Bueno, y llegamos a el día de hoy, 22 de junio del 2016. Pensar que hace diez años nos conocimos... Supongo que la carta te llegará más tarde, pero me da un poco igual. Creo que ya sabes que Luisa está buscando trabajo. Bueno, lo busca desde hace dos años, pero te lo digo igual. Y tenía razón, al final Iván cree que es mejor simplemente pedirle a Alicia lo de vivir juntos. Sí, después de 7 años aún no vivían juntos. Además, por lo que me cuenta él, aún no llegaron a hacer... ya sabes... Cosas zhuculentosas. Supongo que cuando vivan juntos Iván le hará un comentario sobre eso. SUPONGO. Y creo que ya te enviaron una carta hace como 3 años para decirte que aún siguen investigando lo de Carmen. Ya sabes, que tu tío esté muerto y no la encontraran.

Hoy estuve mirando algunas historias que hicimos en verano. Me dieron tanta nostalgia. Aunque también ocurrió algo raro. Mientras leía una de las historias, vino el cartero. Eran las cinco de la tarde, así que me pareció raro. Abrí la puerta para ver lo que trajeron. Era un paquete. Lo cogí con cuidado porque ponía que era frágil y lo puse en la mesa del salón.

-¿Y eso?-dijo Luisa desde su habitación.

Ah, se me olvidó contarte que Luisa y Alicia viven ahora conmigo e Iván se compró una casa para el en el barrio.

Luisa se acercó corriendo hacia donde yo estaba.

-¿Sabes que hay dentro? ¿¡Es la camiseta de One Piece que pedí!? ¿¡O el peluche de Koro-sensei!? ¿¡O la figurita de Mikasa!? ¿¡Quizá pueda ser la Death Note!?-preguntó Luisa emocionada.

-No creo. Voy a abrirlo por sea caso.-contesté.

Abrí la caja con cuidado por lo de que era frágil. Dentro había un libro, un móvil muy raro y una carta.

-Bah, eso a mi no me interesa.-dijo Luisa de una forma muy bruta, volviendo así a su habitación.

Yo tenía mucha curiosidad por saber que eran eses objetos, así que fui al jardín para investigarlos mejor. Me senté en un banco de piedra que hay ahí.

Primero decidí encender el teléfono. En la pantalla sólo aparecía un gran botón donde ponía llamar. Decidí no tocarlo por sea caso. Luego iba a coger la carta para intentar leerla, cuando...

-¡Nyaa! Debes de ser tú, ¿no?

La voz no me era conocida. Miré a mi lado y vi a una chica sentada al lado mía en el banco. Tenía orejas y cola de gato, los ojos como los de un gato de color verde y el pelo negro y largo.

-¿Quién eres? ¿Eres una...? Como se decía... ¿Una Neko?-pregunté sorprendida.

-Bueno... Sí parezco una Neko, pero no lo soy ni ese no es mi nombre. Mi nombre es Nya. Tu debes de ser Candela, ¿no?

-Si. ¿Cómo sabes mi nombre?-pregunté asustada.

-Fácil, como me llamaste por ese teléfono, sé tú nombre.-sonrió Nya.

-Yo no te llamé.

-¿A no? Que raro... Igualmente, estoy aquí para ayudarte. ¿Vamos?

-¿Ir a donde?

-Oh, aún no has leído la carta, ¿verdad? Leela antes de nada.-rió Nya.

Yo cogí la carta para saber de que iba todo esto, pero no la daba leído, parecían garabatos.

-No entiendo nada de lo que pone.-dije.

-¿Cómo? Dáme la carta.

Nya me cogió la carta. Empezó a leerla, con cara de estar muy concentrada.

-Ummm... ¿Enserio no entiendes lo que pone? Es el idioma más fácil de Terreno.-bromeó Nya.

-No. No entiendo absolutamente nada.

-La escritura humana es tan extraña... Bueno, te lo traduciré.-suspiró Nya.

Querida Candela:

Esta carta tiene como motivo el aviso de su acogida a la Casa de las Brujas, en la capital de Wned, al norte de Terreno. Para su acogida le hemos dado un libro mágico de hechizos y un teléfono con el que llamar a su Guarhada.

Tu Guarhada te llevará a la Casa. Si llega a pasar algo malo puede contactar con nosotros por el teléfono dándole al botón azul.

Nos veremos entonces.

Alejandra, presidenta del Consejo del la Mágia.

-No entiendo. ¿Qué es la Casa de las Brujas? ¿Qué es un Guarhada? ¿Dónde están todos esos lugares?-pregunté desconcertada.

-Ya te iré contando por el camino. Vamos yendo.-contestó Nya con una sonrisa.

-¡Espera! ¿Pero que pasa con mi hermano y mis amigas? ¿Qué les digo? ¡Igualmente tengo que avisar!-grité.

-A tus amigas ya les darás una carta cuando lleguemos, y por tu hermano no te preocupes.-dijo Nya con una voz de niña pequeña.

-¡Pero...!

Antes de que pudiera decir algo Nya me cogió del brazo y me arrastró hasta una casa.

-¿Por qué estamos en esta casa?-pregunté.

-Entra por la puerta. Nos llevará a Terreno.

Yo realmente no estaba muy segura, pero tampoco tenía otra opción. Es decir, si me intentaba ir seguramente Nya me obligaría,  así que para eso era mejor hacer caso.

Entré por la puerta con mucha inseguridad, para encontrarme un lugar sacado de un cuento de hadas. Era un pequeño pueblo con pequeñas y coquetas casas. No muy lejos había un enorme bosque. Mientras yo contemplaba esa gran paisaje Nya ya había pasado por la puerta.

-¡Bienvenida a Rew, el pueblo más cercano a Estrela!-exclamó Nya.

-¿Estrela?-pregunté.

-Sí. Es la capital de Wned, el lugar donde vas a aprender magia y a vivir.

-Espera, espera... ¿¡Qué!?-grité confundida.

-Mejor te explico por el camino.-dijo Nya.

-Vale y... ¿dónde está el camino?-pregunté.

-Por allí, cruzando el bosque.-dijo señalando el gran y espeso conjunto de árboles.

-¿Y donde está el camino? Yo no veo ningún camino que vaya para allá.

-Aquí lo de los caminos es algo espiritual. Yo seré el camino, confía en mi.

-Bueno, vale.-suspiré- De todas formas no tengo otra opción.

Nya fue hacia el bosque, y esta vez yo la seguí. No podía hacer nada más. Estaba en su mundo, un mundo que yo no conocía.

-Vale. Empezemos con las preguntas.-dije.

-Dispara.-rió Nya.

-¿Qué es la Casa de las Brujas?-pregunté.

-Es una de las casas del Consejo de Magia. Ahí las brujas elegidas aprenden el arte de la magia. Por supuesto sólo el tipo de magia que tienen que aprender las brujas.

-¿Y qué es el Consejo de la Magia?-volví a preguntar.

-Es un gran edificio en el que magos, brujas, elfos, duendes, hadas, personajes de cuentos y leyendas y humanos especiales controlen su magia. Cada ser tiene una Casa, en la que viven con el resto de compañeros y aprender magia y a controlar sus poderes.

-Vale. Creo que comprendo, más o menos. ¿Y qué es un guarhada?

-Un guarhada es el guardián de el alumno o la alumna. Se encarga de guiar y proteger a su "dueño". Yo sería tu guarhada. Hay de muchos tipos.-dijo Nya.

-Pero tú no tienes alas. Pensaba que todas las hadas tenían alas.-dije confundida.

-Es que yo aún soy muy joven. ¿Alguna pregunta más?

-Bueno... Tengo muchas más, pero supongo que a la mayoría me dirás algo como que lo sabré más tarde.

-¡Sí! Jajaja.

-Eso sí, me quedé con la duda de saber.-pregunté- ¿Qué son los humanos especiales?

-Son humanos que tienen algún tipo de poder especial, pero no llegan a ser ni magos ni brujas. Por ejemplo, alguien que tenga el poder de quitar la gravedad. Además, ellos ya nacen con ese poder y aquí aprender a controlarlo, y los magos sólo tienen el potencial y aquí aprenden a usarlo.

-Vale. ¿Y...?

-Espera Candela, ¡que ya hemos llegado!-dijo Nya señalando un edificio enorme.

-¿Enserio?-dije perpleja.

El edificio era como 10 veces más grande de lo que yo creía. Por fuera parecía una biblioteca pública. Las paredes eran azules, y tenía un gran reloj en el centro.

-Entremos.-dijo Nya.

Las dos entramos por la puerta, que llevaba a la entrada principal. Allí estaba una mujer alta, delgada, con el pelo largo rizado y rubio, los ojos verdes y blanca como la leche. Llevaba un vestido largo de brillantes, unos zapatos planos de cristal y una escoba en su mano del mismo material que sus zapatos. Su expresión daba una sensación de respeto hacia ella que no era muy normal.

-Hola Nya. Veo que has traído a tu dueña. Debes de ser Candela, ¿no?-dijo la mujer con una sonrisa, pero sin dejar de imponer respeto.

-S-sí.-respondí con inseguridad.

-Un placer poder conocerte. Yo soy Alejandra, la presidenta del Consejo de la Magia. Espero que se sienta cómoda en su estancia aquí.

-Muchas gracias. Un placer conocerla a usted tambien.

-Oh por favor, no hace falta que me hables así. No soy la reina ni nada así.-rió Alejandra- Nya, por favor lleva a Candela a su habitación. Allí estará la cena. A las 22:00 será mejor que vayas a dormir. Mañana será un día ajetreado.

-Muy bien Alejandra. Vamos Candela.-dijo Nya.

Las dos nos fuimos por la puerta del frente, que llevaba al jardín. Allí había varias puertas. Entramos en la puerta que ponía: Casa de las Brujas. Subimos cuatro pisos por las escaleras y pasamos por el pasillo. Paramos justo en la puerta 13A.

-Aquí es donde vas a vivir.-dijo Nya.

-¿Y cómo voy a estar sin mis cosas?-pregunté.

-Todo lo que necesitas fue transportado mágicamente.

Abrí la puerta para encontrarme un cuarto casi hecho a mi medida. No era muy grande, pero tenía todo lo que necesitaba. Incluso estaban las historias que escribimos juntos.

Decidí cenar la comida que había en la mesa. Eran leche con galletas. Estaban realmente ricas.
-Son las 21:00. Tienes una hora antes de dormir.-dijo Nya.

Aproveché esa hora para escribir una carta a Luisa, Alicia y a mi hermano, y ahora estoy haciendo esta a ti. Esto parece sacado de una de tus historias, ¿verdad? Te iré contando como va la cosa.

Hasta entonces.

Tu amiga.

Candela.