Taehyung al saber de kook y sus poderes, decidió investigar sobre su linaje, lo que descubrió  lo dejo más que intrigado, kook provenía de  una familia de brujos de la que no muchos saben o más bien de los que solo se creía que eran solo mitos entre los demonios, los famosos hijos de Lilith Son una raza inmortal que provienen de demonios y mundanos, mismos que tienen la gracia de tener poderes sumamente buenos y específicos.

Kook tenía una marca de nacimiento que era lo que lo destacaba de entre la gran variedad de brujos, y esa era una cola, la cual ocultaba muy bien, a los ojos humanos y de los demás brujos,  el jamás comprendió por qué rayos tenía una cola de demonio, solía usar una gabardina de cuero en color negro que llegaba casi hasta el piso misma que la ocultaba a la perfección.

En el instante en que Taehyung llegó con el a sus aposentos, comenzó a tratar esa herida que por lógica era peligrosa, toda arma que portaban los arcángeles, estaba bañada en la gracia de Dios que la hacían  prácticamente mortal para todo ser que contuviera oscuridad dentro.

Todo estaba prácticamente calculado por tae con excepción de la herida que mantenía a kook con fiebre y con bastante dolor, a pesar de ser uno de los hijos de Lilith más poderosos no cabía duda que su inmortalidad no lo hacía inmune a las armas angelicales, tae era fuerte pero ya después de más de tres días de estar cuidado de kook sus estado comenzaba a ser un tanto reventado, pelo fuera de su lugar que a simple vista en lugar de verse mal lo hacía verse aún más sexy de lo normal, sudoroso pero la ojeras en sus preciosos ojos lo hacían verse a punto de desfallecer.

Kook por el contrario el sudor que corría por ese bello cuerpo bien marcado, hacia a tae mirarlo con otros ojos, unos que no solo veían a un futuro subordinado si no a algo más.