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Capitulo 3: REBORN.

Hoy de verdad había sido un día de mierda, primero Verde nos despierta a todos con una explosión debido a un fallido experimento, luego el estúpido de Coronello parecía alterado y nervioso pues no dejaba de parlotear sobre que hoy debería irse lejos o tal vez salir en misión, extraño, pero me daba igual, mientras aquello no me afectara y por último nuestro líder, Bermuda, nos llama para ser sus guardaespaldas, ya que al parecer algunos de esos malditos Nessun podrían atacar al capitolio ahora que los antiguos líderes están débiles.

Suspiro unas horas después de estar custodiando la espalda del líder Bermuda pues todo esto me parece aburrido, es decir, soy un asesino letal, seductor de personas y el futuro general debido a mi destino, no debería estar cuidando tan evidentemente al líder, así que sin avisarle me escondo entre las sombras mientras entra al "liberador" la habitación donde se supone los Nessun terminan, cuando entramos me doy cuenta que son bebes únicamente los que hay ahí y noto aquella maniaca sonrisa en Bermuda al verlos ordenar que quemen a un pequeño de mechón castaño, de verdad, a veces, en ocasiones como estas, donde veo el destino de simples bebes o cuando voy a matar por misiones, me cuesta trabajo saber si amo u odio la actual sociedad, pues no muchos estamos a gusto con nuestros destinos...

Salgo de mis divagaciones cuando escucho al vidrio del lugar estallar y sin tardar, saco mi hermosa Diabólica Extinctor color verde y disparo, logrando desviar la pequeña bala, Bermuda simplemente levanta una ceja ante mi posición y entonces mira al frente, observo su mirada agrandarse y curioso levanto mi fédora para ver a quien tiene así al líder, vaya sorpresa la mía cuando observo a un pequeño castaño de ojos caramelo que aunque es lindo deduzco es un maldito Nessun, aquellas escorias que se supone quieren acabar con la sociedad, preparo mi arma para dispararle cuando el Nessun sale corriendo, sin pensarlo mucho lo comienzo a seguir pero el maldito es muy escurridizo y pequeño, logrando escapar de mi...

—¡Maldita sea!— exclamó al dar la vuelta en un pasillo y no ver ni sentir nada.

Regreso entonces a donde se supone Bermuda debía estar y me encuentro en el camino a los otros integrantes del grupo asesino que creo Bermuda, estos parecían un tanto frustrados, pero se calmaron al llegar con Bermuda, pues este parecía nos ayudaría a vengarnos por la pequeña humillación de aquellos monstruos...

—Arcobalenos— pronuncio serio y con una mirada furiosa —tengo una misión para ustedes—

—¿Cuál es?— pregunte, mientras en mi mente un castaño con ojos cristalinos se filtraba...

—Quiero la cabeza del Nessun castaño de hace unos minutos y también la del sublíder de ese grupo de monstruos— indicó mientras sonreía arrogantemente

Tanto Coronello como yo asentimos, aunque muy pero muy en el fondo aquella misión me hizo temblar, sin prestar atención a ese sentimiento, di media vuelta e indicándole a Coronello que nos veríamos en 10 minutos frente a la salida sureste, partí a recoger mi pequeña bolsa, donde municiones y algunas otras armas venían, una vez listo me dirigí a la entrada sureste, cuando llegue para mi sorpresa Coronello ya estaba ahí, no tomándole importancia a aquello salimos rápidamente del lugar pues si las alarmas que indicaban se había capturado algún Nessun, aun no sonaban quería decir que habían logrado huir, así que lo mas indicado y conveniente era ir a la ciudadela, aquel lugar donde la contaminación era sofocante y aquellos malditos vivían.

El camino hasta la ciudadela fue un poco largo, pero llegamos antes del anochecer, sin embargo, una vez que estuvimos cerca noté que aquello de la contaminación no era verdad, pues la ciudadela estaba siendo iluminada por focos y faros, curioso por aquella vista decidí averiguar qué pasaba, así que sin importar si Coronello me seguía o no, opte por recorrer el lugar, sorpresivamente note que la mayoría de los habitantes de la ciudadela eran niños o jóvenes de entre 12 y 27 años, que aunque parecían vivir en el extremo de pobreza no dejaban de sonreír mientras jugaban o simplemente al platicar con otra persona, algo que no recordaba haber visto en el capitolio donde dependiendo el destino que tenían eras o alabado o menospreciado, intrigado aun mas por su actuar ante tal escenario en el que vivían, seguí recorriendo el lugar tratando de pasar lo mas desapercibido posible, horas después escuchó risas y una dulce canción, atraído por aquella "reconocida" voz, di vuelta a la derecha pasos mas adelante y fue cuando lo volví a ver: Cabello castaño antigravedad y hermosos ojos caramelo.

"—Te amo Reborn, no lo olvides por favor, no me olvides amor—"

—¿Qué rayos fue eso?— comente mientras me agarre la cabeza

No entendía de donde conocía a aquella voz, pero cuando escuche aquellas palabras mi pecho dolió demasiado, de pronto sentí unas cálidas manos en mis hombros, cuando levante mis ojos aquellos ojos caramelo que pertenecían a aquel maldito Nessun me vieron con preocupación.

—¿Estas bien Boren?— Pronuncio con un cariño que simplemente me hizo sentir pleno —¿Es tu cabeza, verdad?, toma— me ofreció una pequeña botella de agua

Yo simplemente lo mire desconfiado, porque, aunque parecían sinceras sus palabras, las acciones podían ser otras, después de todo esa era la clase de sociedad en la que vivía, de pronto recordé que aquel Nessun sabia mi nombre, así que dejando mi dolor de lado saque mi arma y apunte al castaño

—¿Cómo rayos sabes mi nombre, Nessun?— pregunto

—Mi nombre es Tsuna— me dijo sonriendo, aunque su mirada parecía divertirse —Y si quieres saber la respuesta, acompáñame, así la obtendrás— indica mientras da media vuelta y deja la botella a mi lado

Por un momento pensé en simplemente sacar mi arma y disparar, sin embargo, aquellas palabras del castaño me intrigaron y opté por seguirlo. Aunque de haber sabido que el seguirlo significaría perderlo, nunca lo hubiese hecho.

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Meses pasaron, los mejores en mi opinión, pues desde aquella vez donde Tsuna con curiosidad me atrajo, aprendí cosas muy interesantes de los habitantes de la ciudadela y no solo eso, también poco a poco comencé a enamorarme del chico que aunque torpe, era cálido, amable, dulce... armonioso, era más de lo que merecía, aun así me negué a dejarlo, menos cuando recupere mis memorias, ahora cada vez que podía salía hacia la ciudadela para verme con Mi castaño y los demás, le agradecía mentalmente a Coronello la ayuda que me daba para esas ocasiones pues debido a eso los líderes no sabían que mi destino se había completado gracias a Tsuna, o eso al menos eso creí...

Maldita sea mi propia ingenuidad y orgullo pues ahora me encontraba frente a Bermuda y Byakuran los líderes terrestres (porque el tercero estaba en la fuente), quienes de le miraban serios.

—Boren...¿tu infiltración en la ciudadela ha sido completada?— pronuncio risueño Byakuran —Necesitamos que el líder y el sublíder de los Nessun al fin mueran, son una gran amenaza para el Capitolio. Es absolutamente necesario que cumplas con esta misión para completar tu destino— continúo sonriendo mientras comía malvaviscos

— Sin embargo, si fallas serás condenado, ¿entendido?— sentencio Bermuda con una mirada algo brillosa

Asentí mientras daba media vuelta y me dirigí a la salida, una vez fuera de aquel maldito edificio, maldigo a ambos líderes, pues aun no puedo creer que por sus tontas ambiciones la gente ha muerto y revivido incontables veces solo para no terminar sin poder, de cierta forma era bueno que la humanidad no tuviera sus memorias como Coronello, Kyoya o Yo pues el ver tu muerte varias veces no es nada divertido, en absoluto.

Una vez salí del capitolio tomé como siempre el camino que ya sabia despistaba a los agentes de aquellos líderes, pues desde que supieron que "había" ido por tercera vez a la ciudadela (que ellos supieran), me comenzaron a vigilar, así que pasando los siempre débiles rieles y el puente colgante, llegue a la zona del bosque donde camine hasta el arroyo, pues sabia que antes de llegar los perdería y ya de ahí siguiendo mi mapa mental llegue a la pequeña casa que pertenecía a mi amado Nessun, una vez llegue le platique todo lo que había sucedido en la semana que no lo vi, mi castaño siempre me sorprendía con sus gestos por cada cosa que le contaba, aunque no espere la respuesta que me dio cuando le conté sobre la pequeña misión que se me dio horas antes de que llegara con él.

—Si lo que desean es a Lal y a mí, entonces eso tendrán— sonrió, aunque su mirada poseía un brillo que me por primera vez me hizo temblar —Aunque tal vez no como lo esperan— finaliza cuando Lal junto a algunos de los comandantes y otros Nessun entran al lugar

Sonreí al entender, la mirada de Tsuna minutos antes.

La última batalla se daría.

Era hora de que la humanidad supiera la verdad y al fin avanzará.

Después de todo,
la vida es un ciclo que debía vivirse como se deseaba
no como se ordenara.

Y una media sonrisa apareció en mi rostro ante aquel pensamiento, Tsuna tomo mi mano al notar aquello y sin importarme los espectadores lo acerque a mi y lo bese con todo el amor que aquel bello Nessun había despertado en mí.

Porque no importaba si solo éramos clones en ese momento, los recuerdo pasados en nuestra consciencia se volvieron nuestros al trascender en este cuerpo, después de todo a pesar de esa transición la vida que ahora vivimos es la única y aunque ambos tememos morir, como la mayoría de la gente, también somos diferentes pues a diferencia de la mayoría...

 Nosotros correremos a nuestra muerte voluntariamente.

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