Aunque tengas un día gris,
recuerda que el gris
también es un color.

Caminaba por el parque. Nunca paso por ahí, sin embargo, ese día decidí hacerlo, estaba solitario, así que era perfecto para liberar mis tormentos.

El otoño ya había hecho su acto de presencia en los árboles, que tenían sus hojas de un amarillo oro. El sol alumbraba débilmente, ya que las nubes le hacían sombra y con ello, había más frío del habitual. Por suerte saqué mi abrigo esa mañana, soy malo tolerando las bajas temperaturas.

Iba ensimismado en mis pensamientos, caminando con las manos en los bolsillos y pateando cuanta piedra se me cruzaba en el camino, tratando de asimilar la noticia que acababa de recibir: "¡Estás despedido!" Sí, eso fue lo primero que me dijeron hoy al llegar a la oficina y ahora ¿qué iba hacer? Si ya las deudas me tenían desbordado, sin trabajo estaba realmente jodido y por si fuera poco anoche tuve una discusión con mi novio. Es cierto que las cosas no han ido bien entre nosotros últimamente, pero lo amo (o eso creo). Llevamos tantos años juntos que me acostumbré a ese "tira y afloja" de nuestra relación. Él tira y yo aflojo, así ha sido siempre.

—¿Sabes que hasta un día gris tiene su encanto?

Me giré al escuchar esa voz y un flash me cegó por un instante. Cuando me recuperé no daba crédito a lo que veía. Un chico con un bastón no dejaba de apuntarme con su cámara fotográfica.

—Vamos, no seas tímido, sonríe. Apuesto que tienes una linda sonrisa —dijo pícaro—, porque alguien que huele a menta y vainilla no puede ser un amargado. Vamos ¡sonríe! —volvió a decir—. Sonríe para mí.

Antes que pudiera contestarle, se quitó la cámara de los ojos y me robó las palabras. Tenía unos hermosos ojos color chocolate, brillantes, pero no veían...

—¿C-cómo es que puedes....

—¿Tomar una foto? —Terminó mi frase— pues me dejó llevar por lo que mis demás sentidos me dicen, soy muy receptivo y puedo percibir el mundo tal cual es, como si lo estuviera viendo. Como tú por ejemplo.

—¿Yo?

-—Vienes arrastrando los pies, puedo sentirlo por el sonido de las hojas y las piedras en tu andar. Tienes una energía fría, aun así percibo calidez en ti, por lo que creo estás preocupado o triste. Tu aroma es el de alguien optimista —sonrió—. No dejes que un mal día consuma tu esencia... Ten.

—¿Por qué me la das? —Me estaba entregando su cámara fotográfica. ¡Un desconocido me estaba dando su cámara!

—Para que hagas buenos recuerdos en un día gris —todavía mantenía su mano estirada hacia mí, esperando que recibiera la cámara.

—N-no puedo aceptarla.

—¿Me vas hacer ir hasta ti? —alzó una ceja desafiante.

Seguía mirando curioso a ese chico. Como no me movía, se acercó él, pero su bastón resbaló con las hojas y perdió el equilibrio hacia adelante. Logré sostenerlo antes que caiga de narices al suelo. Su cuerpo se sentía frágil y firme a la vez, y no sé si fue su exquisito olor a fresas o la dulce sonrisa rectangular que me dedicó luego de salvarlo, que me quedé como tonto viéndolo y mis mejillas se acaloraron. Agradecí que él no pudiera verlo.

—Ahora la recibirás en agradecimiento por evitarme una fea caída —puso la cámara en mis manos, rosando levemente sus dedos con los míos y haciendo que mi corazón se detenga—. Dale un buen uso —y volvió a sonreír. Se separó de mí y se alejó a paso firme con su bastón, sin decir más.

—¡Dime al menos tu nombre! —grité.

—¡V, solo V!

—¡El mío es Hoseok! —Suspiré, se había ido.

Entonces miré la cámara y pude ver esa letra grabada ahí. La acaricie suavemente, todavía confundido. Revisé las fotos y ese chico ciego había logrado retratar el paisaje y... a mí. ¡Era increíble!

✳️

Han pasado 3 meses desde día. El invierno tiñe de blanco las calles. "V" tenía razón: hasta un mal día puede tener su encanto o un buen recuerdo. Él era el mío.

Junté mis ahorros y pude instalar la tienda de ropa que tanto quería y estoy próximo a diseñar una línea de primavera para lanzarla la próxima temporada. Las ventas han ido bastante bien, así que las deudas de ha poco van cediendo.

Respecto a mi novio... terminamos. Días después descubrí que hace un año me engañaba y la verdad me dolió menos de lo que pensé. Mi mente y mi corazón ya no estaban ahí, sino en el recuerdo más bello de un día gris, por lo que sin planearlo, estaba nuevamente caminando en ese parque.

Los árboles habían perdido sus hojas, en su lugar eran adornados por pequeños copos de nieve o por escarchas que formaban diseños únicos en sus ramas y ahora contaba con una cámara para guardar ese momento.

—Hasta que regresas, pensé nunca lo harías.

Y ahí estaba él, con su hermosa sonrisa, saludándome como la última vez. Pero esta vez no dejaría sea solo un recuerdo.

Espero les guste esta mini historia. Se me ocurrió en un día gris.

💜