La sangre derraman en el vientre de aquella mujer, que agonizaba de dolor al momento de dar a luz.

Hasta escucharse los llantos de los bebés.

-Han nacido mi señora. —Dijo un hombre, a lo que la mujer entra a la habitación y ve en los cueros a los recién nacidos que sollozaban en busca del calor materno, la madre débil pedí verlos.

- Tu solo les traería más desgracias más de lo que tienen. —Le dice. — Estarán en mejores manos, y tu querida, será mejor que sepan que estás muerta. —Costando le mantener sus ojos abiertos por el cansancio, se desvaneció, quien diría que sólo estaría viva por dos días.

-Lu-lu-na... -Susurro en un tono débil

Abriendo de repente sus ojos color ámbar topándose hacia el techo, con sudor que le escurría por la frente, a lo que enseguida se limpio. Otra vez ese sueño

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-¿Que te sucede Millouri?-Dijo con seriedad al ver a la chica hacia al suelo tirada boca abajo.-Los modales se deben enseñar de una manera correcta.-Girando para mirarlo con esos ojos azules, que provocaba recordarle esa persona que tanto detestaba.-Viniendo de una familia de clase, deberías hacerlo.

-No eres nadie.-Apretando sus manos.-¡Para decirme que hacer!-Dijo con desprecio mirándolo con esos ojos azules. Prefiria estar muerta que obedecer aun hombre tan despreciable como Reiji Sakamaki siendo mas grande que ella, era repulsivo casi se le hacia muy familiar a su madre.

-Alzándola bruscamente y empujándola hacia el librero.-¿Me pregunto quien podrá escucharte?-Dijo acercándose a la chica de cabellos rubios-Desgraciadamente, tu y yo nos uniremos de alguna forma, algo que me desagrada, pero lo único que sirves por ahora, es ser un simple recipiente de sangre.—Acariciando con su mano el cuello de la chica, que se acerca abriendo su boca mostrando sus colmillos para luego morderla, clavandolos con rudeza, lo que se queja de dolor.

-¡Ya es suficiente ! -Apartandolo de ella con desesperación haciendo que le rasgara el cuello provocando un desangrado que brotar a por el suelo, esta se tapo enseguida.

-Continua de esa manera.-Golpea con su mano el estante.—Y seras castigada como la última vez.—sin poder evitar temblar , le daba un gran sabor de boca y asqueada pero si se dejaba, el seguiría controlandola a su antojo, manipulándola con ese castigo que acabo teniendo pesadillas.

-¡Pues hazlo no me importa!. —tomando valor, a lo que se carcajeo.

-Hay Millouri eres tan graciosa cuando te haces la fuerte... —Acomodándose los anteojos.—Si eso deseas cumpliré tus deseos tomándola de la muñeca jalándola, lo que intentaba aferrarse deteniéndose con sus talones y fuera casi arrastrada.—Esta noche haré que tu cuerpo se parta a la mitad. —Luchando contra de él.

-¡Te odio!. —Gritos desgarradores que solo en esa habitación se podía oír, ya que las demás estaban en peores condiciones, lidiando a sus prometidos, solo una que era protegida por un escudo que solo podía pasar las almas mas puras y de buen corazón, quien se atreviera lidiaría con un agonizante dolor que acabaría con su vida. Kamura desde su cama sentada, abrazando sus piernas observaba por la venta la hermosa y brillante luna, lo que le parecía curioso ya que en su mundo no había algo asi.

el agua de la regadera caía sobre su cuerpo marcado de mordidas y moretones , en brazos, espalda , piernas, se abrazo a si misma, aguantando las ganas de llorar pero era imposible en el silencio llevándose la suciedad que tal vez nunca se iría, se dejo caer de rodillas, pensando que el infierno se había acabado, pero solo era el inicio.

Desganada saliendo del baño como un alma en pena sin fijarse acabo tropezando con algo haciendo que esta cayera, que no hizo queja ni siquiera se tomó la molestia de ver, quien se trataba, solo deseaba estar en silenció.

-Reiji volvió a castigar te. —Dijo esa voz tan familiar que hizo que alzará un poco la cabeza.

-Shu, eres tú. —Dijo de reojo viéndolo con un echo cubriendo su ojo derecho.

-Es interesante que aún preguntes.

-No entiendo como has hecho para tolerarlo durante décadas, porque yo.—Apretando sus manos y las ganas de llorar con una desquiciada, pero sintió una caricia en su cabeza.

-Darle el justo que a ganado eso lo hace muy importante, así que trata de ignorarlo y no hacer que lo que hace te afecte.

-¿Porque eres tan bueno conmigo? —Ocultando su rostro. —Solo soy un estorbo...—dijo.—Eso dice mi madre.

-En cierta manera tu y Reiji no son tan diferente después de todo. —Dicho eso se desapareció de ahí, lo que dejó pensativa con esas palabras.

-Que quizo decir con eso.

[... ]

Torciendo las mangas de camiseta blanca, estando parada esperando al chico de anteojos sentado en el borde de la cama en silencio.

-¿Se puede saber a que me has llamado ? —Preguntó con disgusto.

- Siendo mi futura esposa y próximamente entrarás al mismo instituto necesito que no digas que estamos comprometidos o si lo dirás quiero que te comportes y no me hagas ser la burla.

-Estas mal de tu cabeza. —Le dice, pero este la toma del rostro apretando la.—M-me lastimas...

- A quedado claro o debo repetirtelo.

-Sueltame. —Lo empuja con todas sus fuerzas, queriendo salir del lugar pero este fue más rápido, que le bloquea el paso, recargando su mano para que no pudiera abrir la puerta.

-Tu quieres que te castigue nuevamente. —Susurrandole en el oído, lo que abrió sus ojos en par, lo que ladeo enseguida la cabeza.

-Haré lo que me pidas, pero no lo hagas. —Dijo frustrada casi en ruegos lo que Reiji se apartó teniendo un sonrisa satisfactoria.

-Practica tus modales, que son un asco y no quiero errores.

-Esta bien. —Asiente con delicadeza.

-Perfecto, así me gusta, que obedezcas.