía algo, y aunque ella quisiera tener un momento de paz para calmar sus alteradas hormonas, esto resultaba una tarea imposible. Ambos pertenecían a la clase de los virtuosos y esto significaba que compartían una gran cantidad de materias. Y, por otro lado, estaba lo que hasta hace poco había pasado con Draven.
—Le dije a Privai que iría a buscarla a su dormitorio luego de que acabara sus clases —tras escucharlo, Emerald volteó a observarlo y asintió mientras tomaba asiento en el comedor.
—¿La llevarás a los dormitorios? —preguntó ella, y él asintió.
—Nuestras habitaciones quedan más cerca del portal, y al no haber alumnos con magia en nuestros dormitorios será más fácil burlar los escudos que se activan por la noche.
Ambos continuaron hablando en voz baja hasta que Emerald se percató que Draven entraba por las puertas del comedor acompañado de la misma chica que había visto días atrás, Draven estiró la mano en dirección de Emerald a modo de saludo, la muchacha que estaba a su lado de forma tímida haló un poco de su uniforme y en cuanto este volteó ella depositó una pequeña bolsita en sus manos. Él sonrió con evidente incomodidad porque Emerald y Julian estaban observándolo, pero luego de despedirse fue a sentarse junto a ellos.
—Por los dioses, que día tan horrendo —dijo él con el ceño fruncido mientras tomaba asiendo y guardaba la pequeña bolsita dentro del bolsillo de su pantalón.
—¿Qué pasó, casanova? —preguntó Julian con sarcasmo.
—No sé que tonto habrá hecho enojar a Digoro, pero estuvo insufrible durante mi clase —respondió mientras colocaba su plato frente a él—. Siento que mis neuronas se han calcinado.
Julian rio bajo, y estuvo apunto de decirle algo a Draven, pero Emerald se encargó de darle un ligero codazo debajo de la mesa para que se contuviera y este en respuesta aprovechó la situación y acarició con su pulgar su pierna, y producto de la sorpresa, esta terminó tirando el cuenco de guisantes que traía sujeto en la mano.
—Sé que no te gustan, pero no tienes porque tirarlas de esa manera —escuchó que Greyslan la regañaba desde atrás y ella únicamente se limitó a disculparse mientras recogía las cosas con el cucharon.
—A todo esto —le susurró Draven al oído— ¿No le dirás a la letra G lo que haremos hoy?
—Él ya tiene demasiados problemas por mi culpa, no quiero poner en juego su puesto solo por esto —acotó ella mientras removía el pure de papas en su plato—. Además, solo iremos y volveremos, no es para tanto.
—Bueno, confiaré en tu juicio —suspiró pausadamente— ¿Todo está listo?
—Sí, solo tenemos que esperar que llegue la hora.
Luego de que terminaran su conversación comenzaron a compartir con sus demás compañeros, Emerald y Julian eran los únicos de uniforme plateado sentados en la mesa, pero no por eso los demás se sentían intimidados, muy por el contrario, se mostraban maravillados por tener a dos de los hijos de los reyes más influyentes en los últimos años de la historia.
Para cuando la campana indicó el fin de la cena la masa de estudiantes comenzó a ponerse de pie y fue en dirección a los dormitorios, Denaisa trató de acercarse hacia Diamond para pedirle que la acompañara, pero Greyslan la terminó atajando a medio camino y Emerald agradeció esto infinitamente.
—Nos vemos luego —escuchó que le dijo Julian a ambos mientras desaparecía en medio de la multitud.
Draven la acompañó a recoger a Kaia quien ya se mostraba impaciente al ver que estaba oscureciendo y Emerald no aparecía, pero ni bien la vio comenzó a aletear con alegría. Ambos comenzaron a caminar sin prisa a los dormitorios, sus demás compañeros iban un par de pasos más adelante conversando acerca de algunos trabajos prácticos que tenían que realizar, así que nadie les estaba prestando genuina atención.
—¿Has vuelto a tener otra visión? —preguntó su compañero luego de estar cierto tiempo en silencio.
—No, he tratado de hacerlo, pero siempre está alerta —ella sujetó con evidente incomodidad su nuca y luego observó hacia las nubes en el cielo—, y con cada día que pasa la conexión que sentía incluso con Marie se va perdiendo poco a poco, es extraño. Yo me siento... rara.
—¿Crees que está buscando la forma de robarte tu propia alma?
—Francamente lo dudo, ya no hay un nexo que nos vincule y le permita a quien lo controla pueda de alguna manera dominarme.
—¿Consideras que tu padre tuvo algo que ver?
—Sí, si mi padre no hubiera hecho todo esto ambos hubiéramos muerto y no habría nada que pudiéramos hacer para frenar a ese anciano.
—Aún hoy me sorprende el temple del rey por continuar con todo esto.
—A mi también, pero no por eso puedo dejar de sentirme un poco culpable por todo esto.
—Creo que todos los que nacen bajo un linaje de alguna forma cargan con algún error de su antepasado, pero también creo que los que vivimos en el presente podemos encontrar una solución.
Emerald le dedicó una sonrisa a su amigo y recordó gran parte de las visiones que alguna vez Marie le mostró. El antepasado de Draven había sido partícipe del asesinato de Diomedes en su momento, y en consecuencia, la maldición que Marie le había impuesto a su familia había sellado para siempre los poderes mágicos que ellos tenían, aunque claro, ella desconocía si Draven sabía esa parte de su historia.
—Bueno, nos vemos más tarde, tengo que... hacer algo antes de irnos.
—¿Vas a ver lo que esa muchacha te dio? —preguntó ella con diversión.
—¿Nos viste?
—Sí, se ve que es una linda chica ¿cómo se llama?
—Silvana —respondió él con voz neutral—. No confundas las cosas, es solo una aprendiz que me pidió ayuda.
—Oye, yo no he dicho nada.
—La única persona que me interesa eres tú —respondió él con sinceridad y ella agachó ligeramente el rostro—. Y no me importa la extraña relación que tienes con Ases ahora.
—¿Nos viste?
—Me resulta imposible no verte siempre que puedo hacerlo.
Draven dio un par de pasos al frente a medida que la observaba de forma atenta, Emerald no pudo evitar tragar saliva con incomodidad mientras observaba a todos lados.
—Imagino que no le has dicho lo que pasó durante aquella fiesta.
—Draven, alto.
—Entonces no lo hiciste —tras decir esto él inmediatamente retrocedió mientras una sonrisa se encontraba plasmada en sus labios—. No diré nada si eso es lo que te preocupa, pero lo que te dije esa vez fue cierto. Soy tu caballero y siempre voy a protegerte pase lo que pase, pero no por eso dejaré de intentar demostrarte que mis intenciones contigo con genuinas y transparentes a diferencia de Julian.
Era la segunda vez que Draven mencionaba aquello, y aunque Emerald se moría de curiosidad por saber exactamente a que se refería, sentía miedo de preguntar que era exactamente lo que había pasado en esos años en los que estuvo sumida durante ese sueño profundo.
—Nos vemos después —exclamó el castaño mientras daba la vuelta y se encerraba en su habitación.
Las bisagras de la puerta rechinaron en los pasadizos de los dormitorios de los guerreros, y solo cuando Emerald se encontraba completamente sola volvió a permitirse respirar con normalidad y luego de que estuvo más calmada se encerró con Kaia dentro de la habitación.
—Gran momento para no interrumpir —le dijo a Kaia quien no entendiendo a que se refería, aleteó de forma graciosa.
Las horas pasaron, Emerald observó como los escudos del dormitorio era activados y comenzó a preguntarse como Julian entraría dentro del recinto sin ser visto. La quietud del ambiente la ponía tensa, giró ligeramente el rostro a la cama y vio como Kaia ya se encontraba acurrucada en medio de los almohadones, era tarde, incluso ella misma estaba cansada, pero debía de estar alerta porque sabía que Julian enviaría alguna señal.
Siguió observando por la ventana y en medio de la oscuridad del bosque vio como emergía el dragón negro que traía encima de su lomo la figura de una muchacha de cabello largo y negro, la criatura observó a Emerald desde la ventana y con un gesto de la cabeza le indicó que fuera por la puerta trasera de los dormitorios, ella asintió y se dirigió a la dirección indicada sin hacer mucho ruido para que Kaia no despertara, al llegar frente a la puerta de Draven tocó ligeramente la superficie, Draven abrió ligeramente la puerta y al verla allí parada entendió que era hora.
Caminaron en completo silencio por los pasadizos, por suerte en esa sección no había cuidadores que pudieran atraparlos, y luego de que estuvieron en la parte trasera abrieron ligeramente la rendija de la puerta y vieron a Privai y a Julian del otro lado.
—¿Qué tengo que hacer? —preguntó ella susurrando.
Julian le indicó a Privai que se bajara, la muchacha asintió y él pudo regresar a su forma normal, él con un gesto de la mano únicamente le dijo que se acercara y luego de colocar la mano sobre la superficie del campo protector esta se abrió a penas para dejarlos pasar.
—Vaya, cuanta seguridad —exclamó Draven con sarcasmo mientras cruzaba al otro lado.
—Créeme que es más difícil de lo que parece, este lado no tiene tanta seguridad como el edificio principal.
—¿No nos verán al ir por el portal?
—No si vamos lo suficientemente rápido, Euguene ya nos está esperando desde el otro lado —acotó Privai mientras se acomodaba la capa que la protegía del frío.
—¿Y eso lo haríamos...?
—Tienen que subirse mi lomo cuando esté transformado, es la única forma de recorrer el bosque sin que nos ataquen las plantas protectoras.
Diciendo esto Julian volvió a transformarse, Emerald se posicionó a la altura de su cuello ya que tenía que activar el portal, Privai iba al medio, y Draven iba en la parte de atrás, aunque cuando este subió Julian se removió de una forma que por poco y lo hace caer de cara al suelo.
—Bien, por favor llévanos Julian —murmuró Emerald mientras acariciaba la superficie de su cabeza.
Tras recibir la indicación Julian comenzó a correr a una gran velocidad, tanto Emerald como Draven se sorprendieron por la velocidad que él tenía, pero Privai parecía estar bastante acostumbrada a realizar ese tipo de paseos.
Cuando estuvieron cerca del portal Priva señaló al frente, los colores del portal comenzaron a cambiar y esto les indicó que del otro lado ya había sido abierto, Emerald estiró la palma de su mano y el portal detectó inmediatamente que un miembro de la familia Lagnes buscaba llegar al otro lado.
Al cruzarlo prácticamente todos salieron volando, Julian volvió a su apariencia original, Emerald cayó justo a su lado, y Draven y Privai cayeron un poco más atrás. Al alzar la vista Emerald se percató de que un muchacho delgado que usaba unas gafas extrañas los observaba con evidente nerviosismo, y aunque el tiempo hubiera pasado y su apariencia hubiera cambiado, inmediatamente reconoció a Eugene.
—Vengan, rápido los guardias no tardarán en volver de la ronda.
Diciendo esto todos se pusieron inmediatamente de pie, Privai, quien fue la primera en perseguir a Euguene aparentemente comenzó a reclamarle por algo que solo ellos dos sabían, pero el muchacho únicamente se limitaba a acelerar el paso en dirección al cuarto que usaba para practicar sus dotes de revelación.
—¡No vas a dejarme con la palabra en la boca! —masculló Privai mientras acorralaba a Eugene—. Ni una sola carta, no me enviaste ni una sola carta, me tuve que enterar de tu compromiso por boca de mi padre ¡Maldito cobarde insensible!
—¿Podemos dejar sus problemas para otro momento? —preguntó Draven quien recibió una mirada asesina por parte de Privai—. Si se dan cuenta que nos escapamos podrían expulsarnos.
—Aunque deteste admitirlo, Draven tiene razón —acotó Julian mientras se cruzaba de brazos—. Privai, luego me encargaré de que conversen sobre este tema.
—Bien, de acuerdo —la pelinegra dio un par de pasos hacia atrás y suspiró de forma pausada—. Me duele que no confiaras en mí, lo digo enserio Eugene.
—Perdón... prometo que luego hablaremos de esto.
Eugene caminó al frente con timidez, Emerald lo observó y como si el tiempo no hubiera pasado, le proporcionó un fuerte abrazo, el delgado muchacho se sorprendió por aquella acción, pero le correspondió con la misma euforia.
—No sabes como te he extrañado Eugene, me alegra volverte a ver y saber que estás bien.
—Yo también los extrañé a todos —respondió él con timidez—, extraño esos momentos que tuvimos en la escuela —ambos sonrieron con entusiasmo y Eugene aprovechó el momento para saludar a Draven y Julian.
—¿Cómo es estudiar desde casa? —preguntó Draven.
—Terrible, los tutores son más estrictos que en la escuela, pero he mejorado mucho, espero algún día poder pertenecer a la corte de Delia, rey Diamond —dijo mientras observaba a Emerald—, me he esforzado mucho durante todo este tiempo y siempre aguardé su regreso.
—Agradezco enormemente que hagas tanto por mi —respondió mientras sujetaba los brazos del muchacho—. Pero ahora necesito un enorme favor de tu parte, Eugene, y espero que puedas ayudarme.
—Desde luego, puede pedirme lo que sea.
—Necesito que encuentres la ubicación de la lágrima de Nereida.
—¿La de las leyendas? Nunca se ha probado que existan ¿cómo podría encontrar algo que no es de este mundo?
—Porque vas a tener un vínculo que algo que tampoco forma parte de ese mundo —respondió Emerald—. Eugene, necesito que confíes en mí y me jures que lo que verás dentro de mí nunca podrás decirlo.
—Desde luego, Diamond, he realizado el juramento, cualquier cosa que vea nunca saldrá de mi boca.
—Entonces ayúdame, o todos vamos a morir.
Eugene observó a Privai para saber exactamente a que se refería Emerald, pero la pelinegra estaba casi tan confundida como él, Julian no le había dado más detalles del porque necesitaba a Eugene, únicamente le había dicho que "Diamond" necesitaba ayuda con algo que involucraba a su familia.
—Bien, lo que necesito ahora es que te pares frente a esta fuente y coloques las manos sobre la superficie —ella asintió y colocó las manos donde él se lo había pedido—. Ahora cierra los ojos, yo haré el resto, no te preocupes, iré transmitiendo la información que llegue a mi hasta su mente, pero puede que esto demore un poco, aún estoy perfeccionando este tipo de revelación.
—Confió en ti Eugene, sé que lo harás bien.
Eugene comenzó a hablar en un dialecto antiguo y el agua de la superficie comenzó a emanar luz, Emerald comenzó a relajar su cuerpo y mientras se encontraba en un espacio completamente oscuro, comenzó a ver fragmentos del presente.
Lo primero que vio fue a Diamond ubicado frente a un revelador en alguna zona lejana y oscura, el brillo de su pecho proveniente de la reliquia de Azoret y las llamas que emanaban de sus manos provenientes de la flama de Neptys comenzaron a brillar, el revelador comenzó a brillar y poco a poco comenzó a mostrarle la ubicación de la lágrima de Nereida.
La lágrima de Nereida se forjó con el primer llanto de la hija mágica del nuevo mundo como un regalo proporcionado a la humanidad para que realicemos grandes cosas —escuchó que dijo Eugene—, este cristal ha de otorgar enorme poder a su cuidador, pero grande será la devastación de aquel que la quiera usar para hacer el mal, porque el objetivo de este cristal es el de perdonar y purificar.
—Al noreste... debe estar ubicado en la costa de Delia, cerca del mar antiguo ¿Está dentro del agua?
—La ubicación exacta se ha de revelar el sexto día del próximo mes. Cuando el día de paso a la noche y el sol se pierda en el horizonte, la reliquia te mostrará el trayecto que debes seguir, después de eso el camino no volverá a mostrarse nuevamente en doscientos años más.
—Eugene ¿Dónde se encuentra la brisa de Aretusa?
—La brisa de Aretusa la podrás encontrar en el monte de las animas al sur de Navidia, esta fue sellada bajo un santuario erguido como símbolo de prosperidad antes de que la nieve devastara la nación.
—¿Logras ver otra cosa?
Eugene comenzó a adentrarse más y más en la mente de Emerald y vio a dos Diamonds mirándose fijamente: Uno de cabello largo hasta los hombros, y el otro, que era quien estaba con él en ese momento.
Al inicio pensó que su visión estaba fallando, pero luego de escucharlos hablar un poco entendió que durante todo este tiempo, nunca conoció al verdadero Diamond, si no que la persona que estaba ahí en ese momento era Emerald, la hermana que todo mundo había dado por muerta.
—Eres tú... —exclamó el joven para si mismo y no dijo absolutamente nada a pesar de que Emerald trataba de obtener alguna respuesta de su parte.
En ese momento mientras Emerald y su hermano discutían un destello de humo apareció y a penas pudo distinguir a unos ojos rojos brillando en medio de la bruma, y antes de que pudiera advertirle a la muchacha sobre lo que estaba viendo, unas enredaderas lo cubrieron y una silueta apareció frente a él.
—Lo último que has visto no hablarás —exclamó aquella persona—, y en este momento tus labios se han de sellar.
Emerald sintió como el agua que estaba dentro del revelador comenzaba a hervir y poco a poco esta se comenzó a evaporar, Eugene se hizo para atrás y terminó cayendo sentado al piso al igual que Emerald, y aunque trató de advertirle acerca de lo último que había visto simplemente no pudo hacerlo.
Habían sellado sus labios desde el interior de su mente para que no pudiera advertirle.
—¡Eugene! —ella corrió para poder ayudarlo a ponerse de pie— ¿Estás bien?
—Esto... estoy bien —aunque trataba de reponer su respiración simplemente no podía hacerlo, había sentido miedo, mucho miedo por aquella aparición—. Tu secreto está a salvo conmigo —susurró para que solo ella pudiera escucharlo—. Ten cuidado...
Los demás se acercaron para ayudarlos a ambos, pero antes de que pudieran indagar un poco más acerca delas visiones, las puertas fueron abiertas, los muchachos dirigieron la vista hacia esa dirección se dieron con la ingrata sorpresa de que el tiempo se les había acabado y Bristol y Greyslan los habían encontrado con las manos en la masa.
¡Helou!
Por fin tenemos continuación de la historia (ya tengo la segunda baste de este capítulo bastante avanzada así que posiblemente en estos días la esté subiendo, no desesperen).
¿Qué opinan acerca de este capítulo? Eugene apareció luego de mucho tiempo, y para algunas personas que preguntaron quien era porque no lo recordaban, fue el amigo que tenían que tuvo la visión de Emerald y Julian siendo asesinados antes de que acabara el año, de alguna forma se podría decir que él los salvó alertándolos a tiempo.
Otra persona más sabe el secreto de Emerald ¿consideran de que esto puede generar que los planes se vengan abajo?
¿Qué creen que fue lo que vio Eugene esta ves que no pudo advertirle a Emerald?, y la pregunta más importante ¿Quién creen que selló sus palabras desde su mente?
¡Los leo! :D
Muchas gracias por su apoyo y paciencia, los amo.
PD: No sé si habrá alguna persona que está leyendo esta historia sin haber podido leer la primera parte, pero les recomiendo estar atentos a mis redes sociales, o seguirme por acá si es que aún no lo han echo, porque el día 27 de abril estaré dando una noticia B)
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