DIA DE LLUVIA
Katsuki Bakugo era un hombre de negocios.
Desde niño su madre Mitsuki Bakugo, la dueña de las empresa de moda Bakugo's Fashion. Ella lo educo para ser un hombre duro, fuerte y frio. Nunca asistió a escuelas normales, siempre eran privadas y con niños genio. Siempre fue el primero, hasta que el apareció. Izuku Midoriya, hijo de Toshinori Yagi y Midoriya Inko, en realidad toshinori no era su padre biológico, su padre había muerto inesperadamente cuando tenía 5 años por el cancer.
Katsuki jamás había odiado tanto a un mocoso, en cada cosa el pecoso engreído lo superaba. Aunque eso le cautivaba tanto como le exasperaba.
Su primer encuentro fue una tarde de otoño, la universidad era extremadamente estricta, revisaba con una sonrisa orgullosa, sus ultimas calificaciones eran prácticamente perfectas. Se concentro en los colores pasteles del atardecer y las nubes grises que vertían sus lagrimas en en la tierra, se pregunto si su madre estaría por fin satisfecha.
Desde que era pequeño cualquier cosa que intentara para llamar la atención de madre parecía jamás funcionar, por años sus buenas calificaciones no parecían alegrarla, sus premios deportivos nunca fueron apreciados por ella, incluso cuando gano un premio por la mejor inversión en la universidad tampoco fue apresiado.
El dulce sonido de las gotas estrellándose en el pavimento lo hicieron cerrar los ojos, sintió como alguien se sentaba a su lado, entre abrió solo un ojo para ver quien se sento.
Un chico bajito de pecas y cabellos verdes rizados, se mordía el labio haciéndolo sangrar, sus piernas temblaban del coraje que inyectaban sus ojos al suelo. Sus ojos verdes lo miraron y el se hizo el dormido.
-Se que no estas dormido, dime ¿Por qué me miras así?- analizo sus ropas y descubrió ciertamente.
Que se vestía igual que un payaso.
O tal vez uno de esos perros que llevan las mujeres ricas en bolsos tipo jaulas de tela.
Iba vestido con unos lindos pantalones arcoíris ajustados, literalmente eran de todos los colores del arcoriris, se abrían a mitad de los muslos dandole un look prinsipesco. El rubio lo abria combinado con una blusa blanca simple de mangas cortas o largas y unos tenis blancos sin adornos. Tal vez una de las blusas que diseño su madre, una blusa de mangas un dedo encima del codo con un encaje de 2 centimetros de flores y abierta del pecho, meteria la blusa en el pantalón para definir la cintura y el vestuario seria perfecto. Equilibrado, bonito y toda la atención se la lleva el pantalón.
Pero no todo era perfecto en la vida y ese pecoso tenía una combinación, espantosa en pocas palabras. El pantalón estaba combinado con una especie de cinturón grueso negro que de un lado colgaba de sus caderas. Una blusa rosa fiusha con letras negras grandes que decía ''camiseta'' y como si fuera poco, unos tenis rojos con cadenas de plata colgando alrededor de sus caderas. Una boina verde pino cubría la mitad sus cabellos por un lado. Sus gafas cafes redondas era lo único rescatable de su look.
Hizo una mueca inconscientemente, el pecoso lo miro raro.
-Te hice una pregunta, ¿es que acaso solo puedes fisgonear?- sus piernas se cruzaron y su cuerpo se inclino hacia adelante. Sinceramente el niño más bonito que había visto en años.
Una cara y cuerpo bonitos mal vestidos.
-¿Tu......- izuku presto atención- nunca aprendiste a vestirte bien?
Y así fue como se gano un puñetazo en la cara y observo como el pecoso se marcho sosteniendo su bolso tipo cartera verde meneando sus caderas y susurrando maldiciones y deseos de muerte al rubio.
Desde entonces izuiku se volvió algo así como su enemigo y rival.
Y cada día que era vencido o empatado por una bola de rizos y pecas mal vestidos su ira y su deseo aumentaba.
Y es que el pecoso no solo usaba ropa fea también usaba ropa bonita con toques raros.
Como esos lindos pantalones militares verdes combinados con ese espectacular top blanco con mangas cortas y sus clásicos tenis rojos.
Además Deku (como lo apodo por su inusual forma de vestir) era un chico demasiado bonito y demasiado engreído. También era bastante amable e inteligente. Sus días favoritos, los de educación física, así podía observar al pecoso con sus apretados shorts negros.
Con el tiempo se graduó de la universidad y comenzó a trabajar en un puesto pequeño en la empresa. Después de graduarse dejo de saber del pecoso y maldijo cada segundo de la graduación en el que no pudo acercarse a pedirle aunque sea una noche de su tiempo. El pecoso nadaba en sus pensamientos como una sensual sirena.
Incluso ahora el pecoso aún permanecía en sus pensamientos.
Acababa de convertirse en el jefe de la empresa despues de la renuncia de su madre. Su padre, un hombre de casa, bastante tranquilo para su gusto, pero era un padre amoroso, cuando era niño lo dejaba recostarse en sus piernas para dormir, o lo dejaba recostarse en su regazo para consolarlo cuando su madre no le prestaba atención.
-Katsuki- la mujer rubia toco la puerta de su oficina y entro.
Examino la habitación y se sento en la silla frente a el.
-¿Qué es lo que quieres madre?- pregunto leyendo los papeles en su mano, eran de algunos postulantes a secretarias y secretarios. Como nuevo jefe necesitaba nuevo personal y eso incluía a su nuevo nova secretaría.
-Me preguntaba si te gustaría ir conmigo a cenar mañana en la tarde- se alejo un poco del escritorio solo para tomar unos papeles del mueble detrás de el y firmar las confirmaciones de entrevistas. Algunas los había hecho su mejor amigo Eijiro Kirishima, un chico que conoció en la universidad, confiaba que el había escogido bien.
-No puedo tengo mucho trabajo, mañaza comienzan las entrevistas, me urge un asistente, secretario o lo que sea, pero me urge- su madre lo miraba seria, con neutralidad como siempre- Además también tengo que seguir organizando todo aquí, conversar con muchas personas, así que no puedo.
Se levanto de la silla apenas sono una alarma de su celular, era hora del almuerzo, pero el tenía que observar a algunos de sus empleados, mas bien observar sus horarios y saber con quien cuenta a que hora y así poder llmarlos en cada momento. Tenía papeles que le decían todo eso, claro, pero prefería preguntarles directamente o saber su opinión de sus horarios.
-De....- la voz de su madre sono tímida, temblorosa- De acuerdo Katsuki.
La mujer se retiro del lugar rápidamente, sus tacones haciendo ruido en el suelo. El rubio la miro irse con el seño fruncido.
Katsuki se permitió sentir lastima por ella, sabía que mañana era el día de las madres. Cuando recordaba su niñez solo estaba su padre, su madre aparecía en algunos recuerdos, la mayoría era solo su voz gritándole desde la oficina, o solo sus piernas cuando el las abrazaba y su madre lo alejaba.
No podía decir que la odiaba, por que no era así,pero tampoco podía decir que era su persona favorita, ese era su padre. Aún como adulto cuando se sentía mal lo abrazaba y lo consolaba en sus brazos.
Sabía que su madre estaba intentando acercarse a el, sobretodo ahora que era un adulto independiente y comenzó a comportarse. En el fondo creía que trataba de compensarlopor todos esos años en los que no estuvo.
Por que a pesar de tener madre, katsuki sentía que jamás tuvo una, solo tuvo un padre.
Después de unas horas decidió marcharse a casa, su departamento era grande, pero muy minimalista, era un poco aburrido estar solo todo el tiempo.
Pero nadie lo soportaba, no tenía amigos, solo uno que estaba recién casado y el no quería molestarlo.
A la mañana siguiente se preparo con traje elegante, quería causar una buena impresión a sus futuros empleados. Inicio con las entrevistas desde temprano, uno a uno pasaban. Las horas pasaban y el se estresaba más, todo parecía ir de mal en peor. Ninguna de las chicas era lo que quería, todas eran bellísimas, pero ninguna era capaz de todo lo que el necesitaba. Eso hasta que su voz llego a sus oídos, como miel de abejas dulce y como golosinas picantes, deliciosa.
-Buenos días Señor Bakugo- izuku le hablo sonriente sentándose en la silla frente a el.
Katsuki lo observo en silencio, aún un poco sorprendido de verlo ahí. Izuku había estudiado para ser diseñador de Modas y Administrador de empresas, no un secretario.
-Buenos días.....Deku- una sonrisa burlona apareció en su rostro y fue correspondida por la de izuku- dime deku ¿Por qué debería contratarte?
-Bueno....kacchan.....-remalco el apodo que no escuchaba desde los 22- soy muy bueno con la administración, aunque eso ya lo sabías, también se mucho de modas tengo el titulo que lo confirma, tome un curso de escritura por un año después de graduarme y se hablar en 4 idiomas diferentes, estoy seguro que de algo te servirá.
Katsuki sonrio divertido.
-Espero que estes puntual mañana- el pecoso asintió.
-¿Mañana a las 4 verdad?- cuando katsuki sonrio y asintió el pecoso se levanto.
-Muy bien, nos vemos mañana kacchan- y se marcho de la oficina, los ojos rojos de bakugo obvservaron ese lindo y redondo trasero, se lamio los labios. Aunque segía vistiéndose ridículo.
Ese traje horrible de color verde era bastante llamativo para sus pobres ojos.
Al parecer el destino le ofrecía otra oportunidad. Conquistaría a deku, el sería todo suyo.
Izuku fue puntual, como solía serlo en la universidad y su vestuario era el mismo de siempre. Tenis rojos pantalones dorados y camisa roja oscura y el cabello tenía varias trenzitas pequeñas.
Izuku hizo bien su trabajo por semanas, incluso le llevaba café y colgaba su abrugo cuando nisiquiera se lo pedía. Lo seguía a todos lados haciendo notas y poniendolo altanto de todo lo que sucedía.
Una tarde saliendo del trabajo tenía ganas de un café, miro a los lados en busca de alguna cafetería, la cafetería a la que casi siempre iba seguía abierta así que decidió ir a ella.
La lluvia no dejaba de caer del cielo, las nubes grises cubrían la tarde y el ambiente lluvioso le daba sueño. Les había dejado el resto del día libre con la esperanza de caerles un poco mejor y que se relajaran, un nuevo jefe que esta haciendo tantos cambios a la empresa debía ser extremadamente agotador.
Decidió cruzar la calle cubriéndose de la lluvia con su maletin y avanzo por la calle, antes de si quiera darse cuenta unas luces lo apuntaron y una bocina lo hizo mirar a la derecha. Un auto a toda velocidad lo golpeo y de pronto todo se puso negro.
Cuando despertó estaba en la cama de un hospital, el doctor lo miraba anotando sus observaciones y le sonrio.
-Buenos días señor, me imagino que esta confundido, pero no se preocupe todo esta bien- se intento levantar de la cama, el dolor agudo en sus piernas lo hizo recostarse y fue cuando noto que ambas estaban enyesadas y ligeramente levantadas por unas almohadas.
El doctor fue muy claro, había tenido un accidente, un auto lo había golpeado al ir demasiado rápido y no verlo, fue llevado al hospital y todo parecía estar en orden, lo único malo es que tardaría mucho tiempo en recuperarse, una de sus piernas estaba rota y la otra tenía un pequeño esguince en el pie. Considerando que pudo haber estado peor se sentía afortunado.
Estuvo en el hospital al menos una semana, en lo que el doctor lo revisaba y le instruía en sus cuidados, en todo ese tiempo ni un alma lo visito.
Su madre seguramente estaba enfada por no ir con ella a cenar el día de las madres y su padre probablemente guardaba distancia hasta que su madre se relajara. Su mejor amigo le llevo algunas cosas, como periódicos con recortes de los anuncios de boda y noticias de la empresa. Izuku al parecer estaba haciendo un buen trabajo encargándose de la empresa en su aucencía, eso lo ayudaba a reljarse.
Cuando finalmente volvió a casa se dio cuenta que necesitaba ayuda. No podía levantarse de la cama y apenas podía ir al baño el solo, no sabía cocinar y tampoco podía bajar las escaleras hasta la puerta para recoger sus pedidos, no le quedo opción, no tenía a nadie, sus padres alejados y sin amigos, su único amigo estaba ocupado con su vida de casado y su recientes ganas de adoptar un hijo o hija.
Marco el número y lo coloco en su oreja, los timbres sonaron un rato y luego fue contestado.
''Hola ¿Quién es?''
-Hola deku ¡estas ocupado?- la voz del pecoso soltó un jadeo y paso un minuto disculpándose por no revisar de quien era la llamada, después un minuto o dos el pecoso se relajo y por fin pudo explicar lo que quería.
''¿Quieres que vaya y recoja el pedido que esta en tu puerta?'' la voz de izuku se rio atraves del teléfono ''kacchan puedes pedirle a tus padres que lo hagan por ti'''
El ambiente se torno incomodo y la lluvia afuera lo inquietaba.
-Ellos....- izuku afirmo con un sonido-mmmm no les he visto en semanas, no están aquí.
''¿Entonces quien esta cuidando de ti kacchan?'' ahora sonaba preocupado, pero a el sinceramente no le llegaba a la cabeza el por que, siempre estaba solo, no es algo importante.
-Deku no están grave, siempre es así- la llamada derrepente fue colgada, se quedo mirando el teléfono con curiosidad.
Supuso que eso era un no, así que solo se recostó para dormir, si deku venía a subir su comida no había problema, el coo su secretario y asistente tenía unas copias, si el no iba a venir, tampoco importaba el lo resolvería después.
Cuando abrió los ojos la lampara estaba encendida y el olor a comida lleno el ambiente. Se enderezo con cuidado de no mover su pierna y se tallo los ojos buscando despertar. La puerta se abrió y el pecoso entro por ella con una sonrisa estúpida y una bandeja.
-Ya despertaste kacchan, eso es bueno justo te traigo la cena- cerro la puerta con sus caderas, dándole un golpe y esta se estrello con suavidad en el marco cerrándose.
El pecoso ojiverde se sento frente a el en la cama y acomodo la bandeja en sus muslos.
Katsuki estaba un poco sorprendido, eso no era lo que ordeno.
-¿Dónde esta la hamburguesa que pedí?- izuku se rio y revolvió la sopa soplándoles para enfriarla.
-Kacchan esa cosa se hecho a perder, estuvo horas afuera.
Gruño, el dinero desperdiciado le hacía enojar.
-Abre la boca y deja de gruñir- abrió la boca y el mas bajito metió la cuchara con comida- eso, come y después podemos hacer lo que tu quieras.
Izuku continuo alimentándolo, aunque el podía mover sus manos olo y alimentarse el pecoso insistió en hacerlo por el. Cuando termino la sopa le dio una especie de galleta de canela como postre y le puso un popote al vaso con soda. Se sentía bien ser cuidado, nunca nadie lo había tratado de esa forma, su padre trataba, pero nunca era tan dulce.
Izuku a pesar del ambiente vestía tan ridículo como siempre. Sus botines negros altos, su camisa blanca chistosa con brillantina y unos pantalones negros con tititas al estilo de los 70 yn gorro de lana verde.
-¿Por qué siempre vistes así?- su voz sono algo ronca por el frio, izuku lo tapo con una manta y cubrió su cabeza con un gorro que encontró por ahí.
-¿así como?- estaban demasiado cerca, izuku acomodaba la manta sobre sus hombros y el gorro negro en su cabeza.
-Como si fueras a un carnaval o un festival de muchos colores y texturas- el pecoso se rio y acaricio sus manos metiéndolas debajo de la cobija.
-Bueno, desde que soy niño me gusta la moda- katsuki continuo mirando esas esmeralddas, todo lo que le atraía de ziuku eran cosas físicas, algo de un momento y unas cuantas de su personalidad, entre más descubría, más quería conocerlo.
Por que la persona que estaba conociendo, le estaba gustando.
-¿¿La moda no están extravagante como tu ropa- ambos rieron suavemente.
-Lo se, mi madre solía regañarme por vesti de esta forma- movió los ojos como si recordara- ''izuku el rojo no queda bien con el rosa fuerte'' ''izuku los pantalones militares no se usan con tacones'' '''izuku el verde no se usa con el azul ''izuku no puedes usar verde toda tu ropa'' ''izuku los niños no usan faldas''' izuku la brillantina no se combina con las lentejuelas- katsuki rio he izuku se sonrojo un poco- Todos mis compañeros se burlaban de mi forma de vestir, nadie veía lo que yo.
-¿Qué es lo que ves?- su voz ronca y sus narices rozándose le daban un toque sensual al ambiente, izuku recostó su frente contra la del.
-Veo.....muchos colores, experimentos, es emocionante ver tantos colores, texturas, tantos brillos, tantos sentimientos- sus ojos verdes brillaron con emoción mientras hablaba- creo que la ropa representa más que solo quien eres, representa lo que quieres, lo que te gusta, como eres, representa a tu familia, y todo lo que quieres y ansías.
-¿Y que es lo que expresas tu en todo eso?
-¿Creo que es bastante obvio- katsuki negó- ¿no lo es? Humm yo creí que había hecho un buen trabajo.
La lluvia seguía cayendo fuera del apartamento y empañaba los vidrios de su cuarto. ¿Por qué todo lo que tenía que ver con izuku era lluvioso?
-Bueno, quiero dar entender que Izuku Midoriya no nació para ser ignorado psar desapersivido. Me gusta que la gente me note y que pienese que estoy loco por usar lo que uso, pero yo amo como me visto.
-Si tanto te gusta la ropa, puedo darte toda la que quieras.
Izuku se carcajeo y se cobijo con la sabana y se alejo un poco.
-Gracias jefe.
-Cuentame más sobre ti- se recostó en la cama he izuku se sento ahora a su lado cobijándose hasta la cintura.
-¿Cómo que?
-Lo que sea, solo sigue hablando.
El pecoso lo miro y comenzó a pensar, sus ojos cerrados parecían recordar cualquier cosa que viniera a su mente.
-Bueno....cuando era niño, como a los 5 años más o menos, fue la primera vez que me vestí como lo hago ahora- katsuki presto atención- Estaba con mi mama en la tienda y bueno quise entrar a ver un poco, en la virinas un maniquí modelaba unas bonitas medias de franjas de colores.
-¿Franjas de colores?- izuku asintió- que horror- susurro y el pecoso se rio fuerte, siempre estaba sonriendo y riendo.
-Bueno yo las amaba, le pedía mama que me las comprar y pronto mi hermana mayor crecío y dejo de lado las clases de ballet, su tutu rosa eran tan llamativo y brilloso que no resti probármelo- hizo un ademán con sus manos en círculos describiéndole lo pomposo del tutu- Era muy pomposo y rosado, la crinolina era suave y delgada, incluso tenía listones a juego. En fin, un día lo tome del armario de mi hermana y lo combine con mis franjas de colores, las zapatillas de ballet de Melissa mi hermana no me quedaron, así que use mis tenis rojos en su lugar- katsuki se inclino para verlo mejor- Me puse su corona de uno de sus tantos concursos y me mire en su espejo.
Sus mejillas se sonrojaron y sus ojos brillaron, el sonido de la lluvia y las ventanas empañadas acompañdas de la suave luz de la lampara lo iluminaba de una forma majestuosa.
-Y fue mágico kacchan, nunca me había sentido tan bien con algo de ropa. Modele un pco más en el espejo y mi hermana entro, se burlo de mi atuendo por supuesto y mi madre se preocupo de que fuera Gay o algo así- ambos rieron suave he izuku volvió a sonrojarse- Bueno si soy Gay, pero aún no lo sabía- Decidí salir así a la calle y desde entonces visto así, mi hermana comenzó a regalarme la ropa que ya no le quedaba y yo termine aprendiendo a coser para reconstruir la ropa a mi propia forma. Seguí todas las tendencias de moday fue así que me enamore de ella. A esa edad me di cuenta de que quería estudiar moda y que eso sería mi vida.
Al final terminaron hablando toda la noche.
Le conto de sus padres y los problemas con su madre.
Al cabo de los meses iniciaron una relación amorosa, las cosas comenzaron a mejorar. Sus empleados por fin se acostumbraron a su nuevo jefe y todos lo respetaban, pensaban que era un buen jefe.
Hasta que su madre llego.
La mujer camino por los pasillos de la empresa como un toro furioso intimidando a todos sus antiguos empleados. Todos retrocedían y se alejaban de su paso.
-Buenos días- izuku saludo cuando la mujer estuvo frente a el- ¿Qué puedo hacer por usted?
-Necesito hablar con mi hijo y contigo a solas- izuku se crispo esa mujer lo aterro.
-Por supuesto, sígame.
Guio a la mujer que lo seguía por detrás con los brazos cruzados y escribió un mensaje en su celular lo más rápido que pudo.
''Kacchan tu madre esta aquí y esta furiosa, quiere hablar con los dos, ayuda me esta viendo feo :c''
Envio el mensaje que fue leído pocos segundos después y la puerta de la oficina de kacchan se abrió dejandolos pasar.
Cerro la puerta y el pecoso se removió ansioso en su laugar, katsuki se paro a su lado sosteniendo su cintura intentando reljarlo.
-Madre ¿Qué es lo que quieres?
La mujer frunció el ceño y estrello su puño contra el escritorio.
-¡¿Cómo es posible que inicies una relación y no le cuentes a tus padres?! ¡tuve que enterarme por los estúpidos reporteros siguiendolos para saber que mi hijo esta en una relación con alguien que se viste como un payaso!
Izuku tembló de pies a cabeza y sus ojos se llenaron de lagrimas. Katsuki gruño furioso.
-¡¡NO TE PERMITO QUE LE HABLES ASÍ A MI NOVIO!!- katsuki grito señalando a su madre con el dedo, la lluvia torrencial afuera era tan violenta como las voces saliendo de esa oficina, donde madre he hijo no dejaban de gritar.
-¡¿POR QUE TE CUESTA TANTO CONTARLE TODO A TU MADRE?!
-¡¡POR QUE YO NO TE CONSIDERO MI MADRE!1- la mujer rubia se callo de inmediato mirándolo sorprendida.- Desde que soy niño es así, en mis recuerdos nisiquiera estas presente, lo único que recuerdo de ti desde los 5 años hasta los 1 son tus piernas, nunca me dejabas verte a los ojos, nunca jugaste conmigo y nunca pude pasar más decinco minutos contigo sin que yo te fastidiara. Nunca pasate un cumpleaños conmigo y nunca celebre un día de madres contigo.
Izuku permanecía callado sin saber que hacer o decir y la mano de katsuki le mantenía a su lado.
-Y ahora que soy un adulto, ahora que deje de ser un fastidio es cuando quieres acercarte. Es cuando recuerdas que eres madre- paso su mano por su rostro tapando las pocas lagrimas que deseaban salir- Así que nunca te considere mi madre y creo que jamás podre hacerlo, así que, déjame tranquilo, por favor.
La mujer dejo salir algunas lagrimas en su rostro y salió de la oficina.
Izuku lo envolvió en sus brazos y por fin se quito el ultimo peso en sus hombros, el confersarle a su madre que el no la veía como tal y decirle lo que sentía.
Se arrodillo en el suelo y dejo que izuku lo abrazara abrazando su cintura.
Y ahorra por fin se sentía libre, libre en los brazos de su amado y en la lluvia torrencial que siempre le recordaba a su novio.
Beso sus labios con suavidad y dejo que el sonido de los latidos del corazón de su pecoso y la lluvia lo envolviera.
Tal vez en un futuro arreglaría la relación con su madre, pero por ahora disfrutaría el presente.
En ese día de lluvia.
FIN
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